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No dormí. En lo absoluto. El sueño con Gabrielle junto a mi en la cama había sido demasiado real. Se había comportado de una manera tan íntima. Quería vivir en ese momento por siempre. Pero sabia que solo era mi mente atormentándome. La manera en la que murmuró "guárdatelo" como lo había hecho la tarde anterior y el ruido del portazo no podría haber sido otro que el del recuerdo de ella yéndose.

Vi como la luz del sol iluminaba la habitación y me arrastré fuera de la cama. Tanto como quisiera ir a algún lado hoy, tenia una sesión para escribir con Mike arreglada. Los mánagers estaban presionándonos mucho para terminar el segundo álbum y no íbamos a tener ningún descanso. Eran los que financiaban el álbum, y aunque me encantaría pensar que mi banda era dueña de su propia musica, no era del todo así.

Dejé que el agua caliente golpeara mi cuerpo, antes de tomar el shampoo. Abrí mis ojos solo cuando sentí el perfume. Era el mismo que tenía la almohada en la que dormí anoche. Miré a mi alrededor y vi que todo lo que había en la ducha le pertenecía a ella. Quizás ya se había deshecho de mis porquerías.

Salí de la ducha oliendo demasiado femenino y luego de secarme, me vestí con la ropa que pude encontrar en los re acomodados cajones. No pude encontrar mi colonia así que esperaba que Mike no dijera nada cuando entrara al estudio oliendo a frutas.

Pero claro, como casi siempre en mi vida, mis plegarias no fueron escuchadas.

"Amigo, hueles como mi ex novia" Comentó Michael reprimiendo una carcajada.

Lo miré de mala manera antes de sacar mi guitarra de su estuche y enchufarla.

"Oh vamos, no quise decir nada malo con eso. No podemos escribir con una mala actitud." Dijo a la defensiva

Respiré profundo y me disculpé. Pensándolo bien, las próximas horas pueden ser útiles para despejar mi cabeza.

Michael ya había llegado con algunas ideas. Todas eran sobre el amor o acostones de una noche, y yo no estaba de un humor del todo romántico, así que sólo ayudé en las melodías. Cada tanto Mike preguntaba por mi opinión, si tenía una idea para el coro, pero solo me salían rimas horrendas que el ignoraba. Eventualmente dejó de preguntar. No estaba frustrado, al menos no lo parecía. Todos teníamos malos días.

Mientras juntábamos nuestras cosas, note a Michael dubitativo en la puerta. Esperó a que el productor se fuera antes de hablar. "Ash, mesta todo bien?"

Sorprendido, pasé mi mano por mi cuello tratando de pensar alguna excusa. Estaba muy candado para pensar en algo, así que desde que había recibido los papeles de divorcio, abrí la boca para decir una verdad de la que no estaba seguro todavía. "Mi esposa me pidió el divorcio."

Michael dejó caer su celular y su boca se abrió. "¿Gabrielle?"

Entonces el sabia quien era. "Si."

"¿Quieres hablar de eso?" Podemos ir por una cerveza o algo." Michael sugirió sin saber bien que mas hacer. Aunque todo lo que quería hacer era estar solo, traté de ponerme en su lugar. Probablemente yo no hubiera entendido como se sentía divorciarse a los 20. Y las raras complicaciones en mi situación no ayudaban mucho a decir verdad.

"La verdad lo aprecio, pero preferiría-"

"No, Ashton, vamos. Vayamos por algo de beber. Podemos hablar de lo que quieras. La primer roda va de mi parte." Me interrumpió como si supiera que era lo mejor. La ultima oración me hizo creer que habría mas que una ronda. Y me preocupé.

"No, Mike esta bien. A demás debería empezar a empacar y-" Traté de librarme pero Michael no me la iba a dejar fácil.

"Ashton. Vamos a ir. No debería haberlo dicho como pregunta. Toma tu guitarra, nos llamaré un taxi."

Apenas accedí. El viaje en taxi fue en silencio e incómodo. Michael me miraba como si el llegara a parpadear yo me derrumbaría. Yo mantuve mis ojos en la ventana deseando que se detuvieran. Gracias a dios, llegamos al bar al que Michael siempre frecuenta, y el pagó mientras yo bajaba del auto.

Encontré una mesa en el fondo del loca, con mucha sombra para cubrirnos por si había alguna fan aquí. No tenia ganas de conocer a nadie, pero a veces es difícil de decírselos. Michael llegó a mi lado minutos mas tarde con dos cervezas en sus manos.

Tomé un sorbo, haciendo una mueca al sabor. "Gracias." Dije con voz baja y rasposa dejando la bebida frente a mi.

Michael asintió y abrió la boca para hablar, pero fue interrumpido antes de poder decir palabra.

"Disculpen," Dijo una pequeña chica pelirroja. Ambos la miramos esperando que nos dijera por que se había acercado a nuestra mesa. Esperaba que fuera mas que seguirla en twitter, porque de por si no tenia ánimos de estar aquí, y no me importaría irme en cuanto lo preguntara. "Mis amigas y yo estamos jugando billar y nos faltan dos para jugar dobles. Me preguntaba si ustedes dos tal vez quisieran jugar...?" Su tono de voz disminuyó al final como si estuviera avergonzada de preguntar.

Me tomó unos segundos descifrar como iba a decirle amablemente que no eramos del tipo que jugaba billar con seis chicas desconocidas en un bar. Su cara se volvió mas y mas roja con el pasar de los segundos en silencio.

"Bien, miren," ella bajó su voz y se acercó. "Se quienes son. Mis amigas son unas idiotas y me apostaron cien dolares que no podría hacer que alguno de ustedes dos accedieran a jugar. Juro que compartiré el dinero de la apuesta con ustedes si solo se acercan hasta allí conmigo. Quiero ver las caras que pondrán."

Bien. No esperaba eso.

"Puedes quedarte con el dinero," Michael respondió con una sonrisa pícara, "Si puedo jugar contigo."

Tuve que taparme la boca con mi mano libre para callar la risa. Bien Mike.

Para mi sorpresa, ja, la chica sonrió y accedió. Vi que Michael miraba su trasero mientras ella caminaba hacia sus, algo sorprendidas, amigas. El mordió su labio y miró hacia mi. "No te molesta, ¿verdad?" Preguntó.

Me encogí de hombros. "Ya debería volver a casa."

"Tendremos esta conversación pronto, lo prometo."

Preferiría que no, pensé mientras veía como Michael no perdía el tiempo con su nueva conquista. Tenía una mano en su cintura y en la otra sostenía una cerveza. Lo miré jugar un rato y quedar como un idiota mientras trataba de enseñarle como tirar a la chica, como en las películas. Se notaba que ella era mejor que el, pero no lo mencionaba para no herir sus sentimientos.

Tomé mi estuche con mi guitarra del suelo, salí del bar y llamé un taxi para ir a casa.

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