Bendición de madre

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Todos ansiamos el amor,
fuente que inspira la vida;
a veces, queremos elevar
un amor que dista de ser
remotamente celestial,
sin darnos cuenta de aquel
que es tan cercano.

Amigo, no más lágrimas
¿Por qué toda esa pena?
Amor como el que perdiste
se consiguen a montones,
pero un amor muy tierno,
sin engaño, dulce, sereno.
Sólo es aquel muy sincero
amor que da una madre,
del fondo de su corazón.

Dios de los cielos,
quiero a mi madre,
quiero tenerla,
aunque esté ciega,
aunque inválida,
en aquel sillón,
silla de ruedas...
¡Déjamela, Dios!
Si a mi pecho
puedo atraerla
y con un beso,
ella me ofrezca
su bendición.

En la falda de El Yunque con mi DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora