Te creo, Señor

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Te creo, Señor, y es angustioso
el vivir afanado cada día.
Sí, en Tí yo confío, mi Dios,
cuando reposo;
a Tí entrego lo tormentoso,
que susurra a mi oído:
Sientes agonía, sientes agonía.

¿Agonía? Agonía ¿por qué?
Sí, en Tí yo confío, mi Dios,
y sé que mansiones allá
has preparado...
mas no me puedo angustiar,
he sentido en mi alma
la respuesta a este llamado.

¿Que estamos en el mundo?
Así lo he comprobado.
¿Que vivimos entre el pecado?
Sí, así vivió Job...
aunque estaba sufriendo
en su alma la angustia,
¡fue consagrado!

Porque, ¡que mucho sufrió Job!
Perdió sus hijos, su salud,
sus bienes, perdió el ganado,
y nada perdió...
porque no salió perdiendo,
pues su alma, Job conservó
¡para Su amado!

En la falda de El Yunque con mi DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora