No sabes las ganas que tengo de besarte. Las palabras se repiten en mi cabeza. Las lágrimas amenazan con salir de mis ojos, y parpadeo varias veces para evitarlo. Tantos recuerdos me llegan a mi mente.
***
Dos años antes,
Alex y yo íbamos al parque ¿Me gustaba? Sí. Pero yo no sabía si a él le gustaba o no. Eramos amigos simplemente y aunque yo quisiese más, no quería estropear nuestra amistad.
Era de noche y habíamos dejado a nuestros amigos en una fiesta, nosotros nos fuimos, porque no estábamos agusto.
Nos sentamos en un banco y nos quedamos en silencio.
Él estaba inquieto y no paraba de moverse en el sitio. Yo le miraba fascinada, cada movimiento suyo me gustaba. De repente, se levantó y se arrodilló en frente mía.
-Lidia, somos amigos desde hace mucho tiempo-
-Sí- le contesté
-Bien. Quiero que dejemos de ser amigos-
Una lágrima resbaló por mi mejilla. ¿Qué había hecho? Al verme llorar me secó las lágrimas.
-¡No! No llores. No lo has entendido. Quiero que dejemos de ser amigos, porque me encantas. Me encantas desde el día en que te conocí. Me encanta tu sonrisa. Me encantan tus ojos. Me encanta que te sonrojes cuando hablas conmigo como ahora. Me encanta tu manía de mover las piernas cuando estás nerviosa. Me encantas tu, y quiero estar contigo y no sabes las ganas que tengo de besarte-
No le contesté. Le besé y me respondió al beso en seguida.
-Te quiero Lidia- me dijo entre besos.
-Te quiero Alex- contesté
Empezamos a salir en ese momento y era feliz junto a él.
***
La frase sigue en el aire. Y yo no he dicho nada.
-¿Lidia?- pregunta
Le miro.
-No puedes venir y decirme eso. No puedes volver después de haberme hecho pasar el peor año de mi vida. No puedes simplemente volver, te estaba dando una oportunidad, pero no, ahora ¿por qué quieres estar a mi lado si tu mismo me hiciste alejarme?-
Ahora sí, las lágrimas fluyen. Me levanto y corro fuera de allí, dejándole con la palabra en la boca.
