Capítulo 7: Sospechas

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Duramos casi una semana viajando. Me di el placer de conocer a Alejandro y ver en él una gran persona; Alguien gracioso, muy animado, con ganas de vivir y muy fiel. Nos contó que terminó como soldado del grupo de Lilly para seguir los pasos de su padre. Debido al rango que tenía Alejandro no nos pudo proporcionar información valiosa. También me pude acercar más a Liz y conocerla mejor, vi en ella una chica ruda, pero a la vez sensible, con una determinación inquebrantable y dispuesta a hacer lo que sea por cumplir sus metas.

Finalmente llegamos a la dirección; El apartamento de Sara Da silva. Según la información de Edward: Era una adolescente de aproximadamente 17 años. Eran horas de madrugada cuando nos logramos meter en su casa. Revisamos habitación por habitación hasta dar con ella. Parecía una adolescente normal, tenia a sus padres y familia aunque eso no impedía que fuera una potencial amenaza. Usamos la linterna para alumbrar y aseguraros que en efecto fuera ella. Nos reunimos para hacer un plan y acordamos que seriamos directos y la amenazaríamos de muerte. No podíamos arriesgarnos a confiarnos. 

Me puse sobre su cuello a nivel de la yugular de modo que cualquier movimiento en falso me facilitaría el matarla. Liz apuntaba hacia su ojo con su arco y Gabriel a su frente con su arma.

Ella nos sintió y se despertó. Antes de que pudiera hacer cualquier movimiento le dije –No te muevas. Estas completamente rodeada. Somos cientos. 

Ella duró varios segundos en silencio – ¿Eres Sara Da silva? -Le pregunté

-Sí -Contestó –Ahora necesito que me digas todo lo que sabes sobre Lilly Romanov y donde se encuentra.

Ella continuaba en silencio, pero no tardó en responder –Lo siento. Pero no se dé qué hablas... un segundo ¿Eres una personita? -A lo que respondí –Así es. Como te dije, somos cientos. Un movimiento en falso y acabaremos contigo.

En eso dijo –Esta bien. Tu ganas. Te diré lo que se: Lilly se mudó a una casa a las afueras de la ciudad; Es bastante lujosa, imposible confundirla. Es todo lo que se. Lo juro.

Ella no parecía asustada. Se veía bastante firme en sus palabras. –Alejandro, el gas -Le dije. En eso lanzó un gas adormecedor que hicimos durante el viaje. Cuando se durmió procedimos a retirarnos pero antes de que pudieramos salir, ella prendió la luz, tomó un vaso y nos atrapó.

Había quedado inconsciente debido al golpe. Alejandro me despertó y me preguntó – ¿Estas bien?

Un poco desorientado le dije –Si ¿qué paso? Me duele la cabeza.

–La condenada fingió estar dormida y nos atrapó -Afirmó Alejandro.

Todo estaba oscuro. Entendimos que se había ido a dormir. No encontramos manera de escapar, así que descansamos sin bajar la guardia. Se escuchaban unos murmullos y nunca logramos entender que eran.

A la mañana siguiente abrió el closet donde nos tenía. Volteó el vaso colocando su mano de base de manera que no pudiéramos salir; Era una chica linda, morena, de contextura delgada, cabello castaño oscuro corto, una nariz pequeña pero un poco inclinada hacia arriba, una linda sonrisa, orejas pequeña, ojos pequeños de color marrón oscuro. Nos colocó en su cama. Acercó al vaso para detallarnos mejor. Cuando nos miró colocó una cara de asombro y con su mano tapó su boca. Los 3 nos miramos extrañados a lo que la gigante dijo – ¿Leonard...? ¿Eres tú?

Los 3 quedamos completamente asombrados. La gigante me conocía. Nervioso afirmé con la cabeza. – ¡No puede ser! -Levantó el vaso, me sujetó en sus manos y me empezó a llenar de besos; Eso me extrañó mucho mas.

Ella me miró y me dijo –¿No me reconoces? Soy yo, Sara -Me dijo con una sonrisa  y ojos llorosos. Dudoso le contesté –Lo siento. Lo único que sé de ti es que eres aliada de Lilly Romanov.

Las Tres Guerras: LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora