I

98 11 1
                                    

Texas, Austin. 9:47 am.

Mi despertador resonaba en mis tímpanos, era una cosa insoportable, ya era hora de cambiarlo por uno que al menos no te despertase desagradablemente. ¿Por qué no existen esos que te despiertan con sonidos de agua cayendo?

Lista de tareas en el centro comercial:

[×] Comprar un despertador nuevo.

Sonreí para mis adentros y me calzé mis zapatillas rosas de conejitos. Soy muy infantil, lo admito yo antes de que me lo digáis. Paso por la habitación de mi hermano pequeño y le toco la puerta.

—¡Despierta, marmota andante! —grito con una risa malévola.

Peter tiene doce años recién cumplidos, su pre-adolescencia afecta a mi seguridad vital . Es moreno con unos ojos verdes preciosos, y con un corazón enorme.

— ¡Bu! —su intento de asustarme sale fallido, otra vez. Río incoscientemente y beso su sien.

— Venga, vístete. —ordeno rodando los ojos.

— ¿Tenemos colegio? —pregunta él con ojos de cachorrito. Yo soy inmún a sus encantos, así que no recomiendo mirarlo mucho.

— Sí, y dentro de..—miro el reloj de mi muñeca—de un cuarto de hora. —me puse nerviosa y corrí hacia mi habitación.

Cerré la puerta de un golpe y me empezé a desnudar con mucha prisa, decidí no cambiarme de ropa interior y conservar tiempo. Una sudadera ancha gris y unos leggins negros. Intenté domar a mi rebelde pelo y terminé haciéndome la raya y poniéndome lo mínimo de rímel.

No me hacía mucha gracia ir pintada con treinta kilos de maquillaje. Salí de la habitación con la mochila en la espalda y me puse en la cocina. Mi madre había salido a trabajar ya, era la cocinera de mi nuevo instituto.

La verdad, no sé como la pudieron coger para ese trabajo. Cogí dos manzanas y una magdalena, le tendí la manzana a Pett y lo agarré del brazo hacia fuera, pudiendo ver el autobús pasar de largo.

—Mierda. —escupí pisoteando el césped del umbral de mi casa. Solté un grito ahogado y miré a mi hermano.

— Umh, creo que no llegaremos a la hora. —espetó con cierta diversión. Le miré con una mirada fulminante y él no pudo evitar soltar una carcajada.

No lo culpo, esa cara mía parece el trasero de un aborto de mono. El garaje de la casa de enfrenté se abrió, dejando a la vista un porshe plateado con un piloto jóven. No tendrá mas de dieciocho. Me miró con una sonrisa egocéntrica y de superioridad mientras Peter miraba la escena divertido.

Fruncí el ceño y agudicé la mirada, y él se perdió de mi campo visual. Mi tía apareció en su lugar y emprendimos el camino hacia el instituto.

Nuevas normas que romper, nuevos compañeros que hacer, nuevas diversiones.

A cambio de nada...


Capitulo 1;

Espero que os haya gustado, comentar y votar si así es. Un beso gigante.

+2 votos(?

A cambio de nada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora