Justin llegó y se paró en frente mío, me dió otro beso en la frente y me sonrió.
- Hubo un problema - dijo Caitlin. Justin se puso a mi lado y tomó mi mano entrelazandola con la suya -. Las entradas para Eclipse estaban agotadas y solo quedaban ocho - osea que... - así que uno de nosotros no podrá entrar.
- Bueno, yo me voy - dije y empecé a caminar pero Justin jalo de mi mano poniendome en frente de el otra vez.
- Solo habían ocho entradas y como te conozco lo suficente como para saber que querrás irte solo compramos siete, así que me voy contigo - me dijo y sonrió.
- Pero... - puso un dedo en mi boca en señal de silencio.
- Sin peros - dijo y esta vez fue el quien me jalo.
Cuando estuvimos un poco alejados del Centro Comercial soltó mi mano, se puso atras mío y me abrazó. Era hora, ¿Qué es lo que quería? ¿Porque... porque tantas atenciones y cariñitos para conmigo?
- ¿Qué quieres? - le dije.
- ¿Qué quiero de qué? - dijo medio riendo. Me separé de el y me pusé en frente.
- ¿Porque... porque eres así conmigo?
- ¿Hice algo mal?
- No, no es eso, es solo... solo que no, que no te entiendo. Osea, al principio... al principio te entedía. Eras el chico nuevo, era obvio que querías tener aunque sea un conocido en la escuela, así fuera la chica rara. Pero ahora... No entiendo. Caitlin está que babea por tí, es una de las más populares, y tu ni caso le haces. Es más, me hablas a mí y no a ella - negué varias veces con la cabeza -. Eres muy confuso.
Resopló, me miró directo a los ojos y suspiró.
- Una vez te lo dije, me recuerdas a alguien... alguien que fue... la persona más importante para mí en su tiempo.
- ¿Solo por eso?
- No.
- ¿Entonces? - suspiro de nuevo y miró a los lados.
- No es el lugar correcto para hablar.
- Vamos a mi casa - le dije. El sonrió, pero... no era su sonrisa, era solo... una... "sonrisa".
Me tomó de la mano y caminamos hasta mi casa. Al llegar lo miré y el sonrió, pero de nuevo no era más que una... "sonrisa".
- ¿Tienes un papel? ¿O una tarjeta? - me dijo, busqué en el bolsillo de atras de mi pantalon y saqué mi tarjeta de credito, se la dí y la metió por la ranura de la puerta. Luego forcejeó un poco hasta que esta se abrió.
- ¿Cómo...?
- Mi papá me lo enseñó. Por alguna razón siempre olvidaba mi llave y... no podía quedarme afuera de la casa hasta que el o mamá llegará.
- Aya... - entre un poco a la casa -. Pasa - le dije.
El entró y lo guié hasta los sillones de la sala de estar que estaban un poco más allá de la puerta. Se sentó y yo me senté a su lado. Ambos mirabamos el piso.Cogí el arete en forma de estrella y me lo puseen la oreja, revisé por tercera vez el reloj de mi tocador y marcaban las 6:04.Solo habían pasado cuatro minutos, ¿Porque me preocupaba tanto unos minutos deretraso?
No debería... Pero, ¿Y si le había pasado algo?¿Si lo había atropellado un carro al cruzar la calle? ____ deja la paranolla,el dijo que esta vez vendría en su carro.
Pero... ¿Y si chocó? ¿Si tuvo un accidente?
¡Ok basta! Ya estuvo bueno.
Me levanté del tocador, tomé mi casaca, mi tarjetade credito, las llaves y baje las escaleras para esperarlo en la estancia.
Ding Dong
Llegó. Sonreí. Terminé de bajar las escaleras.Caminé hasta la puerta, me detuve, respiré y la abrí.
Estaba ahí, tan lindo como siempre, con un polonegro y una camisa manga corta ploma encima abierta.
- Hola, wao... te ves muy bien. Y sin capucha -sonrie. Era cierto, por primera vez en muchos años, me sentía bien de nuevo. Yno solo fisica, sino emocionalmente bien. Aunque aún me costaba un poco dejarmi antiguo look, hoy hize algo diferente. En vez de polos raros y goticos, mepuse un bonito polo blanco con un escote no tan profundo y piedritas debajo delbusto. Un jean negro, mis converses blancas y tome una casaca blanca condetalles dorados, tenía capucha, pero no me la pondría. Deje mi cabelloondulado suelto, tal como le gustaba a el, y recogí mi flequillo dejando quesolo unas cuantas ebras calleran por mi frente.
