CAPITULO 30.

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Dos hombres llevan a Yoel con una camilla y no les quito ojo. Cuando llegamos a casa aun siento mis piernas temblar…aun no puedo creerme lo que ha pasado.

Cuando entramos en casa y Jude ve el estado en el que nos encontramos se lleva las manos a la cabeza, se preocupa por mí, pero yo solo tengo magulladuras y arañazos, lo único que tengo feo es el brazo que con el impacto contra el suelo me echo una herida bastante grande. Me sangra un poco pero no es nada comparado con Yoel.

 Jude lo examina, sus heridas se están cerrando pero sigue inconsciente. Yo estoy desesperada por que abra esos hermosos ojos grises, me duele verle así.

Lo han subido a mi habitación, necesita reposo según me ha dicho Jude, quería estar con él arriba para cuando despertara pero me lo han negado, no se aun bien porque pero no he rechistado, estoy exhausta.

Oigo a Jude y a Nathael hablar en la cocina, hablan bajo pero de vez en cuando escucho algo. Me retuerzo los dedos nerviosa. Miro hacia la ventana y veo la noche sobre nosotros, han pasado tan rápidas estas últimas horas que apenas he sido consciente de que se ha puesto a llover, una fina lluvia cae en manto sobre las tierras del restaurador purificando todo el ambiente. Suspiro.

Veo a los dos hombres salir de la cocina. A Jude se le ve cansado, tiene mala cara, viene con un botiquín de curas hacia mí.

-Ven bonita…vamos a curarte esas heridas.

-Descuide Jude, yo me encargare de Lara.

Miro a los dos hombres y frunzo el ceño.

-¿Jude estas bien? –Pregunto mientras me pongo en pie y voy a su lado.

-Si bonita...me aveis dado un buen susto.

-Descansa anciano, yo me ocupare de Lara hasta que Yoel despierte, mis hombres están bordeando todas las tierras, si algún hombre de Snake se acerca lo sabremos enseguida.

-Gracias Nathael.

Jude me mira serio y triste a la vez, me acerco a él y le doy un suave abrazo y beso su mejilla.

-Descansa Jude, buenas noches.

-Buenas noches bonita, hasta mañana.

Me mira una última vez como un padre que ha estado a punto de perder a su hija y se va cabizbajo hacia su habitación que esta al final de la sala. Entra y cierra la puerta. Se me encoge el corazón, joder, casi matamos de un susto a este pobre hombre, necesita descansar el también.

Voy hacia el sofá y me dejo caer. No puedo quitarme esas imágenes de la cabeza...Yoel arrancando las cabezas de esos hombres y Barruc sacando esa mortífera daga desgarrándole la piel…

-¿Lara? –Me recorre un escalofrio al sentir ese olor a manzana, miro hacia arriba, Nathael tiene los ojos más verdes que jamás haya visto.

-¿Te encuentras bien?

-Si te digo que si te mentiría.. –Me dejo caer hacia atrás y apoyo la cabeza abatida. Se aproxima poco a poco y se sienta a mi lado.

-¿Cuáles son tus preocupaciones? –Frunzo el ceño.

-¿Mis preocupaciones? pues no sé, hay un Arcángel en mi cama que esta mitad muerto así que quizás puede que sea eso. -Digo irónica mientras ruedo los ojos.

-Yoel es un guerrero, es fuerte, en unas horas estará completamente sanado.

-Creía que los inmortales no podían morir.. –Bajo la mirada al suelo.

-Hasta el inmortal puede morir, es difícil pero cierto, esa daga estaba bendecida por la serpiente, si llegamos a tardar un poco mas...

-¡No sigas! –Me revuelvo incomoda, no quiero oírlo.

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