Hey. No es un capítulo. Lo siento. Se que hace tiempo (bastante en realidad) que no actualizo y que algunas vinieron aquí corriendo pensando que era la continuación de la historia de Amaya y Harry.
Pero no lo es.
En su lugar, estoy escribiendo esta nota con el corazón en la boca, lágrimas en los ojos y un hoyo en el pecho.
Hoy se me fue un amigo, un hermano, una de las personas que marcaron mi pasado del tal manera que mismo si no las veo seguido a causa de la distancia, las llevo en mi corazón y en mi mente cada día.
Se fue un chico de tan solo diecinueve años que tenía una vida por delante, un futuro, una personalidad única, sentimientos puros, buen sentido del humor y un corazón de oro.
Se me fue el chico que inspiró a Marlon y me afecta más de lo que habría imaginado si hubiera sabido que esto pasaría. Necesitaba desahogarme y sabía que este sería el lugar perfecto porque de alguna manera, ustedes lo conocen al menos un poco dado que han llegado a esta parte de la historia.
Solo espero que el Marlon de esta historia le haga justicia.
Y para ti, si estás leyendo esto o me estás viendo escribiéndolo y riéndote de lo sentimental y blandengue que puedo llegar a ser a veces, solo quiero que sepas que te amo, que eres una de las mejores personas que he conocido y que aunque solo te acabas de ir, ya te extraño. Le doy gracias a Dios por haberte conocido, por cada uno de los momentos en los que dijiste algo estúpido y me reí a carcajadas hasta ya no poder más. Por esos 5 años de amistad en las buenas y en las malas. Por esos momentos y conversaciones que aunque en ese momento parecían insignificantes, las guardo en mi corazón hoy y siempre.
Descansa en paz, Marli. Espera y nos encontraremos cuando haya terminado aquí.