XVII

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- Hola mamá, ya llegué- dije gritando desde la puerta con toda la alegría que podía tener en ese momento. El día había sido genial en todos los sentidos.
- Hola tía- saludo igual Hanna a mi mamá. Por una extraña razón así le dice mi mejor amiga a mi mamá y lo más extraño es que yo también lo hago con la mamá de mi amiga (a veces).
- ¿cómo están chicas? ¿Les fue bien en la escuela? - saludo asomando la cabeza por la puerta de la cocina para poder ver su ubicación.
- ¡SÚPER!- gritamos y reímos.
- Me alegro chicas, ¿Quieren comer algo?- preguntó mientras se acercaba a saludarnos - ya termine la comida.
- No gracias, solo venimos a cambiarnos de ropa, hoy Jonathan y Hugo nos invitaron a comer a un restaurante muy bonito, sencillo- dije mientras subía el primer escalón.
Mamá sonrío y se fue. Termine de subir corriendo las escaleras que quedaban y me lancé a mi cama soltando un suspiro de alegría.
Hanna tiene ropa en mi casa, es como si también viviera aquí. Nos cambiamos y arreglamos el cabello, ella en una trenza que caía por el hombro derecho y yo en una coleta alta con una diadema elástica púrpura.
-¿Tienes el plan? - le pregunte a Hanna mientras salía del baño.
- Si- sonrío.
- Okay pues ve, luego te veo.
- ¿Vas a estar bien?- preguntó- sabes que puedo cubrirte pero no por mucho tiempo.
- Solo voy a esperarme a que me cuente la "historia" que tiene que decirme y me voy- respondí moviendo mis dedos para remarcar las comillas.
- No tardes.
Me quede parada en medio de mi cuarto hasta que escuche como Hanna se despedía y salía de la casa. Ahora solo faltaba esperar a que dieran las cuarto, lo cual solo faltaban minutos.

Tocaron la puerta y salí corriendo de mi cuarto a abrir. Era Daniel. Me despedí de un grito y nos fuimos.
- ¿A dónde vamos?- pregunté cuando noté que caminábamos entre calles que yo no conocía.
- A un parque donde no hay muchas personas que escuchen nuestra platica.
- ¿Es una plática o un secreto?
- Ambos- sonrío.
Caminamos más cuadras hasta que llegamos a un parque muy solitario y habían pocas personas ejercitándose.
El se dirigió a un banco y se sentó cómodamente y yo hice lo mismo.
- Bien Daniel- suspiré- ya estamos aquí, ahora dime lo que tengo que saber sobre este reloj- Dije mientras dejaba que Daniel lo viera colgando de mi cuello.
- Camila, este reloj para otra cualquier persona puede ser un reloj antiguo, para nosotros no lo es. Este reloj solo saca su poder con las personas que tienen la habilidad de controlarlo, como muchos dicen "Don" - dijo marcando las comillas con sus dedos.- supongo que tus padres te hablaron de el ya que ellos hicieron historia. Tus hermanos todavía son muy pequeños para saber del...
No lo deje terminar cuando le interrumpí.
- Espera ahí. ¿Qué?-pregunté sorprendida de lo que dijo.
- ¿Qué de que?
- ¿Acabas de decir que mis padres tuvieron de que hablarme sobre esto?- señale el reloj.
- Ahora tú espera ahí. ¿Tus padres nunca te hablaron sobre esto? Pensaba que no tenía que explicarte gran cosa y solo ser tu guía, ya que sabrías todo.
- Daniel ¿Si sabes que no es normal hablarles a tus hijos sobre relojes antiguos hoy en día?
- Nunca se ha hecho eso. Pero como te digo. No es un reloj normal, debes de cuidarlo como tu vida Camila.
- ¿Debería de decirles a mis padres sobre el reloj?
- Ellos deberían de decirte sobre el reloj- se acaricio con dos dedos el Puente de la nariz.
- Voy a esperar a que me hablen del reloj... Mientras no diré nada- suspire.
- Camila... Ya tienes la edad para poder controlar el poder del reloj. Te voy a ayudar en lo que tus padres deciden decirte toda la verdad, yo no soy en indicado para hablarte de este mundo-me miró a los ojos y sonrío de manera sincera.
- ¿Son muchas personas las que saben del verdadero poder del reloj?- pregunté para desviar el otro tema.
- No muchas Camila, somos muy pocos los que sabemos la historia completa del reloj, y son personas contadas las que lograron ver el reloj en persona y muchas menos las que pudieron controlar el reloj, y entre esas estas tú. Deberías sentirte orgullosa por eso, ya que son personas muy importantes las que conservan el reloj, y personas que saben manejarlo adecuadamente. Por eso debes de cuidarlo muy bien.
- Wow- abrí los ojos ante la respuesta de Daniel- Y ¿porque sigo conservándolo? Yo no sé nada de este reloj, y mucho menos cómo manejarlo.
- Porque tú tienes ese Don y Jordan confía en ti- seguía con esa mirada tan sincera que hacía que pusiera en duda toda mi vida.
Nos quedamos unos minutos en silencio. Yo pensaba porque mis papás no me hablaron de esto, si realmente soy importante para que dejen que lo conserve y cuide... Si Daniel dice que es importante en algún momento mis padres tuvieron que mencionar algo. No hay ningún tema que tenga que ver con un reloj antiguo y poderes.
Mire la hora en el reloj de mi celular y me alteré. Había olvidado por un momento la cita con Jonathan y Hugo.
- ¿Cuánto tiempo tardo en llegar hasta el centro?- pregunté levantándome del banco donde estábamos sentados mientras tomaba mi bolso y comenzaba a caminar a la banqueta.
- ¿Qué?- preguntó Daniel confundido- ¿A dónde vas? Le prometí a Jordan que hoy empezaríamos tu entrenamiento de control, ya que tus padres ya no te pueden entrenar por su retiro.
- ¿Entrenamiento de control?- me detuve en seco- Daniel...
- Es necesario que ya comiencen, por eso te cité.
- Tengo que irme. ¡MAÑANA!. Si mañana lo hacemos- seguí caminando.
- ¡Camila!- gritó- Jordan se molestará conmigo.
- Te fallo hoy. Luego nos vemos- por suerte pasó un taxi. Le hice la parada, me subí y me fui.
Me tardé casi lo que tenía planeado con Hanna tardarme, fue confuso quería saber más pero no podía arriesgarme más con Hanna y dos chicos esperándome a comer.

