- Mira allí va la perra.- Dijo Alex causando la risa de todos en especial de Justin. Hace una semana Justin había prometido joderme la vida y sí, si lo estaba haciendo, esto era todos los malditos días en cualquier parte del maldito internado.
Hice oídos sordos y seguí con mi camino, sentí un pinchazo profundo en mi brazo causando que mire rápidamente el lugar que ardía en estos momentos, mire al suelo esperando saber que fue lo que habían lanzado y era un maldito esféro que había caído de punta.
Hice una mueca mientras los observaba a todos y seguí caminando, me enfurecía su actitud de niño de tres años, intentaba no darle importancia pero su voz me detuvo.
-Miran aquella perra que va allí? .- Miró a todos los que se encontraban en el pasillo y continuó hablando mierdas. - Se ha acostado con media ciudad tal vez y tenga VIH o alguna enfermedad veneria, es una perra de cuarta.- Habló con asco, me había echo quedar mal, había matado mi dignidad en cuestión de segundos, las risas de todos se apoderaron del pasillo, las miradas de burla me hacían sentir pequeñas ante ellos pero no demostraría tanta mierda, no cuando todo eso había acabado hace años, no regresaría a lo mismo.
-¿De qué se ríen imbéciles?.- Hablé furiosa, mis uñas hacían presión con mi palma debido al puño apretado que tenía en estos momentos.- Justin.- Acentí a su dirección, nadie se mete con ____ Gradma y sale fácilmente.- ¿Por qué no dejas de inventar mierdas? acaso porque la primera vez que follamos no lo hiciste lo suficiente bien que no quise volver a follar con tigo y me la he pasado rechazandote, ¿Haces esto para no sentirte poco hombre ante mi rechazo? Te informo que lo poco de hombre que tenías se acabó llendo imbécil.- Gruñí furiosa a menos de un metro de él.
-No, me provoques perra estúpida!.- Habló duro para que todos escucharan, idiota.
-No tienes otro insulto? Ya aburres.- Viré los ojos frustrada dispuesta a irme de tantas miradas.
-Es el insulto más apropiado para una puta.- Murmuró viéndome a los ojos y en ese momento me di cuenta que no quería decir aquello pero ¿Por qué lo decía?
-Necesitamos hablar sobre esta mierda.- Susurré para que sólo el oiga mientras lo apuntaba y luego lo hacía con migo misma.
-No necesito hablar nada.- Gruñó por lo bajo.
-Te quiero en 10 minutos en el estacionamiento.- Murmuré para guiñarle un ojo y caminar fuera del lugar, me detuve a dos o tres metros del estacionamiento este fue el momento cuando me arrepentí ¿Por qué arreglar todo esto? ¿Por qué intentarlo? Si nos reconciliamos durará un segundo y despues regresará a la misma mierda. Ni sí quiera creo que venga volví a pensar para darme la vuelta dispuesta a irme lejos de aquel lugar.
-______ no vine de gana!.- Agarró mi brazo alando bruscamente ¿A qué hora llegó a mi lado?
-Ésto no tiene solución.- Nos apunté y continué -seguirás siendo la mierda de siempre, olvídalo.- Suspiré quitando sus manos de mi brazo que ahora ya estaba rojo intenso.
-A que te refieres con esto?.- Preguntó dudoso mientras nos apuntaba.
-A.- ¿Qué diré? ¿Nosotros? No hay un nosotros. A ¿Una amistad? No hay amistad ¿Qué mierda es esto?
-A? A qué?.- Gruñó debido a mi pausa.
-A nada, olvídalo. Regresa con los estúpidos de tus amigos y siguan burlándose, no importa.- Negué con la cabeza dado por terminado la conversación.-No quiero olvidarlo.- Tomó mi cintura pegándome a su pecho y una vez mas me preguntaba ¿Qué pasa por su cabeza? ¿Por qué cambia de humor tan repentino? Odio cuando hace eso, lo odio.