16 Cap

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Cayese o vállase.- La monja me iba diciendo  lo mismo hace cinco minutos pero seguía hablando, por cierto se llama María José. Dios entiendan matemáticas superior era un completo aburrimiento.

-Fuera ya,niña malcriada!.-Gritó golpeando el escritorio con su regla.

-Ya, ya, me callo.- Reí.

-Hermana María terminé.- Habló la idiota de Melany, era insoportable, Carolina se había echo la "mejor amiga" de esta idiota y eran insoportables.

-Lo ves! Por qué no eres normal como Melany.-Sentí como casi me ahogaba con tan solo de escuchar aquello.

-¿Qué? ¿Ser Puta es normal?.-Hice una mueca de asco.

-Hey, no insultes a mi novia-Habló aquella voz y por segunda vez casi me ahogo con mi saliva ¿novia?

-Gracias amorsito.-Ladró la maldita puta.

-¿Tu novia? Já de seguro anda con medio colegio, te has declarado engañado.Es una maldita puta amigo.-Le guiñé un ojo para reírme en su cara.

-Uno no me importa, dos la única puta aquí eres tú "amiga".-Hizo comillas mientras repetía mi acción de guiñarme un ojo, lo hacía tan serio que su guiño me puso nerviosa. Y sí,  por una parte yo era una puta más aquí,  por Dios me acosté con el sin compromiso alguno, ni siquiera puedo exigir respeto, doy asco.

- Já, mira maldito ca...-Fuí  interrumpida.

-Fuera! Niña no sabes respetar a nadie y usted Señor Bieber no es novedad, retirense ya!.-Gritó furiosa abriéndonos la puerta para poder salir, tomé mi bolso y salí con la poca dignidad que aún me quedaba.

-Eres un hijo de puta.-Murmuré para caminar despacio hasta un árbol.

-Y tú una puta querida.- Rió amargamente para ir por lado contrário del mío.

-Por qué? ¿Por qué me acosté contigo? Pero bien que estabas *Eres perfecta, una diosa bla bla bla* *Prométeme que lo repetiremos*.-Lo arremedé haciendo una voz chillona.

-Y? Soy hombre, además la extinción me hace decir idioteces, con todo esto Melany hace un sexo orar increíble y Carolina Puf me miró de arriba abajo, fueras perfecta si lo hicieras mejor que ellas.-Me tomó el trasero desprevenida ¿Que se cree él?

-Bueno eso no lo sabrás jamás, nunca más estaré en tu cama.-Avancé rápidamente asta aquel árbol. Sentí pasos rápidos detrás mío, supuse que corría y así fue.

-Nadie me rechaza nena.-Susurró en mi oído para tomarme de la cintura fuertemente por detrás, tome sus manos por delante he intenté que me soltara.

-Pues seré la primera entonces.- Safé su agarre para voltearme y verlo a los ojos por unos pequeños segundos,  cuando me tumbó al piso para el quedar sobre mí.

-Qué te pasa imbécil! -Lo empuje para que se quitara pero no lo hacía,  de pronto sólo se escuchaban balas volando por todas partes, Justin buscaba en su cintura pero no encontraba nada.- En mi espalda hay una.-Hablé.

Su mano viajó rápido asta allí para dar un apretón a mi trasero y sacar el arma, pero acaso ¿ni en esta situación puede quedarse quieto? Pasaban como tres autos disparando, no podía ver los rostros y aquello me frustaba.

Justin disparaba para todas partes, literalmente estábamos rodeados de gente que lo querían a el o a mí muertos.

-Hey, ______ en que mierda estás metida! Joder se bajaron del auto, no Verga quedan dos malditas balas ¿Acaso no recargas bien?.-Me gritó furioso, solo cerré los ojos ante su grito que me espantó de lo furioso que estaba.

-¿Crees que sabría que sucedería esto?.-Viré los ojos con fastidio.

-Dime por Dios que tienes otra arma o aunque sea dime que tienes balas.-Habló mirándome aún furioso.

-Dame la maldita arma y sal de encima mío.- Lo empujé para que se hiciera a un lado.

- Maldición allí vienen.- Me gritó frustrado.

-Deja de actuar como una niña miedosa.-Hablé con fastidio, me levanté y vi a Dios no ahora.

-Gradma.- Habló disparando muy cerca de mi cabeza.

-Miller.-Disparé al hombre que iba cerca de él.

-Siempre tan agresiva y directa, lo aprendiste de mí.- Me volvió a apuntar,  tenía una maldita bala en mi arma ¿Justin? Maldición lo matarán.

-Já maldito hijo de puta ¿Qué buscas?.-Reí sin gracia, genial mi mente no estaba aquí, mire hacia atrás y vi a Justin que buscaba en mi bolso desesperado, la otra arma, por sierto como sabía que había o tal vez no lo sabía sólo buscaba cualquier tontera.

-Vine a buscar lo que me debes, en realidad lo que me robaste, dame 2 cargas de 1 Kilo de cocaína y no te  pasará nada.

-No te daré nada, larga te o te mataré.- Empecé a acercarme poco a poco.

-Un paso más y morirá tu amigo.- Regresé a ver rápidamente a Justin para ver su rostro serio y burlón que carga siempre, dos hombres lo tenían a cada lado ambos con armas.

-No lo diré dos veces Adrian, suelta al maldito chico.- Lo mire fijamente y furiosa.

-Y si no ¿Qué?.-Se burló dramáticamente.

-Te mataré ahora mismo.

-Me matas,lo matan así de sencillo.-Jugó con su arma en las manos.

-Lo matan, los mato a todos, soy Gradma puedo terminar con todos en un segundo.-Me acerqué más,  escuché como quitaban el seguro del arma.

Justin me dirigió una mirada burlona y con bastante gracia ¿Qué era gracioso? Ví como giraba rápidamente dándole un patazo a uno y un puñete al otro,  el instinto me hizo disparar en la pierna a Miller haciendo que callera.

No tenía más balas, me acerqué a Justin para darle con el arma en la cabeza a un hombre y el encargarse del otro, mi reflejo vió como una bala se aproximaba con tanta rápidez que lo único que pude hacer es tirarme encima del hombre que estaba inconsciente en el suelo.

Regresé a verlo para matarlo de una vez pero lo único que ví fue un auto marcharse rápidamente.

En el Narcotráfico no hay AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora