XIV

15 0 0
                                    

Me deje llevar por la cómoda arena y el sueño profundo en el que caí. Sentí un codazo suave en mis costillas del lado derecho. No hice caso al golpe. Otra vez sentí que me picaban las costillas del mismo lado y reaccione moviendo mi brazo hacia dónde me picaban para evitar que me siguieran molestando.
- Camila... - escuché a Hanna decir mi nombre - oye Camila despierta.
Abrí los ojos con dificultad y los tallé para ver bien y me senté.
- ¿Qué pasa Hanna? Estaba cómodamente dormida por si no lo habías notado.
- Si, si lo sé ¿Porque crees que te desperté?
- No se - dije mientras me ponía bloqueador en mis piernas.
- Porque creo que estoy viendo ahora mismo a Jonathan y sus amigos del equipo acercarse a nosotras ahora mismo - dijo mientras veía a Jonathan.
- ¿Qué? - dije sorprendida y me volteé a ver. Hanna tiene razón Jonathan está caminando con sus amigos y está a 10 metros de nosotras. Me sonrojé y volví a ver a Hanna.
- ¿Nos vio? - pregunté a Hanna en un susurro. No quería voltear a verlo.
- No - respondió también en un susurro. - Le voy a hablar.
- ¡No! - dije al tanto más la voz
- Si, ya es tiempo de que se acuerde de que existimos y hablar.
- ¿Estás loca? No lo hagas.
- Lo siento - dijo en susurro y levantó su mano. Se escuchaban las risas de los chicos más cerca. - Hola Jonathan - saludo Hanna.
"Que no le haga caso, que no le haga caso" dije en mi mente.
- ¿Hanna? - respondió Jonathan en un tono alegre - ¡Hola! ¿Cómo estás?
- Bien gracias - respondió Hanna mientras se levantaba. Era malo porque si se levantaba y seguía viendo su toalla se vería que trato de evitarlo, en cambio si volteo tendré que enfrentarme a él y sus molestos amigos. No quedaba de otra, la decisión que tomará tendría que hablarle.
- Que bueno. Oye ella es... ¿Camila? - preguntó. "Rayos" me dije. Me pare dando todavía la espalda y ya cuando estaba de pie volteé para mirarlo.
- Hola Jonathan - dije sonriendo.
- Valla Camila, te vez bien - dijo viéndome por completo mientras sonreía.
- Gracias. Por lo visto tú también - Respondí mientras lo examinaba. Sinceramente él se veía muy bien. El ejercicio del futbol americano lo ayudó a ponerse más marcado y se viera un cuerpo trabajado.
- y... ¿Qué hacen aquí? - preguntó Hanna sacando a todos de sus pensamientos. Uno de los chicos que venía con Jonathan le dijo algo al oído y se fue con el resto de los chicos dejándonos a los tres solos.
- Pues últimamente el entrenador nos pone mucho a trabajar y hoy nos dejo salir temprano y pensamos en venir a la playa. Y ¿ustedes? Normalmente no las veo mucho en la calle.
- Vamos a hacer una sesión de fotos - Explicó Hanna.
- Grandioso, quiero pensar que ustedes son las modelos.
Reí fuerte.
- ¡No! - dije todavía entre risas - Estamos esperando el atardecer para tomar fotos y aprovechando eso Hanna será mi Modelo personal.
- ¿Te gusta la fotografía, Camila? - preguntó Jonathan sorprendido.
- Si - dije mientras sacaba de mi mochila la cámara profesional.
- Me sorprendes - respondió - oye tengo una idea. Creo que ya agradará porque así tendrás más que fotografiar.
- A ver dime tu gran idea.
- Los chicos y yo podemos ser tus modelos. Solo míralos no tienen nada que hacer. Esperaremos todos juntos el atardecer.
"¿Es en serio? ¿Ellos modelando?" Pensé con una sonrisa en la cara. Obviamente no voy a aceptar su "idea".
- Perfecto - Dijo Hanna antes de que yo respondiera.
- De acuerdo, voy por los chicos. - sonrío y se fue.
Espere un momento a que se alejara y dije:
-¿Qué te ocurre Hanna? No voy a fotografiar a muchos chicos musculosos presumidos, Ese no era el plan - le reclame molesta.
- Tranquila Camila, solo son unas fotos, aparte no me digas que no te gustaría convivir con Jonathan. Eso los juntaría de nuevo como cuando éramos niños ¿Recuerdas? Era bonito.
- Claro que era bonito. Aparte sería convivir con Jonathan y no con Jonathan y sus 5 amigos que ni conozco.
- Yo tampoco los conozco. Relájate, si empieza a salir algo mal nos vamos a tu casa a ver una película ¿Qué dices?
- De acuerdo.

Nos sentamos otra vez esperando el atardecer. Los chicos ya habían llegado y estábamos platicando. Se me hacía incomodo estar ahí así que me paré y fui al mar; me metí y me quede un rato viendo las olas. Estaba pensando sobre lo que me había dicho Hanna sobre llamar a Daniel y averiguar qué planeaba.
- ¿Qué piensas? - me interrumpió una voz detrás de mí. Volteé a ver de quién se trataba. Era Jonathan.
- Nada importante ¿Qué haces acá? ¿No te gusta estar con tus amigos? - pregunté.
- Si pero llega un momento en el que necesitas tu tiempo, y ese tiempo es ahora.
- oh, ya veo. Al parecer Hanna y tus amigos se llevan bien.
- Si, también note eso.
Hubo un momento de silencio algo incomodo ya que no teníamos de que platicar.
- Mira, ya casi se pone el sol. Sería bueno empezar a acomodarnos.
- Si, buena idea - dije y me salí casi corriendo del mar para llegar por mi cámara.

Deteniendo mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora