The One I Want (Niall Horan)

22

Niall se fue a eso de las 7pm, lo que me dejó sorprendida sobre como el tiempo pudo haber pasado con tal rapidez. La hemos pasado muy bien, eso puede contestar la duda. Sin embargo, no me quedó demasiado tiempo para alistarme y decidir qué usar para la fiesta de Harry. No podía verme mal, y verdaderamente tampoco quería. Por lo que me obligué a mí misma a recurrir a la gurú de la moda de esta casa.

-¡Megan! -llamé en alta voz para que me oyera donde quiera que esté.

-En la cocina -respondió.

Cerré las puertas del armario y me encaminé a su paradero con decisión y vacilación a la vez. La puerta de la cocina estaba abierta, ella estaba tomando agua mientras leía algo desde su teléfono.

-¿Me ayudas con algo? -pregunté, apoyando mis manos en la isla de la cocina, donde estaba inclinada, sentada con un taburete.

-¿Qué clase de ayuda? Ahora debo prepararme para salir -respondió sin mirar.

-Pues... Quiero que me vistas y me maquilles.

Ella levanta la cabeza y me mira de tal forma que parecería que le hubiese dicho que estaba embarazada de trillizos. Una sonrisa comienza a colarse de sus labios y noto que sus ojos brillan.

-Oh Dios mío, ¿sabes cuántas veces imaginé este momento?

-Eres una exagerada -reí.

Ella se levanta y comienza a caminar, sin detenerse al atrapar mi antebrazo con su mano. Ella me guía rápidamente hacia la habitación y me suelta para abrir el clóset.

-¿Niall te ha invitado a algún lugar? -pregunta. No me mira al hacerlo, está concentrada en la ropa. ¿Será que está celosa? No puedo saberlo.

-A la fiesta de Harry Styles.

Ella se gira en el lugar y sus ojos se abren.

-¡Yo también voy! -festeja-. ¡Harry me ha invitado hace como quince minutos!

Sonreí por su entusiasmo, pero en el fondo una extraña sensación me invadió. No quería que vaya, y no sabía porqué. Quería ir solamente yo, quería que ella asistiera a otra fiesta. Me avergonzaba pensar que quería tener yo la atención esta vez. Ella no pudo percatarse de ello, no dejaba de hablar sobre la fiesta y sobre lo que yo podía usar, ajena a mis pensamientos.

-Bien, ¿qué opinas de esto?

Lanzó a la cama un mono blanco y corto de crepe, con mangas anchas pero hombros descubiertos, y espalda baja que descubría la espalda. Antes de que pudiera juzgarlo, colocó junto a él un brillante collar que honestamente era precioso y combinaba bien con la prenda.

-Yo...

-No digas nada -se apresuró a decir en tono de advertencia-. Querías que te vistiera y esto elijo para que uses, no puedes decir nada al respecto.

-Bien -refunfuñé al cabo de un par de segundos.

Me parecía bastante revelador, porque el mono concluía a centímetros debajo de mi trasero, y la espalda se vería desnuda. Pero tengo que admitir que es muy bonito, y el collar también lo es. Supongo que por una noche puedo malcriar a mi hermana y permitir ser su juguete.

Fui al baño a probármelo y permanecí dentro de él al menos cinco minutos, mientras giraba y me mostraba delante del espejo en cualquier ángulo posible para analizar cómo me quedaba la prenda en mi. Ni siquiera de qué decir, porque no sé si ve bien en mí o no. Decidí salir del baño para que Megan pudiera aprobarlo o no, después de todo se supone que ella es la que sabe.

Ella ya se había puesto un conjunto que, como siempre, le quedaba estupendo. Era un top negro sin mangas, que dejaba ver parte de su vientre, y un short tiro alto que escondía su ombligo. Ella se volteó a verme, y me miró de arriba a abajo.