Escúlpeme, mi Escultor,
escúlpeme con Tus manos.
Mi pedido no es vano
pues en Tí confío, Escultor.
Entre más yo Te conozco,
más Te admiro, más Te amo;
de corazón Te reclamo:
quiero ser como Tú, Señor,
escúlpeme con Tus manos.
Sé que será doloroso
someterme a Tu cincel;
sólo Tú tienes el poder
de algo tan milagroso.
¿Ves mi mirada tan triste?
Muchos, también, la han notado,
pero adentro... ¿conocerme?
Sólo Tú lo has logrado.
Sólo Tú puedes dar forma
de adentro hacia afuera, Señor.
Amaré Tus cinceladas,
eres divino Escultor.
Sólo Tú puedes formarme
desde adentro, con Tu amor;
pues nadie así me ha visto,
¡En Tus manos... Escultor!
ESTÁS LEYENDO
En la falda de El Yunque con mi Dios
ŞiirLibro que recoge poesías y canciones escritas por la poetisa puertorriqueña Gloria M. Ayala Navarro. Su libro "En la falda de El Yunque con mi Dios", está inspirado en su experiencia cristiana y sus años de vida en el Barrio Jiménez en Río Grande...
