Capitulo 12

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Desperté en una habitación que no era la mía. Todo era blanco. Estaba oscuro pero un molesto rayo de luz entraba por la pequeña ventana y daba justo en mi cara.

Maldita sea esa estúpida ventana.

Intente levantar mi brazo para cerrarla e inmediatamente me arrepentí, ya que dolía como los mil demonios. Volvi a mi posicion original y comencé a retorcerme del dolor que comenzo a invadirme cuando fui conciente de todo mi cuerpo. Solte un jadeo y luego gruñidos. El dolor me hacia enojar.

-Alguien...-susurre- ¿Hay alguien ahi?- levante la voz pero no hubo respuesta.

Jodido Caleb que me deja sola cuando estoy casi muerta.

Recordé la pelea contra el Basilisco deforme y la manera en como su cuerno se clavo en su cabeza. Observe mi cuerpo. Había una venda allí, en donde mi brazo había golpeado contra el suelo envenenado, todo mi torso estaba vendado, desde mis pechos hasta mi pelvis, todo mi antebrazo izquierdo estaba vendado ya que el Basilisco lo había desgarrado y note como unas tiras rodeaban mi cuello, asegurándome que sostenían el vendaje de mi espalda envenenada, uno de mis pies también estaba vendado ya que el veneno que había quemado mis zapatillas también lo había hecho con este. Intente levantarme y gruñí. Carajo como me duele. Logre sentarme en la cama con mucho dolor y, utilizando mi mano buena, me di un envión para poder pararme, me tambalee un poco pero no caí. Camine rengueando hasta la puerta que se encontraba cerrada, la abrí y salí. No encontre a nadie en el pasillo de lo que suponia era un hospital. Camine por el largo pasillo en el cual habia muchisimas puertas, todas ennumeradas con numeros y nombres. Retrocedi y arranque el pequeño cartel que decia "Scarlett Thompson". Camine hasta encontrar una puerta que decia "Trajes médicos. Solo personal autorizado" asi que entre.

Dentro habia armarios con uniformes, batas, capas marrones y barbijos. Tome un uniforme y me cambie, no sin antes poner traba a la puerta. Tome una de las capas y me la puse atándola a mi cuello y colocandome la capucha. Recogi mi cabello en un moño improvisado y lo oculte debajo de la capucha. Maldito cabello rojo. Asome mi cabeza por el pasillo controlando de que no haya nadie y sali rengueando hacia mi habitacion otra vez. Entre mirando con rabia la ventana y sin dudar un segundo la abri, mirando hacia abajo. 

Estaba en un primer piso asi que sin dudarlo apoye mi pie sano en el marco y salte. Tuve una caida perfecta aterrizando de pie. El hospital se encontraba en una zona descubierta del bosque asi que corri hasta estar cerca de los arboles y el resto lo hice caminando. 

En el momento en que iba a adentrarme en el bosque una sirena comenzo a sonar, asustandome. Me quede paralizada. Espere unos segundos mas para escuchar la voz de los altavoces.

-Alerta rogues, repito, alerta rogues-mi corazon se helo.

Comence a correr por el bosque sin saber a donde iba. A pesar de estar descalza mis pies no dolian, es mas, sentia que podia correr una eternidad. Me frene en el medio del bosque, totalmente perdida. Todos mis sentidos estaban agudizados. Sin embargo lo unico que podia escuchar era la sirena a lo lejos. Camine lentamente, aunque estaba agitada respiraba tranquilamente, intentando no hacer demasiado ruido. Mi olor seguramente estaba camuflado con el olor del hospital asi que nadie podria encontrarme. 

De repente un crujido sono a mis espaldas. Me frene en seco, volteandome lentamente. Unos ojos amarillos me observaban desde un arbusto. Un lobo. Peor aun, un rogue. Se quedo observandome sin siquiera moverse. Escuche como respiro y un aullido salio de su bocota. Maldita sea. Estaba avisando a los demas rogues. Comence a correr lo mas rapido que podia podia sentir como cada vez mas lobos se iban acumulando a mis espaldas. Podia asegurar que por lo menos 4 lobos me perseguian en ese momento. Mis piernas rogaban que pare y mis pulmones pedian un respiro. Pero no podia, no podia parar.

AlektaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora