VII

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(Recomiendo leer el cap con esta hermosa canción) 😍

Sentí gotas de agua caer sobre mi frente, reaccioné al instante y me encontré con dos ojos grises, mirándome fijamente.

Cuando él se dio cuenta de que estaba consciente, retiró inmediatamente la mirada, dejándome bastante confusa.

— Umh, ¿Tobías?— pregunto con timidez. El chico me mira con los ojos oscuros y fríos.

El me tapa la boca con la palma de su mano.

— No me hables, no me mires, haz como si no existiese. Eso es lo que tendrías que haber hecho desde el principio. —musitó el con pena.

Sobe mis muñecas, en ellas ya no descansaban las cadenas y unas manzanas se encontraban en mi regazo. Cogi una y empecé a devorarla, nunca había tenido tanta hambre.

De un momento a otro me sentía con más fuerzas, y mi rostro recuperaba color. El chico seguía igual de pálido e igual de frío. Me miraba intensamente, como si quisiese entender algo.

Fruncí el ceño y agudice la vista hacia su pecho, bajo la fina tela blanca se transparentaba unas palabras que no lograba descifrar. Tobías se había dado cuenta, se tapo la camiseta con una chaqueta de cuero negra que colgaba de su hombro.

— Levanta, te sacaré de aquí. —dijo el al final, yo no pronunciaba una palabra. Llevaría como más de veinticuatro horas en ese cobertizo de satánicos.

Me resistí cuando me cogio del codo con fuerza.

— Yo no me iré de aquí sin Tara. —afirme colocándome en la pared mohosa. No quería pensar en la ropa.

El chico torció la cabeza hasta el rincón donde debería de estar Tara.

— ¿Qué? —pregunto el con cierta incredulidad. Tobías se cogio la cabeza, sobándola con fuerza.

Alcé el mentón contra el, total, tarde o temprano tenía que cavar mi hoyo.

— Lo que oyes. No me iré. —el cogio mi rostro y lo acercó hasta su mentón, rozándolo.

Eso se hacía tan provocativo que un jadeo escapó de mis inocentes labios. Tobías inspiró con tranquilidad y sus labios tocaron un instante mi barbilla. Puse una mano en su pecho y él se retiró de inmediato.

Mire sus ojos, se veían doloridos, más oscuros de lo normal. No conseguía asimilar nada.

— Cielo. Te lo explicaré para que te quede claro. Estás en una casa en el bosque con un ejército de gente del inframundo, todo gracias a tu arrogancia y curiosidad. —empezó señalándome con los dientes apretados.

Yo me hice para atrás y tragué saliva, ese hombre imponía bastante. Tenía un efecto en mí que provocaba que mis piernas flaqueasen.

— Pe..pero yo..—interrumpí balbuceando.—. No era mi intención.

El chico puso una mano en mi boca.

— Cierra esa boca que tienes y escucha. —asentí con frialdad.— Yo, como buen vecino que soy te doy de comer y te ofrezco ayuda.

— Sí y te lo agradezco, pero he hecho una amiga aquí y abandonarla con unos psicopatas como tú y tus amigos no es lo correcto. —ataque alzando los brazos en el aire.

Tobías me empujó contra la pared, poniendo ambos brazos a los dos lados de mi cabeza, haciendo que me falte el aire. Le mire a las dos lunas que tiene por ojos, y puedo asegurar que te perderías en ellos.

— ¿Crees que soy psicopata, cielo? —preguntó con voz ronca y dura contra mi pelo.

Yo no sabía cómo actuar, en realidad, si. Pero me daba mucho miedo. Aun así, me armé de valor para contestarles.

— Si. Y lo primero que deberías de hacer es salir de mi vida. —grité haciendo que se sobresaltase.— Ni tú ni nadie podrá decirme qué hacer y cómo hacerlo, ¿entiendes , cielo?

En esto último imité su voz, haciendo una leve mueca con la nariz. Tobías alzo una comisura de sus labios hacia arriba, mostrando una media sonrisa. Y recordé que tenía una sonrisa demasiado sexy.

En ese mismo instante me cogio por las caderas y me puso en su hombro. Corrió saliendo de el sótano y para mi sorpresa no había nadie en la casa. 

Él corrió a velocidad inhumana hasta el cruce donde me perdí y me bajó rápidamente. Casi me quedo afónica de gritar a los cuatro vientos que me soltase.

— Te mataré, Tobías Weefster. —amenace con cierta diversión, aunque no tenía nada de diversión.

Él volvió a sonreír pero duro muy poco.

— ¿Y si ya estoy muerto? —puso una de sus manos en mi mejilla, pasando un mechón de mi rebelde pelo por mi oreja.

Mis mejillas tomaron un color rosado y él se volvió serio, apartando la mano de mi cara. ¿Pero a este que le pasa?

— Te volvería a matar. —musité con una media sonrisa, no me había dado cuenta que estaba empezando a oscurecer.

Él se metió las manos en los bolsillos de sus vaqueros oscuros y miro a todos lados menos a mí.

— Te costaría. —susurró el. — Bueno, no hables de esto con nadie, más te vale pensar que ha sido un mal sueño, por tu seguridad. —me miró fijamente y tragó saliva. — Olvídate de mí y de todo lo que has visto, y ahora vete.

Obedecí su orden y me giré hacia el camino de vuelta a casa. Al volver a mirar atrás no había rastro de él, solo unos ojos grises observándome en la oscuridad.



Holaaa mis amooores!

Gracias por estar aquí otro capítulo más, me alegra de que os guste la novela, sobretodo me gusta que os líe, pero que todo se verá a su tiempo.

Si os ha gustado no olvidéis comentar y picarle a esa hermosa estrella de abajo.  Gracias por existir mis lectoras.💜
Pd: Tobías en multi💘

-Elvira🤓⚡️

A cambio de nada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora