Suspiros, gritos contenidos, lágrimas, emoción, en las caras extrañas y llenas de cirugías de la gente del Capitolio.
Adelante, solo veo seriedad en mi madre, fuerza en mi pequeña hermana y los ojos dolidos pero deslumbrantes del que esta a punto de...
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Capítulo dedicado a m Gracias por tus siempre bellas palabras, y x q lees hasta muy noche debido a tanto estudio....
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Cuando llegamos al distrito es volver a mi realidad.
Peeta y yo bajamos tomados de la mano, sabemos que a partir de ahora todos estarán vigilando la veracidad de nuestro enlace. Mi casa y la de Peeta, son nuestras oficialmente así que puedo decidir en cuál vivir. Es obvio que mi casa la conservaré y la ocuparán mi madre y mi hermana, así que la de Peeta es en donde viviremos como matrimonio.
Abrazar de nuevo a mi hermana y mi madre es un sueño. Ver el odio de la mayoría de la gente en el Distrito, es una pesadilla.
Recuerdo lo que nos espera, Peeta toma mi mano, ambos nos damos cuenta que la realidad será aún más difícil.
Pasar mis pertenencias a la casa de Peeta es extraño, pido que me dejen todo en la sala. No quiero que vean que no compartiremos habitación.
Cuando se lo dije a Peeta, él lo acepto sin reparos ayudándome a subir todo una vez estuvimos solos.
—¿Katniss?— lo escucho decirme ya que terminamos de acomodar. Lo veo para hacerle saber que escucho y continúe—: Siempre podré venir a dormir contigo cuando lo necesites. Dejaré la puerta abierta de mi cuarto también ¿de acuerdo?— sonríe con sinceridad.
—De acuerdo— es toda mi respuesta, no puedo dibujar las misma sonrisa.
Los días pasan, la sensación de alejarme cada vez más del que es mi esposo me abruma. Me encuentro viéndolo cada que esta cerca. Me he obsesionado, con ver sus manos cuando decoran alguna galleta. El movimiento de su boca al hablar, o como se ve al estar sentado. Me he obcecado con querer tocar su pelo, acariciar sus mejillas, lo veo mirar por las ventanas todas las mañanas y deseo saber, qué pasa por su mente; si suelta un suspiro, crece un anhelo de que sea por mí; cuando toma un lápiz, quiero ser yo a la que sostenga así. Me he aprendido cada lunar en su rostro. Me he perdido observando sus brazos. Me embelesa ver como habla a otras personas y la diferencia que hay cuando me habla a mí, su voz es distinta, a mí me habla como si acariciara cada frase. Sus labios son otra cosa que se han vuelto hipnotizantes, a veces me encuentro acariciando los míos mientras observo los suyos.
