CAPITULO 8

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El infierno se había desatado en la planta de mi pie, y lo único que pude hacer para soportar aquel inmenso dolor era clavar las uñas en la madera de la mesa, gruñendo repetidas veces con fuerza para tratar de contener un grito. Sentía que se me deshacía el pie, eran como miles de agujas en llamas perforandome la piel una y otra vez.

-Con esto la herida sanará en la mitad del tiempo, dolerá, pero te recuperarás pronto.- explico el tío Ford poniéndose de pie.

-Vaya que duele...- jade. Estaba sudando a causa del esfuerzo por soportar el dolor.

- ¡Tranquilo chico! Ya pasará. - Me animo mi tío recargándose contra el lavamanos tomando su taza de café.

Nos quedamos en silencio un momento luego de eso, mi tío daba sorbos a su taza, el aroma de su contenido comenzaba a inundar la cocina con su peculiar fragancia. Eso me calmo un poco, me encanta el olor del café caliente y más me gusta beberlo, por ahora me conformaba con disfrutar del olor. Suspire largamente, aun debía hablar con mi tío y contarle sobre mi sueño.

-Am... ¿Tío Ford?- Me atreví a romper el silencio con algo de timidez, mirando mi pie herido pues no me atrevía a mirar al autor de los diarios.

- ¿Si? - contesto con sencillez, dando otro sorbo a su taza. Cruzó una pierna sobre la otra.

-Am... Yo...- ¡Maldicion! No sabia como empezar. Seguramente si le digo que soñé con Bill se volverá loco y me hará estudios como a una rata de laboratorio. No es que me moleste, pero quiero saber si de verdad era un sueño aquello causado por mi regreso o si de verdad debía preocuparme.

- ¿Pasa algo, Dipper?- insistió.

-Bueno... Yo... Quería preguntar...- No se me ocurría forma de sacar el tema, así que decidí hablar de otra cosa. - ¿C-Como va la transcripción d-de los diarios?- Solté al final.

Solté un leve gruñido mientras me regalaba mentalmente, debía hablar con mi tío del tema. ¿Que tal que fe verdad fue una advertencia y de nuevo todo el pueblo esta en peligro?

- ¡Oh! ¡Me alegra que lo preguntes!- Sonaba ahora emocionado, así que lo mire atentamente. -Ya casi término.

-Oh...- Fue todo lo que logre decir.

El Tío Ford en una de sus cartas me había propuesto que para cuando volviera al pueblo trascribiriamos los diarios, los dejaríamos como verdaderos libros, y me entusiasmaba el proyecto enormemente. Escuchar que no me espero para aquello me decepcionaba un poco, de verdad quería pasar a ser un co-redactor y no solo el lector.

Baje la vista de nuevo bastante decaído y deje salir todo el aire de mis pulmones.

-Solo hace falta que alguien los revise...- señalo mi tío. En seguida el entusiasmo ataco mi cuerpo y mire a mi tío emocionado. - ¿Que dices, Dipper? ¿Los revisarias? Tus anotaciones sin las mejores.

- ¡Por supuesto que si!- contesté casi pegando un brinco.

-Excelente, chico. Ahora ve a dormir, creo que Stanley tiene pensado hacerlos sufrir en la mañana. Así que sera mejor que te vayas a dormir.- sugirió mi tío saliendo de la cocina, ni sin antes dedicarme una ultima mirada de complicidad.

Intente ponerme de pie, aún estaba algo aturdido por lo que vi en la ventana y mi pie seguía doliendo como si me lo arrancaran. Logre cogear hasta el marco de la entrada de la cocina y mirar las escaleras... Seria un largo camino hasta allí arriba.

§

A la mañana siguiente el tío Stanley nos despertó casi a gritos y nos hizo alistarnos a la velocidad del rayo. Al parecer quería que volviéramos a trabajar ayudando en la cabaña como hace tanto tiempo lo habíamos hecho.

Si No Esta Prohibido No Es Divertido (Bill X Dipper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora