Parálisis del sueño.

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Cuando entre al País de las Pesadillas...
Mi cuerpo no podía moverse...Veía negro.

Al parecer mis ojos estaban cerrados...
Lo único que recuerdo es que estaba tomando el té con Dis...
Pero...Dis...
Dis puso algo en mi té para que me desmayara.

Maldito...
Lo único que podía hacer era escuchar y sentir...
-¡Jajaja!- Reía Dis.

-Al parecer la pequeña Scarlett no puede moverse... Perfecto.- Dijo con un tono de burla.

Dis me cargo en sus brazos.

Al parecer me estaba llevando a su casa...O algún lugar...
No podía gritar por ayuda ni tampoco defenderme...
Bryce y Cheshire se habían ido con Dahaka...Así que no podrían venir a rescatarme.

No había ninguna forma de escapar.

Pero...Tal vez había una...

Que la droga dejará de hacerme efecto.

Pero...Era muy lejana la posibilidad de que eso pasará...

Tal vez...Tal vez Dis me de algo para que yo despertará y así pasar más diversión.

Tal vez... Tal vez él lo haga.

Traté de abrir mis ojos...

Primer intento... Fallido.

Segundo intento...También fallido.

Tercer intento.

Funciono.

Al abrir mis ojos...
Pude ver que Dis estaba sonriendo.

Estábamos en un lugar...Que yo no logré reconocer...

Me tiró al suelo y se alejó.
No se dio cuenta de que había despertado.
Dis se dirigió a una habitación oscura.
Yo sólo podía observar.

Dis regresó y se percato de que había despertado.

-Oh...Pequeña, ya despertaste.- Dijo.
-Mmmm-Logré decir con mis labios cerrados.

-¿No puedes hablar? Muy bien.- Dijo Dis con una sonrisa.
Trate de abrir los labios...No respondían.

No podía pedir ayuda entonces.
"¡Déjame ir!"

Es lo que mi mente gritaba.

No podía gritar...Simplemente...Este era mi fin...
-Esto no dolerá pequeña.- Dijo Dis entre risas.
Dis empezó a pasar un cuchillo por mi garganta.

-Si tratas de hablar... Te cortaré la garganta sin dudarlo.-Me advirtió Dis.

-Solo gritaras o gemirás cuando yo lo diga.- Dijo.

Quito el cuchillo de mi garganta e inmediatamente asentí con mi cabeza.

-Muy bien...Empecemos.- Dijo Dis.

Dis me coloco unas cadenas en las muñecas y en los tobillos.
Luego se alejó y regresó con un vaso de agua en sus manos.
Realmente quería verme sufrir.
Trate de abrir mis labios y lo logre.

-Estupido.- Es lo único que le quería decir a Dis.

-Gracias.- Agradeció Dis con una sonrisa.

-Bueno... ¡Qué empiece la diversión!- Gritó a todo pulmón.

Jaló una palanca y poco a poco las cadenas se empezaron a tensar.
Mi cuerpo empezó a ser jalado por las cadenas.
Era tanta la fuerza que deje escapar un grito de dolor.

¿Amor? ¿Qué es eso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora