Me di cuenta de lo rápido que había pasado el fin de semana en cuanto estuve atravesando el campus rumbo al salón de clases de Literatura el lunes a primera hora de la mañana.
Habíamos ido a la playa el sábado y regresado tarde, cuando el sol ya se había puesto. El domingo habíamos ido por helados en la mañana y el resto del día lo pasé en mi salón de piano, estudiando y sintiéndome culpable por no haber ensayado en dos días.
Todavía me sentía algo incómoda con lo del reto. Por una parte, era refrescante el hecho de que ya nadie me preguntaba o se metía conmigo por ser la-chica-que-gusta-de-Harry-Styles-y-que-él-rechaza.
Pero no me sentía bien conmigo misma. No cuando había visto la mirada en su cara y había rogado internamente de dijera lo que yo quería y necesitaba escuchar.
-¡Oye!- Wen corrió para alcanzarme y disminuí el paso, esperándola- ¿No estás cansada? Odio los lunes.
-Eso es porque anoche estuviste entretenida con Ingrid, Ed y sus amigos hasta tarde- reí.
-Mientras tú te comías el piano, sí, lo sé- me criticó.
-Oye, eso no es algo malo. Llevaba días sin estudiar.
-Am, no se por qué tanta obsesión. Es obvio que pasarás el examen nacional con los ojos cerrados. Eres una genia- frunció el seño- En serio. Si yo tuviera la mitad de tu talento, no tuviera tantos problemas.
Esta vez fue mi turno para fruncir el seño.
-¿Todavía tienes problemas con el Solfeo?
-Sí- suspiró- También con la percusión. Mi profesor sigue diciendo que mi posición al tocar es un asco.
-¿Ya le pediste ayuda a Harry? Es bueno en lo suyo.
-Lo sé, pero es sólo la posición. Él no puede ayudarme con eso. De todos modos...
-¡Hola, chicas!- Ernest se acercó tímidamente, interrumpiendo a Wen.
-Hey- lo saludé con una sonrisa- ¿qué tal?
-Todo bien- me regaló una enorme sonrisa- ¿A dónde van?
-Literatura- gruñó Wen.
-Uh, eso apesta a primera hora- el chico hizo una mueca- Las acompaño, hago camino hacia composición.
-Ouch. Eso es peor que Literatura- se quejó Wen.
-A mí me gusta- me encogí de hombros.
-Eso es porque eres rara.
-¡Oye!- le grité a mí amiga mientras reía.
Ella rió y se echó a correr adentrándose en el local en el que recibiríamos la clase. Cuando llegué a la puerta, me giré hacia Ernest, sonriendo.
-Bueno, aquí me quedo yo. Suerte con Composición- me di vuelta, siguiendo a Wen.
-Espera- su mano capturó mi brazo- Yo... quería hacerte una pregunta.
Le di toda mi atención, alentándolo con una sonrisa. El chico me agradaba. Vi como lentamente su rostro se tornaba rojo.
-¿Qué pasa?
-Yo... ¿Tienes algo que hacer esta tarde?
-Eh...- no respondí inmediatamente.
-Digo, quería ir a comer- se apresuró a decir- Pero si no puedes hoy no importa. ¿Tal vez mañana?
Me quedé en silencio por unos segundos.
-¿Me estás invitando a salir?- pregunté despacio.
-Eso creo- se rascó su cabeza, luciendo avergonzado- Si no quieres ir a una cita está bien, sólo ve conmigo... como amigos.
