En la falda de El Yunque con mi Dios

Envuélveme en Tu lienzo

Totalmente ciega y sin fe,
entre tinieblas hundida
y repleta de temores,
así estaba mi vida;
durante años, cada día,
mas ahora, al fin, yo sé
que en mí todo faltaba,
puesto que nada yo tenía.

Gracias, mi Señor, yo Te doy,
por ese dulce momento
que dió vida a mi vida hoy,
puso fin a mi tormento.
Fue un celaje de caricia,
un brote de suave viento,
que tocando mi cabeza
fue bajando hasta el suelo,
me llenó de paz mi Cristo,
quien me colmó de consuelo.

Vuelve, Cristo mío, vuelve.
Envuélveme en Tu lienzo.
Ángeles están cantando:
¡Alabanzas, Aleluya!
¡Gloria en el alto cielo!
¡Gracias, Cristo mío, Gracias!
¡Gracias por Tu infinita paz,
por Tu divino consuelo!