¿Amor? ¿Qué es eso?

"El dolor cambia a las personas... Es hora de cambiar."

4 años atrás... En algún lugar de Rusia.
Regresé a casa sin ninguna expresión de felicidad.
Mis padres me saludaron.
Me dirigí a mi habitación. La mire por un largo tiempo.
Todas las cosas que tenía de ella... Su chamarra morada con su perfume... Los peluches que ella me regalo... Aquel portarretratos con nuestras fotos del día de la feria... Fotos pegadas de nosotros formando un corazón en la pared... Sus tacones de la noche de la cena, se los quito por el cansancio, inmediatamente saco unas pantuflas de conejo y la fui a dejar a su casa... Los hámsters que representaban "nuestro amor".
"Todo esto te recuerda a ella...¿verdad?"
"Cállate de una vez."
"¿Sin ella no puedes vivir?"
"..."
"Tal y como lo pensé... Te enamoraste profundamente de ella."
"..."
"Y ella te destrozo el corazón. Lástima."
"¡Cállate de una puta vez!"
Lance él portarretratos a la pared y se quebró el cristal.
Las fotos se salieron de su lugar...
Cerré inmediatamente la puerta... Tenía algo que hacer... Antes de tirar los cristales rotos.
Levante un cristal algo filoso... Pero no demasiado para lo que quería hacer.
Tome otro, este era un poquitito más afilado que el anterior.
Tome otro... Era perfecto.
Lo coloque en mi muñeca izquierda, justo donde están las venas más importantes...
"Hazlo."
"El dolor cambia a las personas... Es hora de cambiar."
Enterraba poco a poco el cristal... Mientras salía sangre.
Cada vez más profundo.
Cada vez más cortadas... Hasta que...
Escuche la puerta abrirse.
Mi hermano pequeño... Bruce...
Bruce me estaba viendo por la puerta semi abierta.
Me dirigí a él.
Estaba asustado, lo vi en sus ojos color azul marino... Hermoso color.
-¿Qué sucede, hermanito?- Pregunté con una sonrisa falsa.
-Escuche que se rompió algo... Así que vine a ver qué pasaba...- Respondió con su voz cortada.
-No pasa nada. Solo se callo el portarretratos que me regalo Roxy...- Me dolía decir su nombre...
-Mamá y papá me dijeron que terminaste con ella... Y por eso fuiste al psicólogo.- Dijo Bruce.
Bruce un chico de apenas 8 años... Mis padres le habían dicho que termine con Roxy... Pero le ocultaron mi intento de suicidio... Vaya mundo de mierda.
-Si, hermanito. Ella me engaño...- Dije con un inmenso dolor en mi corazón y un nudo en la garganta.
-¿Por qué tienes sangre en los brazos?- Preguntó Bruce temblando.
-Es un secreto...- Le respondí poniendo mi dedo índice en mis labios.
-Dime.- Dijo Bruce con curiosidad.
-Soy un ángel que quiere volver al cielo... Por qué este mundo le hace daño...- Respondí.
-Entonces regresa...- Dijo Bruce con lágrimas en sus bellos ojos.
-No llores... Todavía no estoy listo para volver...- Respondí secándole las lágrimas.
-¿Por qué?- Preguntó.
-Porque hay millones de problemas que tengo que afrontar antes de irme...- Respondí.
-¿Cómo cuáles?- Preguntó Bruce.
-La vida...- Respondí.
-¿Por qué la vida es un problema?- Preguntó Bruce con curiosidad.
-La vida en si casi no es un problema para algunos... Para otros tal vez. Te hace vivir millones de cosas ya sean tristes o felices. Todo depende de tus acciones ya que tu sufrirás las consecuencias de tus actos...- Respondí fríamente.
Bruce se quedó callado y empezó a llorar.
-No quiero que te vayas...- Sollozo.
-No lo haré... Mi pequeño Bruce.- Conteste y lo abrace.
-¿Quieres salir a caminar al parque?- Le pregunte con una sonrisa en mi rostro. Obviamente era falsa.
-¡Si!- Respondió el pequeño Bruce con una inmensa sonrisa en su bello rostro.
-Nada más me cambio y nos vamos.¡¿Va?!- Dije.
-¡Shi!- Respondió Bruce.
-Espérame aquí afuera, ahorita te veo allá abajo.- Le ordene.
Cerré la puerta y escuche como Bruce bajaba las escaleras para decirles a mis padres que íbamos a salir.
Tome el cristal y lo coloque en mi muñeca izquierda en las venas... Solo una más...
Lo hice.
Sangro y sangro la herida profunda.
Guarde el cristal en una caja que tenía, donde guardo cosas importantes.
Me puse una sudadera color vino.
Y me peine mi cabello.
Salí de la habitación y me dirigí hacia la planta baja.
Vi a Bruce en la puerta con una gran sonrisa.
-¡Ya nos vamos!- Les avise a mis padres.
Abrí la puerta y salimos.
Caminamos al parque... Y me encontré con alguien que no quería ver... O más bien mi corazón quería verla una vez más...