*odinnadtsat'*

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Advertencia: Este capítulo contiene escenas sexuales explícitas, están avisados

Idate Seguía con los ojos fijos en mí. Incluso después de relajarnos tras haber hecho el amor y después de haber abandonado mi cuerpo. Se quitó el preservativo, le hizo un nudo y se deshizo de las pruebas. Pero ahí estaba de nuevo, frente a mí, sus ojos deteniéndose en los míos, buscando mi reacción después de lo que acabamos de hacer.

—¿Estás bien? —preguntó mientras deslizaba su pulgar por mis labios, acariciándolos con mucha suavidad.

Le sonrió levemente y contestó con lentitud.

—sí. —Me mira detenidamente y veo un leve sonrojo en sus mejillas.

—No he acabado contigo ni mucho menos hemos terminando.

Arrastra la mano por mi cuello, por mi pecho, a lo largo de mis caderas hasta posarlas en mi estómago.

Ha sido tan increíble... No quiero... no quiero que acabe. —Dejó la mano ahí extendida y se inclinó hacia delante para besarme lenta y concienzudamente — Quiero... quiero correrme dentro de ti. Quiero estar dentro de ti, sin nada entre medio de nosotros. —Arrastró sus dedos hasta tocar y acariciar mi húmedo y semi abierto ano, Justo Ahí.

Mi cuerpo respondió a sus caricias de manera involuntaria, incapaz de evitar arquearme hacia sus dedos. Un sonido de placer salió de mi garganta.

—Entonces... ¿Es eso un sí? —se tumbó completamente sobre mí y entrelazo mis manos con las suyas mientras me abría las piernas con sus rodillas para poder meterse entre ella— Quiero volver estar Dentro de ti, Shiro.

Me sonrojo a más ahora lo sentía enorme; duro, excitado, adentrándose en mí y listo para hundirse completamente. Y a pesar de lo vulnerable que era debajo de él, nunca me había sentido más seguro.

Me besó con pasión, y su lengua me reclamaba como antes. Era una demostración de lo que quería hacer con su pene.

—Joder... —Gruño mientras deslizaba su grueso y desnudo miembro contra las paredes de mi ano, que todavía eran presas de un cosquilleo— Oh, nene, me das tanto placer. Me vuelves jodidamente loco.

Y así fue la segunda vez con él. En esta ocasión se movió más despacio, de manera más controlada, como si quisiera saborearlo. Pero no es que fuera menos placentero. Al contrario se sentía mucho mejor. Dentro de mí parecía más grande, más duro, con sus testículos golpeando mi ano empapado con cada estocada, y entonces él se detuvo en seco como la espina dorsal arqueada, y ese movimiento nos unió tanto que en ese instante me sentí parte de mí.

Idate dijo mi nombre con un grito ahogado y se quedó dentro de mí cuerpo, tal y como había dicho que haría, hasta que después de unas cuantas y pequeñas sacudidas la punta de su pene se corrió dentro y él se detuvo por completo, respirando entrecortadamente todavía entre mis piernas.

Me lamió con suavidad el cuello mientras le acariciaba la espalda, cuyos músculos irradiaban calor y humedad por culpa del sudor. El iglú olía a sexo y a su deliciosa colonia combinada con tabaco. A pesar de que el ambiente estaba frío nuestros cuerpos emitían calor, cuando toco con las yemas de mis dedos los bultos irregulares de su espalda, que eran las cicatrices que obviamente había dejado yo hace un tiempo atrás este se movió rápidamente y mis manos se apartaron.

Pero no se fue muy lejos. Idate se puso de lado, se recostó y me miró fijamente unos segundos más su mirada bajó hasta la gran cicatriz que tenía en medio de mi estómago para acariciarla lentamente y luego apartar su mano de ese lugar que me traía recuerdos oscuros.

*Culpable* (shirodate)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora