Si No Esta Prohibido No Es Divertido (Bill X Dipper)

CAPÍTULO 22

-Entonces... Si encontraste un lugar, ¿no?- continúe. No quería dar a entender que ya quería que se fuera, y hasta cierto punto realmente me había acostumbrado a su presencia.

-Sí, una cabaña algo derruida en el bosque, no muy lejos de aquí-. Aclaró mirándome de reojo. -Necesitará algo... Bastante de mantenimiento, pero creo que puedo encargarme. Si quieres puedes ir a ayudarme, sera trabajo duro, pero puedo ser a cambio de lo de cocinar, ¿que dices?- terminó sonriendo, guardando sus lentes en la bolsita delantera de su camisa, dándole un aspecto como de bibliotecario.

-Si... Bueno. Voy a pensarlo, sería divertido...- un corto e incomodo silencio nos envolvió. -Bueno, tengo que llevarle su café a Stan antes de que comience a molestarme-. Finalice para salir de la habitación... Que encuentro tan extraño. Ahora me sentía extraño...

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P.O.V. MABEL

Era temprano por la mañana cuando desperte, cansada, por alguna razon no me sentía del todo de ánimos, no habia descansado a pesar de que si que habia dormido, pero me sentia mas cansada que el dia anterior. Mire la hora en el celular: las 8, con un lindo mensaje de mis chicas deseandome buenos dias; no pude evitar sonreir y contestar casi de manera inmediata aunque no supiera ni como me llamaba (seguia medio dormida).

Me pare de la cama pesadamente, me estire y mire el vitral que se posaba sobre la cabecera de ambas camas. Me parecio tan pequeño entonces... Cuando eramos pequeños se veia mucho mas grande e imponente, pero ahora lucia pequeño y viejo, al igual que gran parte de la cabaña.

Mire a mi hermano, estaba profundamente dormido con la sudadera puesta y los audifonos enredados en un brazo. -Parece ser que estuviste despierto anoche...- susurre bajito acariciando su cabello muy superficialmente para no despertarlo. -Bien, te dejare dormir un poco mas.

Me acerque al pequeño armario y revise mi ropa para hoy, no me sentia con ganas de vestirme demasiado llamativa, asi que opte solo por un pantalon de mezclilla, una blusa de tirantes y una sudadera azul claro. Tome mi ropa, una toalla, mi kit de aseo personal y me dirigi al baño contra mi voluntad, de verdad queria volver a la cama, pero si me volvia a dormir ya no iba a levantarme, y si no me levanto mi horario de sueño se arruinara...

-Solo necesito un buen baño con agua tibia y volvere a ser la misma...- me dije tratando de convencerme de que realmente era lo unico que necesitaba, aunque no fuera verdad.

Cuando llegaba al baño la puerta de este se abrio, dejando salir de èl a un alto rubio, parecia estar pensando en otra cosa porque tardo en reaccionar ate mi presencia.

-Buenos días, Viktor-. Saludé con voz suave para no asustarlo.

-¡Oh! Mabel, no te escuche, lo siento. Buenos dias-. Me dijo con una sonrisa y una leve inclinacion de cabeza.

-No pasa nada-. Respondí con una sonrisa también. -Te levantaste temprano hoy-. señale.

-Si, ire a buscar un lugar donde quedarme el resto de mi estadia aqui. Creo que despues de todo necesito mi propio espacio-. dijo con un aire algo avergonzado, mirando a un costado. Enseguida alce las cejas sorprendida.

-Que lastima... Comenzaba a ser realmente divertido tenerte aqui... Bueno, al menos a mi me agradas bastante, pero entiendo que sea incomodo vivir con una familia que no conoces...- realmente me sentia triste por dejar de ver a Viktor, aunque sabia que probablemente me lo encontraria en mas de una ocasion de nuevo. -Promete que me daras tu nueva direccion, ¿si?- le rogue poniendo mis ojos mas adorables.

-Tal vez, pequeña...- respondió pasandose una mano por el desordenado cabello. Ese gesto me hacia pensar en Dipper, porque hacia lo mismo cuando no traía la gorra puesta.

-¿"Tal vez"...?- pregunté sin estar segura de lo que eso significaba. ¿Era a caso que no quería volver a verme! Realmente no me importaría, pero agradecería la sinceridad.

-No me lo tomes a mal. Es solo que no quiero que vayas sola a casa de un hombre que apenas conoces. Te llevo como 8 años, querida-. Respondió con cierta incomodidad para despues fruncir los labios y apartar la vista. -Tus tíos van a matarme...- soltó entonces una risa nerviosa.

Fue entonces que, poco a poco, empezaron a caerme letra a letra las palabras de Viktor, como si de una gran revelación se tratase.

"Te llevo como 8 años..." la frase se repitió un par de veces en mi cabeza mientras esta hacia los calculos correspondientes de manera veloz, todo en menos de dos segundos.

Mire a Viktor fijamente de arriba a abajo con los ojos bien abiertos. -¿Que tú que...?- conseguí decir aún registrandolo con la mirada a toda velocidad, desde su ropa y la combinación de esta (su outfit) hasta su rostro, sus facciones, su corte de cabello y la forma de este.

-¿Yo... Que?

-Tienes... ¿26...? ¿27...?- le cuestione mientras me grababa a toda velocidad su imagen en mi cerebro como referencia para el futuro. -Creí que tenías unos 20... Pero claro, debí suponer que eras mucho mayor. La elocuencia con la que hablas, tu forma de comportarte y de relacionerte con los que estamos a tu alrededor. Ahora que lo pienso, me sorprende que seas tan joven, eres muy maduro...

-Con que era eso...- Viktor me miró con una sonrisa palmeando mi cabeza de maners paternal. -Cumplo 27 en Octubre. ¿Sabes, Mabel...? Parecerá que lo digo siempre, pero me recuerdas profundamente a mi pequeño hermano Gerard, tiene tu edad-. Suspiró y se encamino a su cuarto.

-¡Viktor! ¿Saldrás ya de casa?- le detuve un momento, aún quería preguntarle algunas cosas.

-No, arreglare algo en mi cuarto y bajare a desayunar, ¿porque? ¿Hay algo en lo que oueda ayudarte, estrella?

-¡Oh! ¿Podemos desayunar juntos? Mis tíos y mi hermano aún duermen y no me gusta desayunar sola...

Aquel hombre me miró de nuevo con una sonrisa que demostraba la ternura que yo le daba, hizó un asentimiento con la cabeza y entró a su cuarto en silencio.

Cuando me baño tiendo a darle vueltas en mi cabeza a un montón de cosas, pero no tenía mucho tiempo para hacer eso esta vez, no si quería alcanzar a Viktor, asi que lo único que rondo mi cabeza mientras me bañaba fue nuestra conversación. Por alguna razón sentía que en todo lo que me decía había algo que yo no estaba viendo.

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