Mientras me quedaba dormido, empecé a recordar mis días con mi primer grupo; Carlos, Chop, Rex, Ashley y Sofía, entre esos recuerdos, pensaba en uno en específico: Cuando en un día como cualquier otro estábamos sentados alrededor de la fogata, todos contábamos chistes y reíamos; Fue nuestra mejor época. Entre los relatos tratábamos de pensar en que éramos antes de ser encogidos y sino que nos gustaría ser. De último habló Sofía. Habíamos tomado un poco y todos estábamos alegres, cosa sucedía poco, en especial en Sofía, se levantó de su asiento y exclamó -Saben. Ya sé que me gustaría hacer; Cosa que pienso cumplir: Algún día seré una gigante, pero no cualquier gigante, una gigante que supere el tamaño de los demás, ser gigante para los gigantes y hacerlos sufrir tanto como ellos nos han hecho sufrir a nosotros -Luego de acabar su oración empezó a reír de manera desenfrenada, cosa que dejo un ambiente frió y sombrío el resto de la noche.
De pronto en mi frente sentí un fusil; Era Finnick y me dijo -No te muevas y camina.
Llegamos bastante lejos del campamento y bajó su arma - ¿No me mataras? -Le pregunté.
-Aún no está en mis planes asesinarte niño. Me enteré que te enfrentaste a mi aprendiz Ramsés y le ganaste. No debió ser fácil -Me dijo riéndose.
-Me enteré de que sabes que pasó con tu hermano y que sigue vivo -No me dejó interrumpirlo y continuó.
-Esta encogido al igual que tú. Te seré sincero. Es una verdadera molestia como tú. En fin. Lo hemos capturado y ha escapado mil veces, pero hasta hace unos días lo volvieron a atrapar. Según mis contactos: Dentro de una semana exactamente, en un rio a 1 km al noroeste de este lugar, lo transportaran en un barco. Si llega a su destino podrás olvidarte de él.
- ¿Por qué me dices esto? ¿Qué ganas?
-Eso no es tu problema niño. Tu problema es rescatar a tu hermano -Me aclaró.
Solo se retiró corriendo hacia las sombras. Llegué al campamento y me acosté sin levantar ninguna sospecha.
En la mañana nos preparábamos para partir. Me dispuse a ayudar a Liz a caminar. Alejandro llevaba nuestras cosas e iba conversando con el papa de Edward; Su nombre era Antonio, era un hombre anciano, de cabello blanco como las nubes y una sonrisa que transmitía tranquilidad, con pensamientos de libertad y fuerte de mente. Me fue explicando cómo ha sido su lucha y que no descansaría hasta lograr su objetivo que era similar al nuestro. Decidimos que al llegar a su campamento haríamos una alianza para cumplir nuestro cometido. Entre los soldados vi a una persona; Era un chico, parecía un niño, estaba apartado de los demás. Lo molestaban porque era pequeño y delgado. Me acerqué a él y le pregunté su nombre -José -Me respondió.
Era pequeño, de contextura delgada, de cabello rubio oscuro enrulado, de piel morena, nariz pequeña y orejas grandes.
- ¿Por qué tan cabizbajo? -Le pregunté.
Muy pero muy desanimado me dijo -Ni siquiera sé que hago aquí. No soy un guerrero. Solo le quería probar mi familia que si valgo algo y en especial a mi hermanito menor.
De pronto escuchamos unos temblores. Ya sabíamos lo que se avecinaba...
Todos empezaron a correr. Antonio los organizó de manera rápida, de modo que no se desordenaran a la hora de escapar; Eso me sorprendió mucho. Rápidamente corrí a donde estaba Liz y la cargué en mi espalda. Pude notar como la gigante atrapaba a varios de los soldados y Antonio no les ordenaba nada, solo seguían corriendo.
Miré hacia atrás y pude ver como José se quedaba atrás, ya estaba cansado y la gigante estaba a punto de atraparlo. Busqué a Alejandro con la vista hasta dar con el y le dije -Por favor toma a Liz. Cuento contigo.
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Las Tres Guerras: Luz
Science FictionLas Tres Guerras: Luz, Narra la historia de Leonard, un chico que despierta en un laboratorio donde hacían experimentos con el. Al poder escapar descubre que no es como las personas normales, sino que esta encogido a un tamaño muy pequeño, todas las...