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Salté de la cama. Me desperté sobresaltado, mi corazón latía a mas no poder y parpadee varias veces para enfocar la vista. El sol entraba por la mitad de la ventana abierta y a penas iluminaba la habitación.

Frente a la cama vi un vestidor conocido con fotos decorándolo sobre él. A mi derecha reconocí la puerta del baño. Había ropa por todo el suelo de la puerta a la cana. Miré las sabanas que me cubrían. Eran de un color oscuro - ¿purpura tal vez? No pude darme cuenta en la oscuridad.

Escuche una reputación tranquila a mi lado y miré a quien tenia durmiendo a un costado. Quien fuera no se inmutó con mi despertar sobresaltado, pero me dije que debía hacer silencio para no molestar.

Con un suspiro, me incline con el rostro entre mis manos. Sentí un metal contra mi mejilla y aleje mi mano de mi cara. La luz del sol se reflejaba levemente en la alianza de oro que abrazaba mi dedo anular.

Que diablos...

Cuando me di cuenta de que pasaba, lance la sabana lejos del cuerpo a mi lado. Su cabello castaño parecía cascada en la almohada y sentí mi corazón acelerarse. Un pequeño quejido salió de sus labios pero ignoré sus protestas.

"¿Gabby?" Susurré. Ella comenzó a voltearse hacia mi y la guié con mi mano en su hombro. "¿Gabby?" Seguir repitiendo su nombre sin saber que mas decir. "Asht'nnn, ¿qui hora ss?" Frotó sus ojos y preguntó media dormida

Ignoré su pregunta y puse mis manos detrás de su cabeza, apoyando su cuerpo en mis antebrazos. "Oh por dios , Gabby." Me incline hacia ella y besé su mejilla. "Gabby, te amo tanto tanto." Seguí murmurandole lo primero que se me venia a la cabeza mientras mis labios exploraban su rostro como si nunca la hubiera besado antes. No sabia si Gabby estaba muy cansada o confundida para detenerme pero me dejó besarla tanto como quisiera.

Pasé mis manos por sus hombros a sus costillas y continué dejando besos en su cuello y hombros. A través del fino material de su remera para dormir, sentí sus suaves pechos entre mis labios. Los tomé con mis manos antes de pasar mi atención a su estomago y caderas.

Ella rió sobre mí y sentí sus dedos pasar por mi barbilla mientras trataba de acercar mi rostro al suyo. Con una sonrisa, presionó su boca con la mía.

Apreté su cuerpo contra el mío, con miedo de soltarla. El perfume de su piel me abrumaba mientras sus labios chocaban con los míos. Su lengua se enredo con la mía y gemí en respuesta. Parecía que había pasado tanto desde que la había sentido así.

O al menos, sentía que había pasado un largo tiempo.

Mierda.

Espera.

¿Que diablos estaba ocurriendo?

Mi respiración se trabó en mi garganta y me aparté de Gabby. Su expresión confundida me partió el alma y tomó todo de mi el no abrazarla y nunca dejarla ir. Pero necesitaba respuestas. Necesitaba saber que estaba pasando.

Hace cinco minutos estaba en una habitación desconocida rogándole que me escuchara y volviera a estar conmigo mientras el hombre con el que me había engañado me mantenía lejos de ella... Y de la nada estaba en nuestra habitación y tenía puesta mi alianza de casamiento. Nada tenía sentido.

"¿Ashton esta todo bien?" Ella preguntó, levantándose un poco.

Me senté contra la cabecera de la cama y sacudí mi cabeza. Quería contestarle pero primero tenia que ordenar mis pensamientos. Todo daba vueltas. Recordaba ver a Gabby gritarle al hombre que me sostenía... Recordaba una oficina de abogados. Recordaba las gárgolas.

"¿Ashton?" Repitió mi nombre, esta vez sentándose a mi lado. Cuando ella dijo mi nombre, mi mente quedó en blanco y tuve que empezar otra vez.

Recordaba un hombre. Y a Gabby. Pero ¿por que estaban en la misma habitación? ¿Y por que él le gritaba? ¿O era ella a él? ¿Y por que él me hirió?

Espera no. Recordaba las paredes azules y feos muebles. Había una TV con un VSH...

"Amor por favor, me asustas..." Gabby puso sus manos en mi regazo y trató de tomar mis manos.
Mi mente quedó en blanco otra vez. Saque mis manos de su agarre y me puse de pie saliendo de la cama. Sabia que no debí hacer eso pero si ella seguía destruyéndome nunca iba a llegar a donde quería.

Luego vi su rostro. Tenia su nombre en la punta de la lengua pero no me salia. Vi su cabello rojo y sus ojos verdes. Y manos frías que sostenían mi rostro. Vi a Michael con sus manos alrededor de su cintura.

"Aislynn." Dije rápidamente antes de distraerme y olvidarlo.

"¿Aislynn?" Gabby repitió.

Asentí. Aunque no podía recordar otros eventos de las semanas anteriores, sabia que su nombre era la clave. Mientras no olvidara a Aislynn, obtendría las respuestas que necesitaba. Si podía encontrar a Aislynn, todo cobraría sentido. Quizás. Ojala.

"¿Donde esta ella?" Pregunté en un apuro, buscando ropa para vestirme en la habitación. No me importaba la hora, necesitaba verla.

Gabby se bajo de la cama y tomó mi brazo. "Ashton, ¿que diablos ocurre?"

"Necesito encontrar a Aislynn."

"Son las 3AM."

Dudé por un segundo. No había visto la hora. Pero la verdad era que eso no importaba. Aislynn era la única persona en el mundo que tenía respuestas. Ella casi arruina mi vida. Despertarla a las 3 de la mañana para que me explique algunas cosas era lo menos que podía hacer. "No interesa. ¿Dónde está? "¿Esta con Michael?"

Gabby suspiró y volvió a su lugar en la cama. "Probablemente." Sonaba triste.

Cuando termine de vestirme me acerque a ella y pase unos mechones de su cabello detrás de su oreja mientras ella seguía haciendo pucheros. "Lo siento, nena. Se que esto no tiene ningún sentido ahora pero necesito hablar con Aislynn. Te amo tanto, por favor no te enfades."

Ella suspiró y tomo mi rostro para que quede a su nivel. "No estoy enfadada. Cuando vuelvas mas te vale decirme por qué me despertaste a las 3AM para hablar con la novia de Michael, ¿de acuerdo?" Me dió un pequeño beso en los labios, dejando su frente reposar con la mía.

"Lo prometo." Sonreí, apretando su cara a pensa antes de tomar mis llaves y cerrar la puerta de la habitación detrás de mi.

Cuando cerré la puerta principal, tuve un flashback de la ultima vez que la deje en esta casa. Estaba enojado por algo... no le di importancia y encendí el auto.

Las calles de Sydney estaban a penas iluminadas mientras conducía a la casa de Michael. Pensé que quizás sería una buena idea llamarlo para avisarle que iba, considerando la hora.

Para mi sorpresa, una voz femenina me atendió. "¿Hola?"

"¿Aislynn?"

"¿Ashton?"

"¿Estas en lo de Michael?"

Ella hizo una pausa. "Y si atendí su teléfono..."

No debería haberme ofendido como lo hice por su sarcasmo pero no tenia tiempo para jugar a sus juegos. "Como sea. Estoy yendo. Necesitamos hablar."

"Te he estado esperando." Dijo suavemente. Antes de poder preguntar a que se refería, cortó la llamada.

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