Extra número uno.
Solo probando que tal. Espero les guste, tal vez escriba uno de Mavin, tal vez... chao.
Ethan estaba sudando, las palmas de sus manos estaban húmedas y calientes, estaba nervioso. Había terminado su primera semana en su nuevo trabajo y se sentía con ganas de festejar, así que invitar a comer a Blake y Blondie había sido para el la forma perfecta.
Se encontraba en el restaurante chino cercano al departamento de las rubias, había llegado medía hora antes y sentía que su estómago se comprimía dentro de él, tomando té helado del cual ya se había derretido el hielo y mirando su reloj y algunas veces letras en chino mandarín en las paredes, se pasó pasó el tiempo.
No llegaban, no lo hacían.
Se sintió un tanto decepcionado, y casi podía escuchar un "crack" en su pecho. Tendría que tirar los girasoles, y la azucena amarilla que había comprado para regalarles a ambas. De repente el sonido de la puerta abriéndose y la mesera corriendo en dirección a la entrada le hizo girar, soltó un suspiro de alivio allí estaban ellas.
Blake le miró con una sonrisa apenada mientras dejaba a Blondie en el piso. La pequeña corrió hacia su papá y fue seguida de la rubia y la mesera con rasgos asiáticos.
"Hola." Le dijo el con una enorme sonrisa. "Pensé que no llegarían."
"Lo siento." Le respondió mientras se deslizaba en el asiento junto a Blondie quien estaba observando el mantel individual de papel que contenía los años chinos. "Tuvimos un problema para encontrar un taxi, terminamos caminando hasta acá, ¿no es así Blondie?"
"Sip." Dijo ella tomando uno de los youtiao (especie de "churros" chinos, pan frito.) que había pedido como aperitivo.
"Ya puedes quitarte el sombrero." Le dijo Blake, estaba usando un bonito fedora negro, muy grande para su cabeza que la hacía tender que echar la cabeza hacia atrás para poder ver. Blondie negó, llevando las manos a su sombrero. "No podrás comer con el tapándote los ojos."
"Que importa." Dijo encogiéndose de hombros.
"Dios, mío." Susurro Blake apoyando sus codos sobre la mesa. "A veces eres tan Morgan."
"Hey." Ethan fingió estar ofendido. Y Blake se rió sonoramente haciendo que su pecho se hinchada de alegría al escuchar ese sonido.
...
La comida consistió en pollo agridulce, arroz frito y un montón de anécdotas de Blondie cuando era bebé. Ethan le contó la primera vez que la conoció, como lloro al escuchar el ruido que hacía cuando bostezaba y lo mucho que amo sus ojos azules. Blake sonreía y ahogaba suspiros al verlos. Blondie había pasado a sentarse al lado de su papá y había terminado sobre su regazo a la hora del postre. Ethan le lanzaba un par de miradas acompañadas de una sonrisa pequeña, ella miraba sus flores, cinco girasoles atados a un listón lila. Blake se había sonrojado al recibirlos y Blondie había chillado al tomar su azucena jugueteando al principio y luego casi olvidandola por completo.
A la hora de irse decidieron caminar de regreso al departamento de Blake. Ambos tomaron una mano de su hija y caminaron lentamente por las calles, alzándola algunas veces, arrastrándola algunos segundos mientras la pequeña soltaba carcajadas. Cuando estuvieron frente al edificio un silencio incómodo los envolvió, desearon que las calles fueran más largas y así tuvieran más tiempo para hablar.
"Gracias por la comida." Blake sonrió. "Aunque yo debí de pagar, estábamos festejándote."
Ethan río, negando al puchero inconsciente que Blake había echo. Quiso decir: lo que sea para mis chicas. Más sin embargo se mordió la lengua para no sonar muy atrevido.
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Problemas de una rubia (CALM#3)
JugendliteraturFue en 199X. Blake no puede huir por siempre de sus problemas.