Alicia y yo llegamos al instituto. Antes odiaba este lugar. La gente "popular" se mete con la gente débil por el hecho de que necesitan meterse con alguien. Y antes era yo la débil.
***
Un año antes,
Fea. Estúpida. Marginada. Suicidate ya, nadie lo va a sentir. Estás sola.
Estaba acostumbrada a que la gente de mi instituto me dijera esas cosas. Pero seguían doliendo. No tenían ni idea del efecto que causaban sobre mí. Aunque los empujones cuando pasaba habían parado, las palabras seguían haciendo daño. Me metí corriendo en el baño. Cerré la puerta. Saqué la cuchilla. Lo hice. ¿Me sentía mejor? Sí, un poco. Era mi manera de desahogarme. Veía borroso a causa de las lágrimas. La sangre caía al suelo, la limpie como pude. En ese momento, alguien entró en el baño.
-Lidia, se que estás ahí. Abremé cariño - Alicia me había perseguido hasta allí.
No contesté, no quería que me viese así. Ella no sabía nada de mis cortes.
-¿Te crees que soy tonta? Lo se desde el día que nos conocimos, pero no creía que quisieras hablar del tema. Aunque ya pienso que es hora - dijo, adivinando lo que estaba pensando.
Abrí la puerta. Me miró con pena y me abrazó. Lloré encima de su hombro y le conté como había empezado y como lo había pasado. Sentía bien tener por fin una amiga en la que poder confiar. No me juzgó. No me regañó. Simplemente me dijo:
-Hazme caso, se que es muy difícil por lo que estas pasando, pero me tienes aquí ¿sabes? Así que deja de buscar cuchillas y dame abrazos -
Y eso hice. Al menos por un corto tiempo
***
Nos dirigimos hacia nuestros pupitres nada más entrar en clase. Todo el mundo ha llegado ya, solo faltaba el profesor. Abro mi libro y de él cae una nota. La leo:
"Ey, conozco tu secreto, se que tus sonrisas son falsas."
Miro para todos los lados. Nadie me estaba mirando, por lo tanto nadie había visto mi expresión. ¿De quién seria la nota? ¿O simplemente era una estupidez? No le doy importancia, así que guardo la nota en la mochila.
