6 Cap

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Justin me miraba asustado, por mi parte estaba tranquila, no creo que sea tan malo estar fuera.¿O si?

-Saben ¿cuál será su castigo?.-Habló la monja.

-Lavar los baños? .-Pregunté burlona.

-No, Bieber dígale cual es el castigo cuando se los encuentra fuera de su habitación a la hora de dormir.-Sonrió la monja.

-No saldremos durante dos feriados en los cuales debemos.-Suspiró.-Limpiar todas las habitaciones, todas _____.-Mi cara calló al suelo, TODAS! Pero si aquí hay bastantes personas.

-Pero no alcanzaremos.-Repliqué.

-Si no alcanzan se toman otro feriado asta que acaben.-Sonrió la estúpida monja.

-Qué coños?  Pero para eso hay los que se encargan de eso, no joda. -Hablé virando los ojos.

-Un feriado más por contestona.-Miró molesta.

-Pero yo no dije nada.-Habló Justin

-Pues lo acaba de hacer Señor Bieber.A sus habitaciones YA!

Justin se acercó lentamente a mi oído.-Me las pagarás maldita perra.-Beso mi mejilla y se fue.

Entré lentamente a la habitación bajo la atenta mirada de quella monja.Una vez adentro sólo pude pensar en que haría tres sábados y tres domingos junto a ese insoportable niño, me acerqué sigilosamente asta la cama para no despertar a Ashley.En cuestión de segundos
ya estaba envuelta en mis sueños.

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Ah mierda.-Susurré cuando la maldita voz sonó por un parlante que teníamos instalado en la habitación.

-Buenos Días, Favor de entrar al comedor con su respectivo uniforme para sus clases.Gracias.-Hablaron del otro lado.

-Joder ______ levántate si no te meterás en un gran problema.-Habló Ashley al ver que me volvía a en volver en las mantas.

-Qué!.-Grité al sentir como el agua caía sobre mi rostro.

-Señorita Gradma.-Habló la monja.-Su uniforme.-Dijo tendiendome un uniforme planchado.

-Uhy mierda ¿para eso me lanza un vaso con agua?.-Pregunté quitándole el uniforme bruscamente.

-Aprenda a respetar a sus mayores. -Habló molesta.

-Para eso estoy aquí no? Debe enseñarme. -Viré los ojos bruscamente.

-Ushh. -Dijo en forma de frustración mientras salía de la habitación.

Por lo que tenía entendido lunes debíamos usar la Chaqueta blanca y los demás días la negra, el uniforme no estaba tan mal que digamos para una escuela de monjas.

Llevaba 5 minutos arreglando mi cabello, iba tres peinados, primero una trenza hermosa que mi madre me enseñó, un moño desordenado y por último una simple cola. Me decidí por la cola, eché rimel, delineador, por último un labial rosa pálido y salí de la habitación.

En el Narcotráfico no hay AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora