CAPITULO 13

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Cuando la chica y él cruzaron miradas se quedaron extrañamente callados por un momento, la chica parecía haber visto un fantasma y el rubio mantenía su expresión vacía.

-¡C-claro... Enseguida!- susurró ella dejando todo de golpe y corriendo a la cocina con la charola tan rápido que parecía que la perseguían.

-Vaya... Hoy andaba apurada...- mencionó el rubio riendo y volviendo la mirada al tío Ford. -¿Cuánto lleva aquí?

-Como un año Masomenos, no mucho-. Contesto mi tío encogiéndose de hombros y empezando a comer de su omelette. -Creo que es sobrina de una amiga de Suzan o algo así, no estoy seguro, pero me atiende cada que vengo. ¿La conoces?

-No... Pero me pareció agradable-. Dijo con una sonrisa extraña aún mirando en la dirección por donde la chica se había ido.

-Pareces interesado, Viktor.- comentó mi tío de manera sugerente al rubio levantando una ceja para enfatizar.

-No lo sé, señor Stanford... No he tenido más suerte con las americanas de la que tuve con las pocas chicas en mi pueblo.- finalmente se giró a mirar a mi tío con una leve sonrisa avergonzada mientras una de sus manos intentaba acomodar su desastroso cabello.

-¡No te creo! Eres un muchacho guapo y te sobran temas de los cuales hablar.- salto Ford con una expresión incrédula.

-Las chicas al parecer consideran demasiado extraño a un sujeto que se la pasa hablando de investigaciones y cosas raras-. Bajo la mirada sonriendo. -Una sola cita en 22 años y varios fracasos al siquiera tratar de acercarme... Pero estoy bien, ¿sabe?

Una nueva sensación de empatía por aquel extraño me invadió repentinamente, no sabría decir si por su aparentemente desafortunada vida amorosa (similar a la mía), o por su predilección a la soledad.

-¿Quien necesita a las chicas?- bufé repentinamente como resultado de mis cavilaciones, cuando me di cuenta me aclare la garganta algo apenado por mi comentario. -Quiero decir... Tener una novia solo te quitaría el tiempo de lo que es realmente importante si pretendes ser un investigador o un cazador de misterios...

Me encogí un poco sobre mí mismo, avergonzado aún, sintiendo que la sangre subía a mis mejillas.

-¡Exacto, Dipper!- salto Viktor con una sonrisa impecable. -Tener novia es solo una distracción si eres un hombre de ciencia.

El tío Ford trago su bocado pacientemente y nos miró. -Se equivocan, solo necesitan a alguien que tenga metas en común con ustedes, pero no tienen ni los 25, así que entiendo que no lo entiendan.

Fruncí notablemente el ceño ante el comentario del anciano, mire de reojo a Viktor y hacía lo mismo, solo que sus labios hacían una mueca de disgusto, lo que lo asemejaba a un niño pequeño molesto... Era raro.

-Con todo respeto, señor Pines... La vida hermitaña...- empezaba a decir el rubio cuando se vio interrumpido por mi tío.

-Es horrible... Cometí muchos errores en mi vida, y la mayoría fueron cuando estuve solo y sin alguien que me apoyara.- se giró a verme. -La familia es importante y hay que disfrutarla mientras se tenga...- luego se giró a mirar al extranjero. -Y el amor llegará cuando deba hacerlo y ustedes, par de tontos, estén listos y sean lo suficientemente maduros para saber mantenerlo.

Luego de eso ya no hablamos más, comimos cada quien lo que había pedido en absoluto silencio, la camarera que había salido corriendo llegó apurada a entregar lo restante de las órdenes y se retiró con la misma velocidad que había llegado, volviendo solo una ocasión más para rellenar las tazas de café; la reacción del rubio fue la misma que las anteriores, la miro fijamente durante su recorrido hasta que desapareció en la cocina mientras sonreía de manera extraña en mi opinión.

Si No Esta Prohibido No Es Divertido (Bill X Dipper)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora