CAPITULO 33.

3.8K 331 16
                                    

33*****************

Cuando me levanto en la mañana tengo una sensación extraña en el cuerpo. Aun no entendía porque se aparto de mi de aquella manera tan brusca. Solamente por decirle que olia bien, va y hulle de mi como la peste... No paro de darle vueltas a la cabeza y me cabrea no entenderlo. Me sigue escondiendo cosas, (que novedad)  dice la mujer de mi consciencia muy oportuna ella, le frunzo el ceño, pero si, tiene razón, aun siento la fortaleza de sus barreras y aunque las ha bajado estos días aún me queda mucho camino por delante para entenderlo…Mi oscuro y raro Arcángel…

Me pongo en pie cansada y abro la cortina para dejar pasar la luz. Respiro profundamente mientras veo que el sol se ha dignado a salir. Este fin de semana ha llovido bastante y pese a que el agua me gusta y me tranquiliza necesitaba ver salir los rayos del sol, es como una recarga de energía.

Bajo a la cocina con un pensamiento. Hoy es lunes y debo de ir a trabajar, no quiero ni pienso quedarme aquí por ninguna de las maneras, llevo más de 12 horas aquí metida y siento que la casa me come, necesito salir y hacer vida normal.

Cuando llego al salón veo la puerta de la habitación de Jude entornada, eso quiere decir que esta despierto pero no lo veo por la casa –el taller- seguro que está allí metido con sus experimentos, en fin...me relaja saber que por lo menos uno de nosotros se distrae con cosas. Yo no paro de darle vueltas al coco sabiendo que jamás tendrán respuestas mis preguntas. Bueno, por lo menos no por ahora.

Entro en la cocina y voy a preparar algo de café, tengo los ojos hinchados y unas manchas negras bajo los ojos muy profundas. Me mantengo despierta por la incertidumbre y los nervios de todo lo que está pasando... Pongo la cafetera y enciendo el fuego a mínimo, de repente siento un aroma a tierra mojada que me hace arrugar la nariz. Trago saliva, es amargo y seco, pero suave, no huele tan mal. Estoy absorta mirando la cafetera cuando escucho un carraspeo de garganta detrás de mí.

Me doy la vuelta y veo unos imposibles ojos lilas mirando en mi dirección. Paso saliva.

-Me han dado instrucciones de que no salgas de las tierras.

-Tranquilo no tenía pensado salir sola y más sabiendo que hay algunos como tu ahí fuera. -Digo recelosa mientras vuelvo a mirar a la cafetera. Sé que si intento escaparme tendré a un ejército infernal detrás de mí para impedirlo.

-No deberían de asustarte los caídos como nosotros, deberías de darnos las gracias. -Me giro a mirarlo con mala cara.

-Yo no pedí que unos cuantos soldaditos infernales cubrieran las tierras de mi guardián.

Levanto el mentón mientras veo esos imposibles ojos lilas. Son sorprendentes y como me llaman tanto la atención ahora no puedo apartar la mirada. Mierda. Sonríe, pero yo no aparto la mirada, no me intimida.

-Encantado de conocerte portadora. Me han dicho que me ande con ojo contigo. -Levanto una ceja.

-Al parecer soy como una especie de asesina en serie..

-Una asesina en serie no, pero una provocadora nata sí.

Lo miro y mi sangre arde de furia. Creo que mi expresión lo dice todo y estoy a punto de explotar. Esboza una gran sonrisa y por un momento su expresión cambia.

-Te estaba tomando el pelo.-Se acerca a mí. -Encantado, soy Darius el segundo en mando bajo las ordenes de Yoel. Es un placer..

Me deja atónita cuando coge mi mano y la besa fugazmente. ¿Qué les pasa a estos ángeles?. Lo miro desconcertada mientras quito la mano rápido. No me gustan esas cosas.

-Em..encantada soy Lara. –Esboza una radiante sonrisa y yo lo miro desconfiada por unos segundos.

Es alto, fuerte, su melena castaña esta recogida en una coleta, una cara fina y unos ojos lilas que son prodigiosos, su gesto es como el de una persona normal, no tiene esa expresión desafiante. Este ser parece un poco más amable y no tan cínico. Camina de nuevo a la puerta.

ABISMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora