Problemas de una rubia (CALM#3)

25. Lejos

La noche anterior.

La cremallera del vestido se deslizo hacia bajo, igual que la tela similar al satin. Un charco de color zafiro sobre los pies de la rubia quien permanecía de pie frente la cama siendo observada por Ethan, el admirando lo que el paso de los años había echo de Blake. Ya no tenían dieciocho años, la habitación en donde estaban no era el cuarto de adolescentes donde la tuvo por primera y única vez, no habían posters de bandas, no estaban sus cobijas amontonadas de un lado de la cama ni los discos pegados a lo largo de la pared, esa vez era todo diferente.

Blake dio un paso fuera del vestido y Ethan podía sentir la ansiedad recorrerlo desde los pies hasta la garganta.

"Voy a besarte." Le prometió. "Todo lo que no te he besado estos años."

La rubia sintió faltarle el aliento. Ethan se puso de pie, estando ella fuera de los tacones era mas obvia la diferencia en tamaños. Ella era pequeña y delgada, el era alto y fuerte. Observo como los botones de la camisa de el se iban apartando dejandole ver la piel firme de su pecho. Sus manos le picaban por tocarlo, por arañarlo por besarle también.

Ni remordimientos, ni terceras personas aparecieron en su mente. Ethan se dedicó a besarla, de arriba a bajo hasta hacerla chillar porque solo besos no serían suficiente.

Ethan

Había despertado después de sentir algo sobre mi nariz, sonreí al notar de que se trataba. Blake a mi lado de la cama pasaba sus delgados dedos por el punte de mi nariz, y tarareaba alguna canción en susurro, paro sus movimientos cuando mis ojos se fijaron en ella y me sonrió .

"Buenos días." Susurro alejando su mano de mi cara y acercando su rostro al mio para dejar un beso tronado en mi mejilla. "Muy buenos días."

"Excelentes diría yo." Gire mi cuerpo acorralando el suyo bajo el mio.

Estábamos en una burbuja, una pequeña burbuja de cuatro paredes sobre el quinto piso del Dakota, en esa burbuja solo había espacio para nosotros dos, y nadie mas. 

"Deberías ir a tu habitación." Me dijo ella. Yo negué con la cabeza, no quería irme tan pronto, quería pasar lo mas posible a su lado, besarla, hacerla sonreír, hablar porque con Blake era tan sencillo hablar de todo, cualquier tema por extraño y raro que fuera.

"Me gustan tus ojos." Solté y ella rió rodando sus esferas verdes. "Lucen del color de una pera." Me acerqué olfateando su cabello. "Y tu hueles como una."

"Bien... Pues tus pies son bonitos." ¿Qué? Una carcajada ronca salió de mi boca. ¿Enserio de todo lo que pudo haber dicho fueron mis pies los elegidos? "Hablo enserio." Dijo golpeando mi hombro. "Son bonitos para ser pies de hombre."

"¿Tengo algo más bonito?" Ella bufo.

"Sabes que todo tú eres bonito." Aseguro y no pude evitar sonreír orgulloso.

"Pues toda tú eres hermosa." Blake rodó los ojos y murmuró un aja, mientras yo buscaba apoyarme sobre sus piernas, algo capto mi atención. "¿Que es esto?" Dije tomando el cuaderno cubierto de estampillas y calcomanias sobre su mesita de noche. Blake quiso arrebatármelo pero yo siempre fui mas rápido que ella, aunque no le gustara admitirlo. Quite mi cuerpo encima del suyo sentándome un poco alejado de la rubia quien permanecía solo con la camisa de botones que llevaba ayer. "Atrás, shu, shu atrás." Le dije riendo.

"Ethan, no." ¿Por qué tanto alboroto con ese cuadernito?

Lo observe con detalle, y algo había en el que me parecía muy familiar ¿seria acaso? sin todos esos coloridos que le decoraban.