¿Amor? ¿Qué es eso?

Capítulo 2: Infancia.

Voltee y vi... A Marcos.

-¡Scarlett!

-¿Mande?
-¿Qué haces aquí? ¿No sabes que aquí hubo un accidente?

-¿Qué pasó aquí?

- Dicen que aquí sacrificaron a una chica, una bella chica.

-No te creo.

-No me creas, entonces.
-Es una farsa tu historia. Sé que la acabas de inventar.- Lo dije porque ya sabía que era mentira.

-¿Cómo lo sabes?

-Tu sonrisita. Volteaste a los lados mientras me lo decías. Siempre que dices algo que es verdad me miras a los ojos.

-Ahhh...Tienes razón. La inventé.- Respondió Marcos decepcionado.

-Y bueno...¿Ya estás listo?
-¿Para qué?

-Para lo de mañana.
-Sobre eso...No iré a la misma Universidad contigo...Perdón.

Me quedé callada por unos minutos y sin pensarlo empecé a caminar dirección a mi casa.
-¡Scarlett espera!

Corrí lo más rápido que pude. Atravesé una zona boscosa, no recuerdo haber pasado por ahí, pero llegué a mi casa.

-Hija, ¿Dónde estabas?
-Fui a caminar un rato.
Me dirigí a mi habitación y me metí en la cama. En mi mente pasaban millones de recuerdos...De mi infancia. Marcos, mi mejor amigo desde los 3 años. No iba a estar conmigo. Nadie esta conmigo...
Bajé por algo de comer. Pasé por la habitación de mis padre y vi a mi madre empacando las cosas para el viaje de mañana.

-¿Puedo pasar?- Pregunté tocando la puerta.
-Si, adelante.

-¿Y qué van a hacer allá?

-Solo relajarnos por unos cuantos días.

-Ahh ok.- Cerré la puerta y bajé las escaleras con dirección a la cocina.
Abrí el refrigerador y lo único que había era un yoghurt. Lo agarré y empecé a comerlo.

"Tok Tok"

Me dirigí a la puerta. -¿Quién es?- Pregunté por curiosidad.

-Soy yo...Marcos...Perdón, en serio perdón.

-Ya, no te preocupes.

-Perdón. ¿Puedo entrar?

-No...¿Mañana nos vemos?

-¿A qué hora?

-A las 6:00 de la tarde, aquí en mi casa te espero.

-Si. Adiós Scarlett.

Me dirigí a mi cuarto, vi el reloj de la sala y eran las 9:50.
Me puse mi pijama y fui a mi cama.
"Miauuuu".

Maulló mi gato que sin querer lo moví de donde estaba dormido.

-Perdón, señor media-noche.
Decidí leer mi libro, iba a la mitad...Los párpados me pesaban...Y se cerraron.