Todo estaba tan oscuro que sentía que gastaba mi vista. No hablaba por temor a descubrir que no podía hacerlo, también se me dificultaba moverme, pero si escuchaba mi respiración. De pronto una gran y enceguecedora luz apareció. Apenas me dio tiempo de notar que estaba atado de manos y pies. Pensé dos cosas, Que estaba vivo, pero que atado no podía hacer mucho.
Luego de un par de minutos se escucharon unos temblores con un curioso sonido, parecían unos tacones
– ¿Quien está ahí? -Pregunté
Grité una y otra vez con esperanza de saber que sucedía
– ¿Qué pasa? ¡Contesten!
– Inicio de prueba 113 -Interrumpieron mis gritos.
Vi como poco a poco se acercaba hacia mí una especie de aguja, pero muy grande saliendo de la oscuridad. Empecé a tratar de zafarme
– ¡No! ¡Aléjate de mí! ¿Quién eres?
A pesar de lo agitado que estaba, noté que la mano que tomaba dicha aguja tenía un esmalte de color rojo. Sentí la inyección y en el acto me hundí en otro profundo sueño.
Fueron gritos desgarradores y una incesante alarma las que me despertaron. Con la vista borrosa y sintiéndome un poco débil traté de desatarme. Me di cuenta que una de mis manos no estaba totalmente atada, así que con todas mis fuerzas logré liberarla y con eso pude zafarme el brazo y luego el resto de mis extremidades. examiné que me encontraba en una habitación que tenia forma circular. En el medio, estaba la camilla donde me encontraba atado. Lo único que me daba iluminación era una incesante luz de color rojo que brillaba de manera intermitente. Conseguí verme en un espejo de la habitación y me quedé observándome como si no me reconociera a mi mismo, mi cabello era negro y estaba un poco largo, mi estatura era de 1,70 mts aproximadamente, mi piel de color morena, mi boca pequeña, nariz perfilada y ojos de color marrón oscuro. Tenia una bata de color blanca que me cubría desde los hombros hasta un poco mas abajo de mis rodillas y me encontraba descalzo.
En ese momento entró a mi mente un recuerdo en el que me veía a mí mismo acostado debajo de un árbol durmiendo, seguido, ese mismo escenario pero en llamas y la voz de una chica susurrándome
– Lo siento...
Volví en mí con un terrible dolor de cabeza. Empecé a avanzar por un largo pasillo en que las paredes estaban pintadas de blanco. Me sentía en una especie de hospital. Mientras avanzaba por aquel pasillo no veía más que cadáveres tanto de personas vestidas igual que yo como uniformados con armamento. Después de unos minutos buscando una salida de aquel laberinto me topé con un cuerpo que estaba en un estado muy peculiar pues parecía aplastado, lo deduje ya que había una apertura en el techo encima de él, el cual daba paso a un piso superior. Traté de escalarlo pero se me hacía imposible. De pronto observé una luz roja en mi pierna izquierda y sin dejarme reaccionar me dispararon
– ¡Alto ahí no te muevas!
Me dijo un sujeto armado con un uniforme y un respirador. Parecía estar en cuarentena o algo así. Era muy extraño. Mientras me ataba las manos se escuchó otro disparo que le impactó al uniformado a mi lado en la cabeza pasándome realmente cerca. En el acto aparece otro sujeto con una bata blanca igual a la mía solo que parecía torturado, tenía una venda en su ojo izquierdo que le daba vuelta a su cabeza, tenía el cabello de color gris muy corto, no era muy alto, su nariz era un poco grande, tenia cara de sujeto rudo.
– ¿Qué haces ahí parado? ¡Muévete! ¡Nos atraparan! -Me gritó ese tipo.
Aun un poco desorientado, corría por inercia. En un momento me dice
– Ocúltate, ahí vienen... callado; Sino mi última bala la usare en ti.
Vimos como pasaron unos guardias y no se percataron de nuestra presencia. Soltó un enorme suspiro cuando me mostró su mano diciéndome
– Mucho gusto niño. Walter.
Yo sin saber que responderle solo estreché su mano
– ¿No tienes nombre? -Me preguntó
– Emm no lo recuerdo. No recuerdo nada...
– Tranquilo chico. Ya recordaras, todos pasamos por eso.
– ¿Todos? ¿Qué sucede? ¿Qué hacemos aquí? ¿Quiénes son esos sujetos y por qué nos quieren muertos? -Le pregunté bastante desesperado.
– Tranquilo chico. Una vez que salgamos de aquí te explicare con calma, ahora no hay tiempo.
Luego de a poco tratando de encontrar una salida y evitando a los guardias llegamos a una pequeña abertura en la pared, nos escabullimos por ella y salimos de ese complejo. El piso era de color diferente ya era de un tono más tenebroso. Vimos un enorme ducto de ventilación y corrimos hacia él. yo aun cojeaba por el disparo que había recibido antes. Escuchamos unos temblores similares a los de antes
– ¡Corre! ¡No mires hacia atrás y corre! -Me gritó Walter.
Desenfundó su arma y rápidamente me lanzó al ducto, pero al momento de el meterse algo o alguien lo empezó a jalar. Walter se tomaba fuertemente de las rejillas del ducto y yo también jalaba hacia dentro pero la fuerza de lo que estaba del otro lado era impresionante. Walter soltaba mi mano ya resignado a que no se salvaría. Solo le dio tiempo de tomar su arma y lanzármela con una sonrisa de tranquilidad me dijo
– Estaré bien chico ¡vive!
Se soltó completamente y 'eso' se lo llevo. Sorprendido por aquel hecho, solo caminé por aquel ducto sin saber que me depararía.
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Las Tres Guerras: Luz
Ficção CientíficaLas Tres Guerras: Luz, Narra la historia de Leonard, un chico que despierta en un laboratorio donde hacían experimentos con el. Al poder escapar descubre que no es como las personas normales, sino que esta encogido a un tamaño muy pequeño, todas las...