Llegaste tú & todo cambio♡ (Justin Bieber Y Tú) Completa.

Capitulo Treinta

Me terminé de poner el vestido con ayuda de Aqua, ya que mi brazo seguía enyesado. Se sentó a mi lado en la cama y me abrazo de lado.

- Te extrañaré – me dijo sin soltarme. Como pude le devolví el abrazo.
- Y yo a tí, te quiero mucho – le respondí, se separó de mi y me miro a los ojos.

Sabía lo que estaba pensando, sabía que lo que quería era que le dijera a Justin que me iba a ir, en cierta manera yo también quería decírselo, quería que me pidiera que me quedara, que me dijera que aún me amaba y que quería que todo fuera igual que antes, hace unas semanas, eso hubiera bastado para que hiciera que cambie de opinión, para que le dijera a mi papá que no, que no me iría, que me quedaría en New Jersey. ¿Pero a quién engaño? El no vino. En las cuatro semanas que estuve internada no lo he visto ni una sola vez. No ha venido a verme y creo que nisiquiera se a preocupado en preguntarle a Aqua o Aiden.

- Podrías... – empezó pero la interrumpí.
- No, Aqua. Eso es pasado – volví la cara como arreglándome los rizos.
- Ok, te ayudo a ponerte las botas – y dio por finalizada la conversación.

Casi al instante de que termine de ponérmelas entraron mi padre y Aiden. Hoy me darían de alta y solo estábamos esperando a que viniera el doctor con los resultados de unas muestras que mi padre me había mandado a hacer por la anemia.

- El doctor Brown llegará en cualquier momento – anunció Aiden y como si lo hubiera escuchado, en ese momento entró él.
- Bueno, ____. Aquí traigo los resultados de tus exámenes – alzó su mano donde se encontraba un sobre blanco.
- ¿La hemoglobina de ____ esta bien? – preguntó mi papá.
- No ha subido tanto como me gustaría pero en teoría si, esta bien – sonrió –. Ambos están bien – añadió, lo miré confusa.
- ¿Ambos? – pregunté pero el solo extendió el sobre. Lo tomé y saqué la carta que había dentro, desdoblé la hoja y la leí. Si antes quería irme para alejarme de Justin, ahora quiero estar a una galaxia de distancia de él.

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Mi corazón latía rapidamente mientras los cuatro entrabamos al aeropuerto.

- El avión sale en una hora, iré a arreglar lo del equipaje – dijo mi padre sonriéndome, asentí con la cabeza y luego el se llevó las maletas. Me volví hacia Aqua y Aiden que no dudaron en abrazarme y yo, como pude, les devolví el abrazo con un solo brazo. Se separaron de mí y pude ver su mirada de reprobación por parte de ambos.
- No empecemos de nuevo chicos – rogué tratando de que no iniciaran de nuevo el tema.
- El debería saberlo... – comenzó Aiden.
- No, el no se va a enterar – le interrumpí al saber por donde iba.
- ¿Porque...? – le continuó Aqua.
- Basta, ya basta – moví lentamente la cabeza -. Los extrañaré chicos, verdaderamente se han convertido en mis mejores amigos.
- Y tu en la nuestra – me sonrió Aiden -. Mi hermana Angela también va a la universidad de LA, supongo que nos veremos en los veranos.
- Y yo convenceré a mi madre de que me deje ir de vez en cuando, aunque deba escaparme – terminó Aqua.
- Y serán bienvenidos en mi casa cuando quieran. Tienen la dirección y mi número de celular nuevo – los miré a los ojos tanteándolos entre los dos – por favor, se los suplico, no se lo den a... Justin – aunque me dolía decir siquiera su nombre debía empezar a olvidarlo, y ese era un primer paso. Se miraron y al final asintieron -. Ahora váyanse, hoy es el baile de fin de año en la escuela y quiero que ambos asistan.
- ____ no...
- Por favor – lo interrumpí -. Por mí ¿Si? Quiero que disfruten este baile, como si yo estuviera allí. Es decir, es el último baile en la secundaria, no pueden faltar.
- De acuerdo, iremos – respondió Aqua -. ¿Es el adiós? – se encogió de hombros y yo la abracé.
- Adiós no, hasta luego – le corregí y me separé de ella para abrazar a Aiden – Quiero que sigas igual de gracioso para cuando nos volvamos a ver, que estoy segura y será pronto – me separé y el sonrió.
- Y tu igual de encantadora – le sonreí y le di un beso en la mejilla a ambos antes de que se fueran. Pero en cuanto iba a volverme para ir a buscar a mi padre Aiden me llamó haciendo que caminara a su encuentro.
- Creo que deberías saber algo - fue lo primero que dijo -. El día de tu cumpleaños, cuando tocaron el timbre de la casa y encontré el collar... Bueno... Fue Justin quien te lo mandó - abrí los ojos como platos y me llevé la mano que no estaba enyesada hacia mi cuello donde se encontraba el dije en forma de cruz -. Lo encontré bajando las escaleras del porshe y me dijo que no te dijera que el te lo había mandado, que solo lo había echo por que a pesar de todo seguía sintiendo un cariño por tí y siguió con palabreria barata y... - lo interrumpí.
- Ya, da igual Aiden. Yo no puedo seguir pensando en alguién que solo siente cariño por mi. No ahora, y tu lo sabes - me miró y luego suspiró pesadamente.
- ¿Cuidate si, Prins? - me abrazó y me dio un beso en la mejilla.
- Lo haré - y se dió vuelta para ir a la salida.

Volteé el cuerpo y miré la pizarra de vuelos. Bueno, solo 50 minutos más. Divisé a mi papá viniendo hacia mí y lo alcancé a medio camino.

- Debemos ir a los asientos de embarques en el segundo piso hasta que sea la hora de subir al avión – le sonreí nerviosa y me encogí de hombros - ¿Estas segura? – preguntó poniéndome una mano en la mejilla.
- Si, vámonos – le respondí decidida.

Era un nuevo comienzo. Un nuevo comienzo para mí, y lo que se venía.

Sonreí al pensarlo e inconscientemente me llevé una mano al vientre.