Había decidido tomar un descanso ahora me encontraba en mi habitación estaba realmente aburrida, hoy era el primer sábado sin poder salir y ahora es donde me arrepiento de haber salido aquella noche, debía limpiar las habitaciones de las chicas,había encontrado condones tirados por todos lados, vibradores y lo único bueno que encontré fue una botella de Tequila en la habitación de Camila, espero que no le moleste que la allá tomado. A Justin no lo había visto asta hora y espero que así se quede sin verle la cara, despues del castigo que le han dado su ira hacia mi ha aumentado, mi castigo no había sido nada malo a mi parecer debía pararme por dos lunes en la entrada de este lugar e ir anotando los nombres de todos los que van llegando para ver si nadie se ha intentado escapar.
Mi vestuario era sencillo un short y una blusa negra con el número ochenta y seis en medio, mis deportivos ¿Para que más? Solo limpiaré habitaciones.
-Señorita debería seguir limpiando.- Habló una monja con un jugo en la mano.
-Ya he avanzado la mitad, estoy tomando un descanso continuaré en un momento.-Refunfuñe, odio que me apuren o me presionen.
-Bien, le dejo esto- Acentó el jugo en la mesita de noche.- Si lo ve al señor Bieber le puede decir que la hermana Jaily lo espera en su oficina.-Habló antes de cerrar la puerta.
La limpieza no había estado tan mal después de todo, ya no tenía más habitaciones que limpiar lo magnífico era que había encontrado dos cajetillas de cigarrillos cada una en diferentes habitaciones y lo mejor tenía un Tequila ¿Qué más puedo pedir? Sería divertido, estoy pensando en ir a buscar a Justin a ver si me ayuda a beber un poco de Tequila.
Decidí ir a buscarlo, tal vez hagamos las pases, esta sería una forma de hacerlo a mi parecer. Recorrí pasillos y más pasillos asta que encontré un letrero *Área de Chicos* Caminé sigilosamente asta una habitación en la cual provenía música, supongo que estará ahí.
-¿Qué haces aquí? Vete. -Habló antes de poder entrar a la habitación.
-Yo venía a...-Lo miré horrorizada, sangre corría por el piso, no sabía que hacer, salir corriendo era una gran opción, llamar a la policía era otra, si salía viva fuera impresionante, Dios como me arrepiento de haber venido.
-Shh Te vas a quedar calladita y me ayudaras con esto.¿Entendido?-Preguntó apuntando a la persona o debería decir al cadáver que se encontraba en el suelo.
-Dios mío que has hecho? Estas loco! No, no, no, te las areglarás solo, no mancharé mis manos de sangre por ti, no obvio que no.-Sacudí mi cabeza repetidamente mientras retrocedía para cerrar la puerta.
-Ni un solo paso más o te mato.-Dijo con una mirada amenazadora.
-¡Justin! ¿Qué mierda has echo?.-Grité eufórica, que le había echo ella para que la matara tan friamente.
-No ves? La maté, no la soportaba más.-Jaló el cuerpo para enrollarlo en una sábana y cargarla en su espalda.
-La mataste por que te dio un maldito castigo? Estas enfermo.-Grité mirándolo con asco.
-No, no solo por eso, es una muy larga historia.Ahora cállate y cuando pregunten sobre la hermana Anaí dirás no sé.-Habíamos llegado ya a los sectores de las chicas sólo necesitaba bajar una escaleras y estará en la entrada de este lugar.
-Bueno Chao.-Caminé decidida asta cualquier habitación antes de que alguien me veo junto a él y al cadáver.
-No,vé y distrae a la monja de la entrada para yo poder ir al bosque y botarla en algún río de por allí.-Habló con tanta seguridad que llegaba a dar miedo.