La fuerza de la magia de Nain tenía intrigado a Isenga. Y preocupado. Semejante fuerza sólo podía significar una cosa: la fuente de magia había madurado y estaba lista para grandes conjuros e invocaciones. Si las leyendas eran ciertas, aquello llevó a la guerra por el poder en distintas partes del mundo. Gente de todas las razas murieron sólo por capricho de aquellos que perdieron la cordura por el poder. Pero, ¿Y si no era así? ¿Y si solamente su nuevo alumno tenía demasiada fuerza pudiendo convertirse en un gran mago, aún mejor que los sumos sacerdotes elfos? Las preguntas del maestro pronto tuvieron respuesta.
Habían transcurrido dos días desde que Nain vivía con ellos. Había practicado su orbe con mucho entusiasmo. Las chicas todavía no lo dejaban cocinar así que acordó con Carol acompañarla a buscar suministros como mínimo tenía que ayudarlas, además de que no había mucho que hacer dentro de la casa más que practicar magia.
-Este es el mercado, normalmente venimos con Kim, por lo que la gente nos conoce.
No estaban muy lejos de la casa de Isenga y a medida que avanzaban había más puestos. La mayoría de ellos saludaban a Carol. Lo que más destacaba eran los frutos y la carne, mientras por detrás los vendedores arreglaban precios con quienes le llevaban los productos. La mayoría de los comerciantes eran humanos, pero también había trolls y goblins. También había un orco cocinando y vendiendo para quienes pasaban con mucho éxito puesto que la gente compraba y compraba. Algunas vendedoras más atractivas iban recorriendo la calle y ofreciendo frutas frescas a buen precio.
-Sosteneme esto. -Dos conejos despellejados fueron a parar a las manos de Nain.
-Gracias señorita, quizás la semana que viene tenga algunos mariscos para usted.
-Estaré esperando. -Le pagó al comerciante y luego le susurró a su compañero. -A decir verdad, no me gustan la carne de mar, pero a Kim le encanta, le recuerda a su ciudad.
-Joven Carol! ¿Te has enterado lo último que paso fuera de la ciudad? -Un enano calvo y de barba roja saludo a la distraída joven.
-Relo! ¿Te refieres a los ataques?
-Así es, pero acá tenemos una novedad más importante. -Hecho un vistazo a Nain y lanzó una pequeña risa. -¿Quien es el joven que te acompaña?
-Nain Kek, señor. Un placer conocerle... Me temo que yo sobreviví a uno de esos ataques élficos. Sospecho que buscan algo.
-Cuanto lo lamento chico, pero nada que una buena cerveza no pueda calmar... -Miro hacia el suelo y luego prosiguió. -Me temo que se rumorea que hay elfos cazando y que podrían llegar a esta ciudad en cualquier momento. Hace unos años perdí a mi amada culpa de ellos, pero ahora... Que vengan! Con mi hacha yo... Yo...-Buscó con sus manos el objeto, pero no estaba ahí. -Maldicion! La deje en el bar, con permiso jóvenes. -el enano continuó su camino.Con los víveres en las manos regresaron por entre los mercaderes. Carol dijo que regresaban por las dudas se olvidaran de algo, a pesar de que tenía buena memoria. Los puestos seguían con el ritmo con el cual pasaron por primera vez. Pero había algo extraño en el medio. La multitud se había acomodado alrededor de algo. Nain se abro paso entre las personas para verlo. Un cuerpo yacía muerto, de espaldas y cubierto con una túnica de un extraño azul oscuro. Por debajo se podía ver un charco de sangre que se hacia más grande. Quien lo hubiera hecho seguía cerca, posiblemente entre las personas que estaban allí. Dos guardias de la ciudad llegaron pronto y comenzaron a despejar a los curiosos. Uno de ellos cometió el error de revelar el rostro del cuerpo. Un elfo. La muchedumbre comenzó a lanzar insultos al muerto, algunos decían que se había hecho venganza. El odio de la gente se hizo sentir. Carol y Nain se alejaron rápidamente mientras más guardias llegaban para apoyar al primer grupo. No era su intención permanecer allí mientras eso sucedía.
-Quizás su pueblo haya cometido crímenes, pero no es correcto burlarse de los muertos. -El maestro sonaba preocupado, mientras descansaba en el patio. -Quizás sólo era un refugiado y esta gente lo confundió con un asesino. La paranoia esta corrompiendo el corazón de los más débiles. Esto no terminará bien para ningún pueblo.
-Pero, ¿Y si en verdad era un espía? O mucho peor... ¿Un asesino? -A Carol le preocupaba lo cerca que habían estado de haber muerto ellos. Claro, el pueblo los hubiera vengado, pero ellos ya no estarían más.
-No importa, si de verdad están buscando algo quizás sólo deberíamos dejarles el paso. Tal vez muchas vida se hubieran salvado.
Nain se estremeció. Recordaba el ataque y como él sobrevivió a duras penas. Nunca tuvieron oportunidad de razonar con ellos. Sólo actuaron. Sólo prendieron fuego todo. Recordó las palabras de Relo, ¿Solo estaban cazando? Calmó sus dudas practicando Umbra mientras las chicas hacían lo mismo con sus correspondientes hechizos. Sorprendentemente, ahora sólo se manifestaba el orbe oscuro que el pergamino describía, en lugar de la nube de oscuridad. A Carol todavía le costaba usar bien Vaidyuta, no porque no pudiera llamarlo, sino porque su puntería era pésima. Kim sólo entrenaba con un estoque, al que había imbuido de hielo previamente. Hablaron poco durante la tarde, pero la preocupación de los tres era la misma: que pronto los atacarían a ellos.
ESTÁS LEYENDO
El Nigromante Renegado
FantastikPrimera parte de la trilogía. La magia es un privilegio que solo pocas criaturas pueden tener... ¿O quizas no? Nain Kek, un joven humano aprende como dominar la magia mientras el mundo que le rodea entra en guerra. Sumido en oscuridad deberá defend...