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Me senté y miré a Michael confundido. "¿Hablar de que?"

"De lo que hiciste en el estudio hoy. De como te metiste en la batería y eso amigo, fue increíble. Pero al mismo tiempo... te conozco. Te pones así cuando estas triste y algo te debe haber molestado bastante hoy."

Me encogí de hombros y miré al piso. Seguía sin querer hablar de Gabrielle con nadie. A penas había aceptado el hecho de que ya no era mía, no sabia si podía verbalizarlo. "Es que... mierda. No lo se, amigo. No importa. Necesito dormir." Cerré los ojos y puse mi cabeza en mis manos pretendiendo dormir.

"Ashton," Dijo Michael sin creerme. "Luke y Calum no saben nada de lo que esta pasando. Yo a penas se que esta pasando y tu solo has visto a tu familia una vez desde que llegamos. Se que no has hablado con nadie sobre el tema. No puedes guardarte tanta mierda."

Si puedo.

Cuando no respondí, Michael siguió insistiendo. "Tal vez quieras guardártelo todo pero amigo te esta matando. Mira tus manos..."

Ambos las miramos al mismo tiempo. Apreté mis puños, haciendo que la coraza se estirará. No se equivocaba -pero solo porque tenia razón no significaba que iba a abrirme a el. O a nadie. Estaba feliz en mi pequeño mundo, soportando el dolor a mi manera.

"Eres del tipo silencioso," Michael continuó. "Todos sabemos eso. Prefieres arreglar a los demás antes de arreglarte tu, pero si no empiezas a hablar con alguien... No lo se, creo que solo... Temo de lo que harás."

"¿A que te refieres con "lo que haré"?" Demandé.

El solo me miró preocupado, jugando con el material atado en su dedo. "Yo solo... Tu sabes tu pasado con ciertas... cosas... Quiero estar ahí para ti antes de que hagas algo como-"

"Tengo casi 22 años. No lo he hecho en mas de seis años." Lo interrumpí antes de que terminara. Sentí mi cara entumecerse y mordí mi lengua. Mi pasado no era algo de lo me enorgulleciera. Si no quería hablar de Gabrielle, menos quería hablar de eso.

"Mira tus manos," Michael volvió a señalar.

Mire hacia abajo pero no vi mas que las vendas blancas que había mirado hacia un momento.

"Cuando entraste a bañarte no estaban sangrando." Aclaró.

Rodé mi ojos. "No puedo evitar que sangren, Michael. Yo no hice esto," Pase mis manos frente a su rostro. "a propósito."

El mantuvo su intención en sus manos. "Has estado actuando tan raro últimamente, creí que quizá estabas escondiendo mas que problemas con Gabby, ni lo sabia... Lo siento."

"Bien." Dije firme. Debería sentirlo. Hablo de auto-lastimarse como si estuviera hablando del puto clima.

"Ash, sabes que solo me preocupo por ti yo nunca"

"No, tu nunca piensas, ¿verdad Michael?" Ya comenzaba a levantar la voz.

"Eso no es lo que iba a decir..." Respondió con la cabeza baja.

"Bueno no me importa lo que lo tengas para decir. Lo hecho, hecho esta. ¡Gabby siguió con su vida y creo que es mi puto turno de hacer lo mismo! Necesito sacar mi cabeza del hoyo. Ella no volverá. Nunca quiso volver. Le fue mas fácil encontrar mi reemplazo. Espero que sea malditamente feliz. Esperó que ella y su jodido novio nuevo sean-" Intente terminar la última oración pero mi garganta me detuvo. Sentía que no podía respirar. Sentía que mis pulmones se consumían. Todo dolía. Lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas como nunca en mi vida.

Tomé mi cuello tratando de parar los sollozos. No hizo nada mas que causar que las lastimaduras de mis manos ardieran. Cerré mis ojos y tire mi cabeza hacia atrás, presionando mi cráneo contra la pared detráa. Mi pecho subía y bajaba tan violentamente que hacia mis costillas doler con cada respiración.

Pero no podía parar.

No me había permitido hablar. No me había permitido llorar. No me había permitido abrirme a nadie. Mis pensamientos me mantuvieron cuerdo porque si cerraba los ojos y dormía podía pretender que nada pasaba.

Ahora lo había dicho. Me había dejado llorar. Me había abierto. Y había sentido el dolor.

No lo veía, pero sentía las manos de Michael en mis hombros como si tratara de sostenerme para que no me desmoronara. Me estaba hablando pero ya no podía oírlo. No me importaba escucharlo tampoco. No había nada que pudiera decir que arreglara mi matrimonio. Las palabras eran inútiles.

Seguí llorando hasta que no quedaron lágrimas. Mi cabeza latía tanto que tuve que sostenerme de los lados del sofá para no caer del vértigo que estaba sintiendo. No podía ver mucho con la poca luz que había, y podía a penas distinguir a Michael sentado a mi lado. En algún punto me había soltado, y había dejado una mano en mi espalda, haciéndome saber que estaba ahí.

"Lo siento..." Susurré. Mi voz rota.

"No, Ash, esta bien yo no debería haber dicho nada..."

Sacudí mi cabeza, pero no discutir. No tenia la energía para decirle que se equivocaba. No era su culpa. Yo no lo culpaba. Quería agradecerle. Pero las palabras no salían.

Mike palmeó mi espalda un par de veces luego de darse cuenta de que no había nada mas que ninguno pudiera decir, y se fue en silencio, apagando la lámpara de camino.

No me tomó mucho tiempo dormirme. Y por primera vez en mucho tiempo, no soñé en lo absoluto.

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