Clark
..y ella aparto la mirada, era realmente deseable. La chica que presentaba, Barbara según había dicho al inicio de su presentanción lo estaba haciendo realmente bien y también era bastante atractiva, era mi prototipo, rubia, ojos miel, alta y piel clara, si ese era mi prototipo de chica pero no se porque esa morena, ojos verdes y de piel oscura que dirigía esta empresa me había roto los esquemas.
Megan
- Y bueno por esto y por muchas cosas más que están por venir deseamos que confíen en nosotros y en nuestros productos de gran calidad. - Barbara acabó y todos empezamos a aplaudir, lo ha hecho realmente bien.
Nos levantamos y me dirigí a la puerta para despedirme de la misma manera que los había recibido.
- Nos pondremos en contacto con usted o alguno de sus empleados para cerrar la compra, muchas gracias. - dijo el que parecía ser la persona que dirigía el grupo de hombres.
- Gracias a ustedes, es un placer. - le estreché la mano y le sonreí de la mejor manera fingida que sé.
- Encantado de conocerla, ¿Señorita...?- me estrechó la mano.
- Megan, o señorita Rich. - le sonreí y me mordí el labio, ví como se le dilataban las pupílas. - Encantada señorito Clark.
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Aleluya en casa. Decidí darme un largo baño con aceites aromáticas. Mientras se llenaba la bañera miré en mi armario para decidir que ponerme. Pasé unas perchas y al final encontré lo que quería, una camiseta de seda roja con tres botones en el pecho, una falda de tubo color perla junto con una americana del mismo color, un cinturón negro y mis zapatos de tacón rojo y negro.
Volví al cuarto de baño y me adentré en la caliente y estimulante agua con ese aroma a jazmín, dulce paraíso, no se cuanto tiempo estuve allí arrugándome como un garbanzo mientras escuchaba Crystallize pero de repente escuché como vibraba mi telefóno.
- ¿Sí?
- ¿Megan, traigo mi coche para salir esta noche? - era Wendy.
- No - reí. - ¿Tu crees que estaremos en condiciones de conducir? - escuché como se reía ella.
- No la verdad. Vale, nos vemos de aquí una hora, besos. - ¡Cómo! Cuánto tiempo había estado en la bañera, eran las 19:54. ¡Mierda! Salí corriendo de la bañera dejando todo el cuarto de baño empapado cojí las toallas las enrosque en mi cabeza y en mi húmedo cuerpo.
Al cabo de tres cuartos de hora me acababa de planchar los últimos mechones de cabello y de aplicarme mi mascara de pesatañas estando perfecta. Escuché el timbre.
- ¡Wendy! Tu siempre tan puntual - reí y la abracé.
- Soy la única con dos dedos de frente del grupo.
-Bueno, bueno. - qüestioné.
- Estás preciosa Megan, arrasarás.
- Exagerada.. - pusé los ojos en blanco.
Volvieron a picar al timbre eran Carolina y Grace, las abracé, me puse mis tacones y salimos, cogimos un taxi que nos llevo a "Risttorante Dolce Notte". Ligamos un poco con el camarero ya que era bastante atractivo y cuando acabamos de cenar fuimos a Manjatan 94, una de las discotecas más lujosas de Chicago.
- Mira ese chico Megan, no para de mirarte y no esta nada mal. - me dijo Grace, llevaba una copas de más al igual que todas.
- Mmm... Megan está al acecho.
Desde que Grace me hizo fijarme en ese atractivo rubio de ojos verdes no paraba de sonreirle, de jugar con él. Se me estaba bajando el puntillo así que decidí ir a pedir un par de copas.
- Chicas quereís algo más, voy a pedir.
- Un gintonic para mi - dijo Carolina mientras bailaba con un chico que acababa de conocer.
- Uno de lima con vodka por aquí. - grito Grace.
- Para mi nada, este muchachote se ocupa de mi. - finalmente dijo Wendy.
Un gintonic y un vodka con lima y para mi unos chupitos, no me apetece nada más. Llegué a la barra y un camarero vino corriendo a mí.
- ¿Qué deseas preciosidad? - dijo demasiado cerca de mi boca, aún que no me molestaba nada.
- Un gintonic y un vodka con lima, por favor - dije lo más sensual que supe.
- ¿Y todo eso para ti cariño? ¿No acabarás un poco mal la noche?
- No, es para mis amigas, para mi son dos chupitos de tequila.
- Que sean tres por favor y pago yo. - escuche una voz detrás de mi, me giré de golpe sorprendida - Encantado guapura. - era el chico rubio de ojos verdes.
- Encantada soy Megan. - le grité para que me escuchara ya que la música estaba bastante alta.
- Encantado soy James. - me atrajo a él y me susurró en la oreja, sentí una gran electricidad por todo el cuerpo que acabó en mi parte sensible.
El camarero había cambiado la cara, ahora estaba más distante, trajo la botella y nos puso tres vasos los lleno y James lo pago, pero antes de irse me entrego un papel. Era su número de telefóno.
- ¿Veo que tienes gran efecto en los hombres no? - me sonrío, tenía ganas de besarle.
- Creo que sí, si no tu no estarías aquí. - abrió los ojos.
- Gran observación señorita Megan.
Cogimos los vasos y James sin apartar la mirada entrelazamos los brazos y bebimos el tequila, cuando él acabo yo me bebí el otro.
- Espera. - me cogió la mano y con los labios recogió una gota que me había caído por lo dedos pasando su lengua por el final de uno de ellos, era realmente sensual, se acercó a mis labios pero decidí no dárselo todo en bandeja y en cuanto estuvo lo suficiente cerca me aparté, le acaricié la cara y le guiñé el ojo diciéndole adiós con la mano.
Es un poco cortito lo sé lo siento, prometo escribir más a menudo y más largo pero he estado volviendo de vacaciones y ajetreada, si os gusta comentar y estrellita por favor, me hace mucha ilusión. Graciaaas :)
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AMARGAMENTE DULCE
RomansaUna historia que te hará trasnochar. Erotismo, sentimientos, poder, dinero, deseo, atracción, riesgos. AMARGAMENTE DULCE.