Todo pasó demasiado rápido, el hombre tirado en el suelo y Tobías lanzándole golpes sin control, sus puños estaban tan blancos que casi se podía apreciar los huesos de sus nudillos, que se tornaban de un rojo carmín.— Déjalo. —me atreví a abrir la boca. Tobías me miró profundamente y se levantó de encima del hombre.
La rubia con la que había venido estaba en shock, con las bragas bajadas, literalmente. Yo tampoco daba crédito a lo que veía.
— ¿Como mierda se te pasa por la cabeza ponerte borracha? —me cruce los brazos y el apretaba la mandíbula.
— Joder, Tobías —me eche las manos a la cabeza y luchaba por no derramar ninguna lágrima.
El chico se acercó a mí, su rostro se suavizó ligeramente y subió una de las comisuras de sus labios, simulando una sonrisa. Abrí los ojos, tenía ganas de vomitar.
— Siempre tenemos que encontrarnos en malas situaciones, vecina. —murmuró el en mi pelo.
Intentaba calmar mi respiración para que no notase lo cagada que estaba de que estuviese tan cerca mía. La rubia seguía sin articular palabra, reí por ello.
El de las trenzas se levantó medio moribundo y le pegó un puñetazo a Tobías en la espalda, sus ojos se tornaron más oscuros y se dio la vuelta.
Golpes, patadas, gritos entre sí me hacían ponerme enferma. Uno de esos golpes que lanzó Tobías acabo en mi cabeza, dejándome inconsciente en el suelo.
Sentí como me cogían en brazos y me tambaleaban para los lados, la cabeza me daba vueltas y no podía apenas abrir los ojos. Después de unos cinco minutos en brazos del individuo, este sacó unas llaves de su bolsillo, metiéndolas en el cerrojo de una casa.
La puerta se cerró detrás de mí y abrí los ojos como platos.
— Pensé que estabas muerta. —murmuró el con un tono divertido, aunque muy serio.
— Anda, no jodas. —susurré bajándome de encima suya.
El chico soltó una risa y yo hice una inspección del lugar, tenía todas las ventanas cerradas. Tragué saliva y le volví a mirar.
— Estas en mi casa, no te asustes. —asentí y me senté en un pequeño sofá.
— ¿Que has hecho con el tío? ¿Por que estabas con otra tía? ¿Por qué me ayudaste? —empecé a formular preguntas y me agarré el pelo.
Tobías me miró con un rostro de desesperación, apretando los labios y suspiró.
— Cada jodida vez que quiero separarme de ti, algo nos acerca, y eso no es bueno. —dijo mientras daba vueltas por la sala.
No sabía cómo tomármelo, como un cumplido o una ofensa.
— ¿Qué? —dije incrédula— Yo no me acerco, tú tampoco, en teoría no nos tenemos ni que ver el pelo.
Alcé los brazos al aire y el chico me volvió a mirar, y esta vez, diferente.
— Losé, pero me siento extrañamente atraído por ti. —musitó para sí mismo, aunque no alcance a oír mucho.
— En cualquier caso, esto no está bien. —afirmé levantándome. La casa estaba descuidada y habían varias cajas de pizza por el suelo.
— No te vayas, te marearás. —volvió a decir el con voz ronca. No me quería ir.
Y como si fuese un adivino, un pinchazo en mi cabeza hizo que soltase un grito.
Una chica con el pero rojo y ojos verdes estaba detrás mía, con un cabello mío en la mano.— ¿Pero tú de qué vas? —acusé histérica.
— Tobías, ¿está quien es? —me miró con despreció.
El chico no podía parar de reír hasta que se volvió serio de repente.
— Una amiga, Leah, una amiga. —la chica besó su mejilla mientras me miraba con asco, puro asco.
— Vale, te creo —le susurro ella al oído— . Aunque con ganas me quedo de matarla.
La mandíbula me llegaba hasta el suelo y la pelirroja se restregó con Tobías, pero él seguía con la mirada fija en mi, como si esperase una reacción.
— Me voy. —murmuré, Leah asintió con una sonrisa.
Perra.
— Adiós, Hailey. —se despidió Tobías quitando la mirada, bajándola al suelo.
Salí de la casa con mucho sigilo, la cabeza me daba vueltas y llegué a casa a duras penas en pie.
Una nota estaba pegada en el cristal de la ventana de mi cuarto, pero pegada por fuera. Me extrañó, la cogí y comencé a leer:
Ley, espero que no nos volvamos a encontrar. Aunque si es así, que no sean situaciones de mierda. Sueña conmigo, pero con pesadillas.
—TF.

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A cambio de nada.
Ficção AdolescenteHailey se enfrenta a un cambio de aires por cuestiones familiares, ese viaje la involucra en una aventura donde nada es lo que crees que es y el peligro inunda cada rincón. Ella estará dispuesta a darle un vuelco a su vida pero, alguien se inter...