CAPITULO 29.

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Me quedo anclada al suelo cuando oigo sus palabras..¿Yoel mi ángel guardián?..

De repente oigo susurros, frunzo el ceño y aparto la mirada de sus ojos...Escucho murmullos, parecen personas cuchicheando pero no, son más como los de un animal..silbidos..silbidos  que se están metiendo dentro de mi cabeza y no me dejan concentrarme en otra cosa.

Me aparto de sus brazos y miro a todos lados.

-Lara que pasa. –No puedo mirarle, estoy oyendo a algún animal muy cerca de aquí, así de repente. Me muevo y rebusco por el alrededor pero no hay nada..oh dios este ruido me está matando, se esta haciendo cada vez más intenso.

Cierro los ojos y me llevo las manos a los oidos, presiono con la palma fuerte. Este silbido es insoportable.

-¿Qué pasa, que oyes?

Siento que se acerca a mi pero estoy atrapada en mi cabeza, noto una fuerte presión y algo que no deja de silbarme en los oídos, es desquiciante, parece, parece…mierda.

-¡Serpientes!

En ese momento abro los ojos y oigo un ruido desgarrador, acto seguido un árbol impacta sobre los brazos de Yoel que se ha girado a velocidad inhumana...Parpadeo, estoy a su lado y acabo de ser consciente de que ese árbol salido de la nada casi nos espachurra a los dos. Trago saliva.

Asomo la cabeza y veo a cuatro tíos con gabardinas negras que vienen en nuestra dirección. La fuente está en una especie de callejón formado por la montaña y están cortando el paso por donde hemos venido. Me tenso detrás de Yoel.

-Valla valla, mirar que tenemos aquí..

Oigo risas. Me fijo en los hombres, el que ha hablado és el mas alto, es pálido y delgado..y dios, tengo un presentimiento, ese tio es él que estuvo observándonos en el trabajo, si, estoy segura...Paso saliva. Miro a los otros tres hombres, dos són mas corpulentos y de piel oscura, el otro que queda es igual pero tiene una prominente barba..hay madre nos han acorralado.

-Yoel.. –Mi voz es un susurro angustioso y me sujeto a su espalda, estoy cagada de miedo.

Él pasa un brazo por detrás y me apreta ligeramente la cintura calmándome, vuelve a poner la mano en su costado, lo noto tenso.

Los hombres se paran a casi 3 metros de nosotros, un olor agrio les envuelve. Es asqueroso.

-¿Esa es la potadora?

-La misma..

Oigo al hombre de barba que le pregunta al demonio que vi en el trabajo. Asomo un poco la cabeza y siento que no me quitan ojo a través de sus gafas. Me imagino muros de consistencia sólida en mi mente, no puedo dejar que se metan dentro de mí en estos momentos.

-Sus barreras son fuertes.-Dice el hombre pálido mientras que camina un poco en nuestra dirección, los otros hombres se quedan atrás, parece el líder. Continua hablando.

-La está enseñando bien su guardián...pero lo que no entiendo, és que hace un Arcángel involucrándose en esta guerra si no está de nuestro lado.

El hombre pasea por delante nuestra mientras noto que Yoel apreta los puños.

-Yo no acepto ordenes de nadie Barruc y te puedes hacer una idea de que jamás aceptaría las ordenes de tu amo..Snake.

Sus palabras son firmes e intimidantes pero no lo suficiente para esos hombres. Veo como apartan sus gabardinas en señal de amenaza, de la nada brotan esas espirales negras a su alrededor y siento que tienen un aura muy agria y muy oscura, tanto que huelen a muerte.

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