* semnadtsat'*

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Un año más tarde.

Me encontraba jugando con mi sobrina. Mi primo me encontró varado en la orilla de la plaza. Después de que me vendaron la herida que tenía en el cuello supe que Snow tenía una hija y esposa, maravillosas a decir verdad.

Snow y Botan su esposa, que es una pequeña coneja como su hija, la cual, me estaba haciendo una corona de flores mientras compartimos un picnic en los grandes jardines de ellos.

Mi primo al verme llegar no pregunto nada, solo me recibió en su humilde hogar con los brazos abiertos, pero yo sabía que no podía ocultarle por siempre lo que me había ocurrido durante tantos años conviviendo con todos los de la isla. Cuando reuní todas las fuerzas para lograr contarle mi situación actual, sucedió que él no se lo tomó a bien como era de esperarse, me regaño como nunca alguien lo habría hecho que ni los regaños de Yukisada se comparaban con el que me dio mi primo.

Luego de unos meses que me desaparecí fue que me encontró Bonjiri quien traía consigo varias cartas que eran de Yukisada para mi, me hablaba de que su huevo había roto su cascarón de forma saludable era una nena muy fuerte para ser una pequeña Búho. Cada vez que respondía a sus postales me preguntaba como estaría Idate, sabía de antemano que era tan idiota seguir enamorado de alguien que alguna vez te levanto la mano, oh eso dijo mi primo y aunque fue solo una ves justamente cuando ya escapé... pero el me engaño, que puedo estar esperando. Puede que ahora mismo esté con esa mujer revolcándose en la misma cama donde dormíamos.

El disgusto se marcó en mi rostro intento pensar en algo más y aunque había ocasiones donde me hallaba recordando la sensación de la nieve en mi piel... debía admitir que lo extrañada, nada se comparaba de todas formas a las bonitas praderas en las que actualmente me hallaba... pero recordar como copos de nieve danzaban entre sí para luego acumularse en el bello manto blanquecino de la nieve, nada se comparaba con esas noches estrelladas y las hermosas luces nocturnas.

— ¿En qué piensas Shiro? —Sonríe amable Botan.

Su hija se sienta en las piernas de mi primo para luego sonreírle, era muy contagiosa en ocasiones su sonrisa infantil.

— Pensaba en la nieve... —Respondí por lo bajo.

— Aqui no nieva tio, ¿Cierto papi? —Pregunta la pequeña coneja.

— Cierto. Te veo pensando mucho en ella... —Menciona Snow.

No respondo y me remuevo incómodo en la suave tela de picnic.

— ¿Quien quiere ir a recoger flores? —Pregunto Botan sonriente.

— ¡Yo! —Respondió alegre la pequeña.

Para cuando nos dejaron solos, miro algo nervioso a mi primo sabía que me iba a preguntar y la misma respuesta tonta le daría.

— ¿Piensas en él? —Su rostro sonriente se puso serio.

— No, solo pensaba en mi amigo.

— Siempre respondes lo mismo... —Suspiro.

— Es.. esque esta vez me mandó una carta... diciendo que su hijo ya sabe caminar —intento decir alegre— y me dan ganas de ir a verlo...

— Pero sabes que si vas te encontrarás con él y nadie me asegura que vayas a salir bien o que volveras... entiéndelo Shirogane.

—Pero... ¿y si vienes conmigo?—Sonrió levemente, este mira a su hija con su pareja.

Lo veo pensarlo por un momento, esperaba ansiosamente que me dijera que no, que fuera solo pero se volteo a mirarme y sonrió.

—Bien, aprovechare de conocer a ese amigo tuyo.

Esperamos que pasara este mes para que Bonjiri pasase para mandar una carta a Yukisada diciéndole que iría a la isla con alguien, ya que Snow dijo que no le contara a nadie que eramos primos, de esta forma si Idate se acerca pensaría que tendría una pareja. A decir verdad Botan y yo pensamos que era una pésima idea pero él insistió hasta que nos convenció a ambos de que así cuidaría mejor de mi.

Aunque deje claro que no quiero nada de que él se comportara como es con Botan, en pocas palabras muy romántico... Idate no lo era siempre, siempre fue muy caballero y eso me derretia.

Suelto un suspiro y la pequeña me queda mirando.

—¿pasa ago, tío Shiro? —me queda mirando con esos grandes ojos suyos, miro a todas direcciones de que no estuviera ni mi primo ni su esposa.

—Pensaba en alguien que quería mucho... —Aquí engaño aun lo quiero, apesar de todo lo malo.

Aunque Yukisada tenía razón un corazón roto sana mas rapido, tengo que admitir que disfrute mucho mi estadía con Idate, algunas de sus ocurrencias me hacen reir como cuando hacía pay de manzana y el intentaba colarse en la cocina para comer un trozo a escondidas. Noto que la chica me estaba hablando mientras estaba inmerso en mis pensamientos.

—¿Disculpa? me lo repites pequeña—Digo dulce y me río cuando ella infla las mejillas molesta.

—¡Tio! yo preguntaba que paso con esa persona.

—Nos tuvimos que distanciar...

—¿Poque? —ladea la cabeza.

—porque, él hizo cosas malas....—bajó la cabeza hasta que siento que ella acariciaba mi cabeza.

—Mami siempe dice que todos cometemos edores —Sonrió.

—Si.

Luego de que nos llamaran a comer, cuando todos terminaron de comer nos levantamos de la mesa para irnos a hacer distintas cosas yo por mi parte solo sali al jardin a recostarme en el pastizal para quedarme mirando el cielo mi mente comenzó a divagar en todos los sucesos que han estado ocurriendo que últimamente todo es confuso por alguna extraña razón, lo que siento y lo que me niego, que estoy al borde del pesimismo nuevamente y me acerco al mismo realismo. Dudo que él se arrepienta de todo, lo más probable que solo fui algo pasajero,me siento algo perdido, lo recuerdo con frecuencia aunque eso implica demencia, no estoy seguro si estoy enamorado aún de él o estoy enamorado de su recuerdo porque llevo muchos días, muchos meses de esa manera, dudando de mi sentir, dudando de ti... Que me gustaba como me cambiaba mi rutina, me gustaba lo que éramos y lo que fuimos, y aun que sienta tan estúpido por a veces encontrarme escribiendo cartas que quedan a medias y que trato de ocultar, queriendo saber de él.

Pero qué terrible pasa el tiempo pero los sentimientos pertenecen.

*Culpable* (shirodate)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora