¿Qué es el miedo?

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Me levante del sillón, apague la televisión ya que la película había terminado. Tomé el plato y lo lleve al fregadero. Lo lave y me dirigí a la mesa del comedor.
El Señor Media-Noche estaba ahí sentado, esperándome.
Tomé asiento en frente de él y empecé a acariciarlo.
El Señor Media-Noche empezó a ronronear.
Acaricie su cabeza y su cuello.
Lo tomé en mis brazos y lo lleve a mi habitación para no dormir sola aquella noche.
Subí las escaleras y me dirigí a mi habitación.
Deje al Señor Media-Noche en la cama y él se acomodó.
Me quite la ropa y anduve en ropa interior por un rato para buscar mi pijama.
Tomé mi pijama y me la puse.
Me acosté debajo de las sabanas.
Hacía frío aquella noche.
El Señor Media-Noche se metió bajo las sabanas justo a lado de mi.
Mis ojos se cerraron lentamente y mi mente se fue al país de los sueños...
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-Dime... ¿Por qué duele?
-Por qué duele ¿Qué?
-¿Por qué duele estar sola?
Estaba... Estaba yo en una habitación oscura...
De la nada se acercó alguien... Alguien que se parecía a a mí con el mismo cabello... De cara también, pero... Era diferente.
Aquella chica parada adelante de mí era yo... Pero era yo más seria, fría, sin sentimientos, egoísta y solitaria.
-¡Dime!- Grité.
-No lo sé.
Aquella chica se acercó demasiado a mi y me tomo de la barbilla haciéndome mirar hacia arriba... Ella era más alta que yo.
-Scarlett... Mi pequeña Scarlett. Déjame solo... ¡Poseer tu cuerpo por un rato!
Me quede callada.
Lágrimas empezaron a salir de mis ojos.
-¿Ves lo débil que eres? Si yo poseyese tu cuerpo créeme que no sería débil... ¡Al igual que un maldito ratón!
-Solo...
-¿Solo qué?
-Solo no quiero caer en la locura.
-Ya estás en ella...
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Desperté sudando.
El Señor Media-Noche estaba parado en frente de mi. Me estaba viendo con cara de asustado.
-Señor Media-Noche... ¿Qué sucede?- Pregunté dirigiéndome al Señor Media-Noche.
Él sólo se quedó ahí parado mirándome fijamente.
Me levante de la cama y me dirigí al cuarto de baño.
Me vi en el espejo... Mi cara estaba normal... Mi brazo... Mi brazo tenía un moretón.
"¿Un moretón?"
Me revise mi brazo... No me había pegado con nada en toda la semana.
Esto es raro.
Toque el moretón... Apareció una pequeña expresión de dolor en mi rostro, me dolía.
Lave mi cara y salí del cuarto de baño.
Me dirigí al closet, lo abrí y empecé a buscar mi ropa.
Me puse un sueter color vino, tomé un pantalón negro, mis botas color vino y un saco negro.
Me cepille el cabello e inmediatamente me hice una trenza.
Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina para hacer algo de desayunar.
Abrí él refrigerador y había jamón, queso y mayonesa.
Los tomé y los puse en la mesa de la cocina.
Fui por el pan para hacerme un sándwich.
Lo tomé y lo deje en la mesa.
Saque un cuchillo.
Abrí la mayonesa y le puse al cuchillo mayonesa, después lo unte en una rebanada de pan.
Hice lo mismo con la segunda rebanada.
Tomé una rebanada de queso y la puse en una de las rebanadas de pan que tenían mayonesa.
Tomé una rebanada de jamón y la puse en la otra rebanada de pan con mayonesa.
Junte los dos panes con el jamón y el queso y ¡listo!
¡Tenemos un Sandwich!
Lo puse en un plato de gatito y lo deje en la mesa del comedor.
Empecé a hervir agua para un té.
Tomé el plato del Señor Media-Noche para servirle su desayuno.
Abrí una lata de comida para gato... El sabor era de Mousse de aves. Lo serví en el pequeño plato del Señor Media-Noche.
Dejé el plato en el suelo e inmediatamente el Señor Media-Noche llegó a comer lo que le serví.
Lo acaricie del lomo.
-Estamos solo tú y yo... Ahhh.- Le susurré al Señor Media-Noche, quien inmediatamente maúllo.
Fui a ver el agua y ya estaba lista para servir.
La serví en una taza negra con un conejo en el centro.
Busqué un sobre de té de hierba relajantes. Lo tomé y lo puse en la taza.
Tomé la miel y la empecé a poner en el té.
La revolví hasta tener el sabor perfecto para mi paladar.
Lo encontré y lleve mi té a la mesa.
Mi Sandwich estaba ahí, el Señor Media-Noche lo estaba oliendo y por poco lo lame.
Me senté y me voltio a ver.
Se alejó y me maulló.
Tomé mi Sandwich y le di un gran mordisco.
Pasaron 5 minutos y mi celular sonó.
Un mensaje... Un mensaje de un extraño.
"Señorita Scarlett.
Decidimos que hoy va a ser el funeral de sus padre, ya que la policía no puede tener mucho tiempo con los cadaveres.
Por favor asista al cementerio Black Demon.
La estaré esperando."
¿Quién es?
¿Es uno de los policías del viernes?
Terminé mi desayuno lo más rápido posible, deje la taza y el plato en el fregadero para luego lavarlos.
Tomé las llaves y salí de la casa lo más rápido posible.
Tomé el camión y me senté en el asiento de hasta atrás. 
En el viaje solo mi mente preguntaba quién era quién mandó el mensaje.
Bajé en la estación Black Demon.
Me dirigí al cementerio, entré y espere debajo de un gran roble viejo.
Espere por unos 10 minutos e inmediatamente llego un hombre.
Aquel hombre traía lentes oscuros, traje negro, zapatos negros bien voleados y sobre todo... Traía una gran sonrisa en su rostro.
"Raro... ¿No crees mi querida Scarlett?"
"Lo es."
Inmediatamente el hombre me reconoció y me saludo.
Se acercó poco a poco...
Seguía trayendo la misma sonrisa, pero aún más grande.
Se acercó y me dijo.
-Ven, acompáñame. Eres muy puntual.- Dijo aquel hombre vestido de negro.
-Gracias.- Respondí.
Nos dirigimos a la parte menos habitada por la gente... Muy sola.
Rápidamente el hombre me aventó a la pared y no me dejo escapar por sus brazos estaban alrededor de mi.
Estaba asustada.
El hombre se acercó... Se acercó más y más a mi cara... Tratándome de dar un beso.
Sus manos estaban en mi cintura, poco a poco empezó a bajarlas.
Mi cuerpo reaccionó inmediatamente.
Traté de escapar, pero el hombre no me dejaba.
Se acercaba más y más... Hasta que lo tenía en frente.
Voltee mi rostro para que no me besara.
Tomo mi rostro con su mano rasposa y grande.
-¡Voltea!
-¡No quiero!
-¡Claro que quieres!
Su mano se dirigió a mis pechos.
Mi mano detuvo su mano agarrándolo de la muñeca.
Mis ojos estaban lloviendo sin razón alguna.
Tal vez era del miedo que corría por mis venas.
Mi cuerpo tomó fuerza y doblo su mano.
El hombre gritó de dolor.
De la nada... Empecé a reírme como loca.
-¡Jajajaja! ¡Jajajaja! ¡¿Crees que puedes asustarme?!- Hablo alguien que no era yo. Era mi voz... Pero no era yo.
-¡Ya lo hice! ¡Empezaste a llorar por el miedo!- Gritó el hombre.
"Dime mi pequeña Scarlett...¿Qué es el miedo?"
"No lo sé."

¿Amor? ¿Qué es eso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora