CAPITULO 5.

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La mitad de la noche la había pasado en casa de Linda, Víctor estuvo a su lado en todo momento, yo recogía el vomito que dejaba a través del pasillo hasta que al final le puse un cubo para que no se levantara mas. Sobre las cuatro de la madrugada regresé a casa muerta del frio. Me di una buena ducha caliente  y me metí en la cama a descansar... “descansar” .. No dormir… no pegué ojo en toda la noche. No quitaba esas imágenes de mi cabeza.

Cuando ví los primeros rayos de luz asomarse por la ventana me puse en pie. Baje a la cocina hacerme un café bien cargado. Me senté en uno de los taburetes de la barra y recapacite en todo lo que estaba pasando. -No fue un sueño- me dije mientras daba un sorbo a la taza. El recuerdo de esos ojos grises clavados en mi hizo que me retorciera en mi asiento... recordé el instante en que la daga brillante atravesaba el corazón de aquel tipo.. No se lo pensó dos veces.  La taza titubeo entre mis manos cuando me puse en su lugar... trague saliva... no quería ser la siguiente que provara el filo de esa daga.. Una cosa estaba clara, esa gente no era normal, Yoel no era normal... mire el colgante que estaba sobre mi pecho, lo observe detenidamente.

-¿Qué eres?... –le dije mientras le daba vueltas en mi mano.

Sin duda tenía un significado que yo desconocía, era un colgante tallado, como una jaula plateada y en su interior una piedra que ahora se veía verdosa, azulada con unos matices dorados, una piedra única. Vengo aquí y resulta que es alguna reliquia que unos locos perturbados quieren conseguir…-fantástico-. Tenía que averiguar qué significaba . Lo que si tenia claro era que  la piedra no se iba a separar de mí ni en un millón de años, pelearía antes de darla como si nada. Habían despertado mi curiosidad. Pero la curiosidad mato al gato... y sentía que me estaba adentrando en un abismo del que posiblemente no regresaría con vida, pero no iva a permitir que unos cuantos locos me la arrebataran.

Tras sacar conclusiones y calmar mí estado emocional mire el reloj de cuco del salón. Ya marcaba el medio día. Antes de hacer la comida llame a Linda para ver como estaba.

-¿si?..

-¡hombree!.. Bob esponja habla.. –le dije riéndome por el tono de su voz.

-¡oh! ¡Cállate!... he pasado una noche de perros...

-yo creo que te vino bien…-hice una pausa- ¡dime!.. ¿Sigue Víctor en tu casa?

-¡oh! ¡Te voy a matar!.. si...- solte una carcajada al imaginarme su cara roja.

-bueno en ese caso os dejo...

-¡espera espera!.- me dijo antes de que intentara colgarle.

-esta noche vamos a un club de la ciudad..¿Quieres venir?, solo iremos Víctor susi y yo...

Pensé. En realidad no tenía nada que hacer y ver la ciudad haría que me distrajera un poco de este maldito pueblo.

-¡vale!, me parece bien.

-pues a las 7 te espero en mi casa, ¡ponte divina!

-¿es que vamos algún sitio en especial?..-pregunte recordando que todo lo que tenia era “elegante y fino”, no tenía nada para una discoteca o club.

-es un local que ahora está de moda, ponte un vestido y unos tacones... algo asi... luego pasate por casa y nos arreglamos si quieres...

-¡de acuerdo!, bueno os dejo tortolitos. ¡Un beso Bob!..- reí.

-¡bicho!, ¡un besazo! ¡Muuaa!

Y con esas colgué el móvil. Rodeé la barra y me dispuse a preparar  uno de mis platos preferidos ¡macarrones con carne!.

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