Mensaje nuevo.
Daniel: nunca dejas que te explique algo completo, siempre sucede algo.

Y yo respondí:

Lo siento mucho pero tengo un problema que solucionar. Mañana nos vemos, pasa por mi.

- Gracias - agradecí al taxi y baje.
Camine unas cuantas cuadras hasta llegar al restaurante donde quedamos en vernos y entre.
Busque con la mirada a los chicos y los encontré en una mesa separada de la entrada. Cuando Hanna me vio entrar se levanto muy rápido y fue por mi.
- Te tardaste unos minutos más de lo planeado- me dijo mientras caminábamos hacia la mesa.
- No tenía planeado ir caminando a un parque alejado del centro- sonreí al ver a los chicos sentados. Hugo enfrente de Jonathan, y Jonathan daba la espalda; había un asiento desocupado al lado derecho de Jonathan y uno enfrente.
Me senté a lado de Jonathan y los salude. En toda la comida la pasamos bien, fue divertido. Y sin hablar de los platillos que estaban muy deliciosos. Nunca había comido en ese restaurante, y se volvió mi restaurante favorito.
Después de comer los chicos nos llevaron por helado y nos llevaron a la laguna que estaba cercana a la plaza.
- Siempre me ha gustado venir en las tardes a disfrutar del hermoso paisaje del atardecer - dije mientras me sentaba en una banca que había.
- Lo hacemos muy seguido - confirmó Hanna y se sentó a mi lado.
- Si creí que les gustaría esta idea- dijo Hugo sentándose a lado de Hanna.
- Creímos- corrigió Jonathan cuando ya estaba sentado a mi lado- no lo cambies Hugo.
Reímos.
- Pues llegamos a la hora del atardecer- confirmó Hanna.
- Esa era la idea - dijieron al unísono.
- Se ve hermoso- alabé el sol.
Guardamos silencio para admirar el atardecer y disfrutamos de ese momento.
- Se que estabas con alguien más antes de venir a comer con nosotros- susurro Jonathan en mi oído.
- ¿Quién te dijo eso? -susurré.
- Escuché- sonrío- ¿Con quién estabas Camila?

Deteniendo mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora