CAPITULO 20

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-Deberías, es realmente sorprendente. Puedo llevarte y darte un recorrido si quieres...- ofreció amablemente, sentí la sangre subirme a la cara de la emoción y un extraño y cálido sentimiento recorrerme el pecho. -Siendo tan fan de lo paranormal como eres, es una oportunidad que no puedes dejar pasar.

-¿De verdad?- pregunté subiendo un poco la voz de manera precipitada sin si quiera pensarlo, a lo que él asintió. -Muchas gracias...- susurre con una enorme sonrisa, tratando de actuar mas relajado para no lucir tan obvio. -Yo... Es... Increíble, de verdad lo agradezco.

-Esta bien...- Respondió con tono relajado. Entonces se detuvo y miró al frente. -Bueno, creo que llegamos. .

Me giré para mirar a donde él veía, y efectivamente la cabaña podía verse ya a algunos metros adelante; varios turistas se apelotonaban a la entrada para poder entrar.

Suspire mientras una sonrisa se me escapaba, ver la cabaña sin duda me hacia recordar el pasado y todo lo acontecido, tanto bueno como malo. Recuerdo que la primera vez que la vi pensé que era la horrible y descuidada casa de un viejo, ahora me doy cuenta de que si era asi, pero también de que el tío Stan tenia sus motivos para tener la cabaña como la tenía. Tratar de conservar las memorias de un hermano perdido para él debió ser muy difícil... Honestamente le admiro mucho lo que hizo.

-Muchas gracias por guiarme Dipper...- dijo Viktor, adelantándose hacia la cabaña.

-Si, no es nada.

§

-Te toca barajar, por favor...- pidió el anfitrión de la cena a su acompañante mas cercano mientras fumaba otro cigarro, pasandole la extravagante baraja.

El interpelado obedeció y con un movimiento suave y rápido comenzó a revolver las cartas, repartiendo el número correspondiente a cada uno de los invitados.

-Hay noticias- soltó otro de manera suave para llamar la atención. -... De que uno de nuestros amigos volvió de entre los muertos...- mencionó, dejando que sus palabras tomasen peso.

-¿Cipher?- preguntó el cabecilla recogiendo sus cartas con serenidad, apenas alzando la mirada de su mano, como si le restara importancia al asunto.

-¿Estaba muerto ese idiota?- preguntó otro más cruzándose de brazos después de dejar las cartas en su lugar luego de repartir.

-Alguna de sus mascotas humanas lo trajo de vuelta al parecer, eso es lo que yo escuche-. Comentó un quinto mirando su mano de mala gana. -Mierda, siempre me dan una espantosa mano, ¿a caso arreglan el juego antes de comenzar?

El cabecilla sonrió con cierta gracia, le dio un trago a su vaso y regresó la mirada a sus cartas, como si la noticia realmente no le importase. La partida comenzó. Carta tras carta algun detalle irrelevante sobre alguna vida pasada entraba en la conversación... Hasta que uno de los presentes soltó lo que nadie había encontrado colar.

-Deberíamos darle una visita... Invitarle un trago y... Una partida- soltó dejando otra carta sobre la mesa, mirando de reojo y seriamente al líder, el resto se encontraba callado a la espera. Al ser el hermano menor del jefe era poco probable que llegase a hacerle algo.

-No es mala idea...- una nubecilla con olor a nicotina salio de sus labios mientras ganaba la cuarta partida de la noche. -Nunca rechazó un juego, y mucho menos una apuesta... Pero tal vez haya que enseñarle nuevamente como jugar.

-Será fácil, señor. Aunque quizá debería tomar eso como una ventaja...- La pobre criatura ni siquiera pudo terminar de hablar cuando ya tenia una de las manos del líder contra su garganta, aplastando su traquea.

Si No Esta Prohibido No Es Divertido (Bill X Dipper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora