21. Te bese, y aun no me arrepiento

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Ethan Morgan.

Sentí algo moverse sobre mi pecho. Algo recorrerme de un lado a otro mientras mi sueño se desvanecía. La molestia de una garganta seca y amarga eran un recordatorio de lo mucho que beber y comer poco no eran la mejor combinación.

Hubo un movimiento que ni fue brusco ni tampoco delicado justo a mi lado haciendo que mis ojos se abrieran de golpe.

Tan pronto vi la luz del día caí en cuenta de lo que había pasado la noche anterior y donde me encontraba.

Estaba en la habitación de Blake y ella durmiendo plácidamente con su rostro pegado a la altura de mi pecho.

Demonios y mil demonios... había sucedido.

Blake era un montón de cabellos de oro desordenados esparcidos a lo largo de su espalda. (No había señales de sus preciosos rizos, ni una sola.) Su boca ligeramente abierta, exhalando aire tibio de su cuerpo, su expresión tan serena, descansando plenamente en sus sueños.

Una de sus manos se encontraba en mi pecho desnudo, porque si, la camisa se podía ver del lado desocupado de la cama. Eramos como un pequeño nido de piel y sabanas marrones de satín. Dormimos en un solo lado como si nos tratáramos de siameses unidos de nuestras extremidades incapaces de alejarse el uno del otro.

La perfecta forma de despertar.

Sacudí mi cabeza tratando de borrar esas ideas. Yo tenia a Isabel y ella a un novio esperándola. Era una locura, secretamente deseando permanecer en esa cama para siempre, solo  impaciente a que la culpabilidad me llenara. Quise sentirme el ser mas despreciable pero... No lo hice. Permanecí viéndola durante unos quince minutos en completo silencio. La nariz fría de Blake se restregaba en mi y ella suspiraba, luego hacia una especie de ronroneo y por ultimo se quedaba quieta, placida en su sueño.

La tortura empezó al ver el reloj en la pared; marcaba las seis con cuarenta. Mi dilema era el si debía marcharme o quedarme y dar alguna explicación.

Te bese Blake, y aun no me arrepiento.

En mi mente sonaba estúpido así que lo primero que hice fue empujar ligeramente el cuerpo caliente y suave de Blake. Para mi suerte eso no la despertó. Blake solo balbuceo "No dejes que el perro orine mis flores." Sonreí, adorándola una vez más. Tomando mi camisa y zapatos di un ultimo vistazo, fue entonces cuando me arrepentí de haber dejado la cama.

Debía hacerlo. Era lo correcto.

"Oh." Alguien murmuró en sorpresa. Mientras salia hacia el pasillo alguien más trataba de salir de una distinta habitación al mismo tiempo. Celine llevaba sus tacones en una mano y blazer colgándole del hombro al igual que sus medias negras. Sus ojos ámbar me observaron con sorpresa; estábamos en las mismas, huir antes que dar explicaciones. "No diré nada si tu tampoco lo haces niño." Asentí con la cabeza y ni una palabra se dijo mas. Cada uno camino en su dirección.

...

Blake

Tuve un sueño de lo mas extraño. Ethan y yo corríamos por las calles de Nueva York intentando encontrar un taxi y tropezando en el intento.

Nos besábamos, no una si no muchas veces, incluso sentía fresca la sensación de sus dientes masticando cual dulce mis labios, que locura. En el sueño el me sonreía, una sonrisa real con muchos dientes y zafiros entrecerrados ... Ethan cantaba New York, New York al estilo Broadway; en realidad sonaban como fuertes alaridos que me hacían carcajear y a la gente voltear a vernos.

Problemas de una rubia (CALM#3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora