En la falda de El Yunque con mi Dios

Niño mío

Niño mío,
la voz de Tu Señor
Te está llamando,
hoy Te dice:
No pretendas
Mi llamado evadir,
Yo te amo y Te cuido
en todo momento,
niño mío,
no debes tu retorno resistir.

Voy contigo,
aunque asistas
donde no quiero que tú vayas,
y, sin que lo sepas,
te guardo y te doy oportunidad
de distinguir las tinieblas
de mi luz impecable
y de mi claridad.

Niño mío,
recuerdo las noches
cuando en Mí te inspirabas
y en tu ritmo de joven,
hermosas alabanzas
me dedicabas,
tu abuelita, dichosa,
todas, toditas, las saboreaba:
¡que linda está esa,
pero, también, esa otra!, exclamaba.
Pero yo, niño mío,
contra Mi pecho, conmovido,
te abrazaba
y todos, todos tus cánticos,
como Padre amoroso,
los aceptaba.

Ven, niño mío, ven,
trae a tu familia,
junto a tu niñito
Te espero con ansias.