Esto era algo así como una cita, solo que yo ledejé bien en claro que no quería que lo fuera, así que lo tomamos como unasalida entre dos buenos amigos.
- Gracias - dije y sonreí. Puso su mano en mimejilla.
- El termino hermosa te queda corto.
- Justin ya - le dije -. Mejor vamos.
- Por supuesto, damicela - me tomó de la mano -. Laprincesa tiene que llegar al castillo antes de las 12 y yo me encargaré de eso.
- Estas loco - con el, simplemente no podía dejarde sonreir.
Apagué las luces de la casa y cerré la puerta conllave.
Justin jaló mi mano y me abrió la puerta de suauto. Yo le sonreí y entre. Bordeó el auto y entró.
Arrancó y a mitad de camino me tomó de la manoentrelazando nuestros dedos.
Hoy ibamos al cine, y luego a comer algo por ahí.El quería algo más... sofisticado, pero yo me negué rotundamente. Aún no estabalista para... sociabilizarme de esa manera.
Quizás... quizás más adelante.
Hoy es sabado, el jueves después de llorar tantorecordando, me quedé dormida encima de Justin; cuando desperté estaba en mihabitación y el sentado en el escritorio mirando la luz de la Luna que sefiltraba por la ventana. Cuando me paré de la cama el volteó. Me sonrió yplaticamos un poco más... mucho más... cuando se fué eran como las 10... quiseacompañarlo pero el dijo que estaría bien.
Al día siguiente lo encontré en la entrada delcolegio esperandome, me sonrió y me abrazo, yo me dirijí a mi clase y el a lasuya. Luego, en la segunda hora, cuando me tocaba musica me dí con la sorpresaque el tambien estaba en el clase.
La clase de musica se dá en el auditorio, en elescenario. Por lo general solo me quedo sentada y escucho lo que el profesordice sobre la guitarra y otros instrumentos, es lo mismo desde hace años.
Pero este año nos empezó a enseñar a como usarlasen practica, ya no en teoría. Nos dió a cada uno una guitarra y empezó aexplicarle a Justin, quien estaba sentado a mi lado, como manejarla, ya que erasu primer año en la escuela y en los años pasados el profesor había dado lasinstrucciones correspondientes. No le tuvo que explicar mucho, por que alparecer sabía muy bien como tocar una guitarra, es más hizo la melodía del"Cuento azul" a la perfeccion. Yo, con las justas empezé a tocarnotas sin confundirme de cuerda o traste.
En la cuarta hora me esperó afuera de mi salon paraque vayamos a almorzar juntos. Pero esta vez no nos sentamos afuera, sino en lacafeteria. Aunque podía ver la mirada de asombro de los chicos sobre todo delos "populares". Caitlin le hizo una seña para que la viera y sesentara con ella, pero el no le hizo caso y se sentó conmigo. En un ricon, lomás alejado posible de todos, aún no estaba lista para dar el paso de la"sociabilidad". Pero fue bonito, me sonreia... me besaba la frente,la mejilla, me tomaba de la mano, me abrazaba.
Y en la salida me acompañó a casa, esta vez no menegué. Llegamos a mi casa y conversamos mucho... de todo un poco mientrascomiamos una pizza - que no me dejo pagar -. De mi, de el, de sus hermanos...de... Clarisse. Ambos lloramos, nos abrazamos, nos consolamos, todo. Y cuandose estaba llendo fue cuando me dijo para salir hoy y bueno...
Aún no estoy segura de que termino seria el másadecuado para definir nuestra relación... Somos amigos, si. Pero... el seporta... se porta tan lindo conmigo. Y yo no creo que tengamos una relación quevaya más ayá de la amistad, y la verdad es que por ahora, no quiero tenerla. Nicon el, ni con nadie.
Miré por la ventanilla y me dí cuenta queacababamos de pasar el desvió por donde teníamos que ir al C.C.
- Justin te pasaste.
- No - sonrió -. Se perfectamente por donde voy.
- Quedamos en que... nada muy sofisticado. ¿Verdad?
- Si. Y te aseguro que no será nada demasiadosofisticado.
- Que...
- Tranquila. Una cena normal, con una personanormal.
- ¿No quedamos en cine?
- Si... pero las cosas cambian.
- Justin...
- Confía en mi - me miro a los ojos -. Se quepuedes.
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Llegaste tú & todo cambio♡ (Justin Bieber Y Tú) Completa.
Fiksi PenggemarEsta novela no es mía, era una de mis novelas favoritas de Justin y por eso la estoy publicando, para que otras beliebers puedan leerla. La historia contiene las Tres temporadas completas.