DOCE.

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Entramos en el comedor y nos pusimos a gritar sus nombres. Nadie contestaba. Buscamos por todo el hotel, solo faltaba la habitación. Deseaba con todas mis fuerzas que estuvieran allí, ya que nuestros padres no sabían nada de nuestro viaje y si tenía que denunciar su desaparición, se enterarian.
Andrés estaba conmigo, siempre hablándole con tono dulce y carñoso.
Intenté abrir la puerta de la habitación pero me temblaban tanto las manos que no atinaba.
-Yo la abro, tranquila, seguro que estan bien. -su voz siempre me relajaba y me ponia nerviosa a la vez, era una sensación extraña.
-Muchas gracias, estoy algo preocupada, nuestros padres no saben que estamos aqui... y bueno si no la encuentro.. me la cargaré.
-Tranquila, eso no va pasar, los encontraremos, cueste lo que cueste. -sus palabras me tranquilizaron, ya no temblaba pero me daba miedo abrir la puerta. Me cogió la llave de la mano rozandola delicadamente.
Abrió la puerta, había un bulto sobre la cama.
-¿Oli? ¿Rubén?-pregunte yo algo mas relajada viendo un bulto en la cama, solo teniamos llave Oli y yo.
-¿Que quieres?- dijo mi amiga algo seria y con la mirada perdida.
-¡Ayy! ... Oli menos mal que te encuentro, estaba preocupada. ¿Estas bien? Pareces pálida.
-Y tu pareces tonta ahi parada, dejame sola. - No reconocía a mi amiga, estaba fría y distante. Nunca antes la había visto asi...

Withmore [¡EDITANDO!] | Anteriormente: Si Yo Fuera Ella...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora