Capitulo Veintisiete

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Desperté adolorida. Mis ojos estaban cubierto por un venda negra y mis brazos estaban amarrados al espaldar de una silla, en la que estaba sentada, al igual que mis piernas.
No había ni un solo ruido, parecía que todo estuviera desierto. Un olor nauseabundo inundó mis fosas nasales, era una especie de... carne podrida.
Se escuchó el rechinar de una puerta y luego unos pasos cada vez más cerca.

- Hasta que por fin te conozco, ____ - habló una voz gruesa, de hombre.
- ¿Quién eres? - fue lo único que salió de mi garganta mientras trataba de controlar el temblor de mi labio inferior.
- No es tiempo de respuestas, aún - remarcó esa última palabra -. Pero creo que hay alguien que podría decirte lo que quieres saber, o más bien dicho, lo que puedes saber - escuché de nuevo el rechinar de la puerta y después pasos -. Justo a tiempo, mi querido buen amigo.
- Siempre - y reconocí esa voz, aquella voz que había estado atormentandome desde hace tres semanas, la culpable de todas mis desgracias.
- Adamm - salió en un susurro más para mi que para los demás.
- Si... - parecía nervioso, al menos esa me parecio a mi - ¿Porqué está amarrada? - algo no anda bien aquí.
- Mi querido buen amigo Adamm, creo que ya no necesitaré de tu ayuda. Ya tengo a la chica, ya te puedes ir.
- ¿Qué se supone que harás con ella?
- Lo que se supone que debí hacer en cuanto supe de su existencia. Acabar con ella - un escalofrío recorrió mi cuerpo llenandolo de miedo ante sus amenazadoras palabras.
- ¿Qué? No, eso no era parte del trato. Yo...
- El trato de a roto - tan frío, sin sentimientos.
- No... No - parecía incapaz de formular las palabras -, no puedes hacer eso. Dijiste que no le harías daño.
- Adamm, Adamm, Adamm - lo interrumpió - Solo fuiste un títere en mi plan.
- ¡Lo prometiste!
- ¡No me importa! - y escuché el ruido de como si le hubieran tirado un puñetazo en la cara, luego mi silla se movió y en mi pié pude sentir el cabello de alguién. Oh por dios Adamm estaba tirado a mis pies.
- ¡Eres despreciable Phil! - mi mente comenzó a trabajar a una velocidad incontrolable hasta recordar el nombre. Phil... Phil... ¡Philiph! ¡El hijo de mi mamá!
- ¡Tú! - grité sin poder contener más las lágrimas que empezaron a caer de mis ojos.
- ¡Yo! - me respondió este sarcastico -. Bueno, que más da ahora que me veas. Igual, ya sabés quien soy - soltó una carcajada -, como si eso importara - pude sentir pasos cerca mío y luego jalaron la venda de mis ojos y pude ver perfectamente donde estaba.

Era un cuarto no tan grande, sin ventanas y todo estaba oscuro a no ser por una lámpara que colgaba del techo que no alumbraba demasiado. No había nada más, solo periódicos tirados en el piso y algo de agua también.
Y frente a mí, se encontraba mi medio hermano. Era... Era increible lo mucho que se parecía a mi mamá. El cabello rizado color negro le caía hasta un poco más arriba de los ojos, tenía sus mismas facciones, con la diferencia de sus ojos. Estos eran azules... Profundamente azules.

- ¿Y bien? - sonrió - Increible el parecido que tengo con mamá ¿Cierto? - abrí la boca para hablar pero en ese instante Adamm se paró de golpe y se lanzó sobre él. Comenzaron a pelear en piso, quería gritar pero sentía un nudo en el estomago que me lo impedía, impeccioné con la mirada toda la habitación hasta llegar al piso, y allí, pude ver lo que creía y era mi salvación.

Justo en donde había estaba tirado Adamm, al alcanze de mi pie se encontraba su celular. Me era imposible agacharme pero en algún momento tendría que hacerlo, con suerte, y Phil me soltara para matarme así que jalé con los dedos de mis pies el celular hasta esconderlo atras de mis pies descalzos.
Forcejeé con la soga que mantenía atadas mis manos por detras de la silla aprovechando que mis secuestrantes seguían peleando.
Sentí el raspón de algo contra mi mano y como la sangre empezaba a caer lentamente por mi muñeca. Eso quería decir que había algo filoso, sin pensarlo moví mis muñecas hasta ese lugar donde me había dado el raspón y empezé a mover la soga contra él mientrás trataba de soltar la soga de mis pies con ellos mismos.
Mis muñecas se iban liberando poco a poco hasta que las sentí totalmente sueltas y la soga cayó al suelo, me agaché y cogí el celular que aún se encontraba en mis pies e intenté desatar el nudo de ellos pero entonces...

¡BAM!

El sonido retumbó por toda la habitación y me hizo incorporarme de inmediato escondiendo el celular a mi espalda. Levanté mi mirada hacia los dos hombre que se encontraban inmovilez en el piso, Phil sobre Adamm. Entonces el primero empezó a reincorporarse y supe en ese instante que era mi fin.

- Niño est*pido - lo oí farfullar antes de darse la vuelta con la pistola en mano dejandome ver a Adamm tirado en el piso con un mancha de sangre en la parte baja del estómago que se iba expandiendo a traves de su camiseta. Lágrimas cayeron de mis ojos mientrás apartaba la vista de allí.
- ¿Porqué? - salió de mis labios en un susurro.
- ¿Porqué? - soltó una carcajada - ¡¿Porqué?! - gritó histérico - ¡¿Porqué crees?!
- ¡No lo sé! - le grité - No lo sé... - dije más bajo -. Yo no te he echo nada, nisiquiera sabía que existías, Phil. ¿Porqué me haces esto? - más lágrimas saladas bajaron por mis mejillas.
- ¿Te parece poco haberme robado a mi madre? ¿Haber vivido prácticamente toda mi vida sin ella? ¿Tienes idea alguna de todo lo que he pasado?
- Yo no tuve la culpa...
- ¡Por supuesto que si! ¡Tú y tu maldito padre se interpusieron en mi felicidad y la de mi familia! Si tu padre no hubiera aparecido todo hubiera sido perfecto, pero no, Noa tuvo que meterse y arruinarlo. Y luego llegaste ¡Tú! - me señaló con un dedo y pude ver que en sus ojos también habían lágrimas - y se acabó mi familia feliz.
- Phil... Mi mamá nunca amo a tu papá. No puedes culparla por enamorarse, además tú fuiste quien no quiso volver a verla.
- ¡¿Cómo ver a la mujer que me dió la vida y cuando tuvo la opotunidad me cambió por otra hija?!
- ¡No es cierto! ¡Si tu hubieras echo a un lado tu rencor todo hubiera estado bien! Hubieras podido seguir viendo a mamá y nos hubieramos conocido y...
- No hermanita - me miró a los ojos -, tu me quitaste la felicidad, yo ya te la quité - rió para si mismo mientrás miraba un punto en la pared - Fue tan facil separarte de Justin que aún no lo creo - un puñal se clavó en mi pecho al oir ese nombre y recordar lo que paso pero al mismo tiempo supe de lo que estaba hablando y me negaba a creerlo.
- ¿Qué? ¿Fuiste tú todo este tiempo?
- ¡Claro que si! - me gritó furioso -. Te lo explicaré mejor - se mojo los labios -, hace ya casi dos años cuando murió mi padre me hizo jurar que le haría pagar a Noa todo el daño que nos hizo, investigué sobre él, contraté mil y un detectives para buscarlo y mira tú, un archivo me llevó a tí y supe que la única manera de hacer pagarlo por todo era robandole lo que más quería, tú. Pobrecito Noa - se rió cinicamente -, creyó que alejandose de tí y enmancipandote te protegería, pero no contaba con que yo podría hacerme pasar por el pobrecito hermano mayor que solo quería conocerte - inhaló y exhaló fuertemente -. Descubrí donde vivías... - empezó a caminar por el cuarto - Donde estudiabas... Sabía que no tenías amigos y que siempre estabas sola asi que iba a ir por tí pero luego llegó él. Justin Bieber, que te hizo salir de tu burbuja y desde ese momento no se despegó de tí. El día en que supuestamente iba a ir por tí al colegio mi est*pido vuelo se retrasó y no pude llegar a tiempo, pero creo que debo dar gracias a eso, ya que así conocí a mi querido buen amigo Adamm - volvió la cabeza hacia el muchacho que yacía tirado en el piso desangrado y más lágrimas recorrieron mis mejillas -, al parecer estaba loco por tí desde que te vió y cuando le pregunté por tí casi le dá un infarto. Empezó a contarme sobre tí y Justin - me miró y creo que disfrutó del dolor que se veía reflejado en mi rostro cada vez que oía su nombre -, tan linda pareja - suspiró -, lástima que fuera tan celoso y posesivo que no te dejo explicar lo que paso ¿Cierto? - me sonrió y me dieron ganas de tirarle un puñetazo -. En fin, debo decirte que me sorprendió mucho que te hicieras dos amigos tan buenos como aquellos ¿Cuales eran sus nombres? ¡Ah si! Aiden Trouter y Aqua Jaron, ¿O debería decir Maybe Jaron?
- ¡No te atrevas a nombrarlos! - le grité pero el hizo caso omiso a mis palabras y continuó como si nada.
- Pero ahora mi gran duda es como acabar contigo - me miró con un sonrisa irónica en el rostro -. Podría matarme ahora mismo - me apuntó en la cabeza con una pistola - o dejarte morir por la anemia - sacó la pistola y jugueteó con ella en sus manos... No pude contenerme más y le grité.
- ¡ID*OTA! ¡Eres un cobarde! ¿No te das cuenta de que matandome manchas el recuerdo de mamá? ¡Te estas convirtiendo en un asesino igual que tu padre!
- ¡Callate! - y lanzó su mano contra mi mejilla volteandome la cara - ¿Sabes algo? - volví la cabeza lentamente sintiendo aún mi mejilla adolorida e inchada por el golpe - Planeaba un muerte rápida para tí, pero ahora, dejaré que mueras naturalmente - sacó un papel de su bolsillo y lo desdoblo leyendolo -, aquí dice que tienes hemoglobina 9% y debes de tomar tus píldoras de hierro cada 12 horas - me miró y tiró el papel hacia un lado -. Lastima que no tengas tus píldoras aquí ¿verdad? - sonrió -. Me a dado hambre, iré a comer algo y luego volveré a ver como mueres lentamente - después desapareció por la puerta cerrandola a su salida.

Bajé la cabeza lentamente tratando de asimilar todo lo que estaba pasando. Estaba secuestrada por mi medio hermano en cuarto que olía a carne podrida y un chico desangrado un poco más allá de mi.
Un momento... ¡Adamm está desangrandose! Me paré de golpé pero tuve que sentarme de inmediato ya que aún tenía los pies amarrados.
Me costó un poco pero cuando al fin pude desatarlos corrí hacia él dejandome caer a su lado. La mancha de sangre era cada vez más grande, moví mi mano temblorosa hacia el pulso en su cuello y respiré hondo cuando comprové que seguía vivo. Si quería ayudarlo tenía que salir de allí.

Me levanté del suelo y con sumo cuidado abrí la puerta, salí al exterior y el olor a carne podrida llenó mis fosas nasales haciendome sentir nauseas.
Estaba en una especie de pasillo, me adentré más tratando de buscar una salida pero solo me topé con un cuarto con muchos aparatos enormes oxidados. Miré hacia arriba y pude ver que el techo era de vidrio por donde pasaba la luz del sol, corrí un poco adentrandome más pero solo me encontré con un cuarto lleno de restos de viceras de animales muertos. Me dieron nauseas tal que tuve que correr en otra dirección. Paré un momento al darme cuenta de que me dolían demasiado los pies ya que aún estaba descalza y tenía muchas heridas en ellos.

- ¡Maldita sea! ¡____! - se escuchó un grito por todo el lugar que me hizo dar un respingo y corrí a esconderme atras de una maquina enorme en forma de caldero.

Me llevé las manos al rostro y entonces me dí cuenta de que tenía en mi mano el celular de Adamm. Abrí la tapa rogando a Dios y todos los santos que tuviera cubertura y una ola de esperanza me invadió cuando me dí cuenta de que así era. Pero se apagó al mismo tiempo de que no sabía a quien llamar. No sabía el numero ni de Aiden ni de Aqua, es decir, si lo sabía, pero lo tenía apuntado en mi celular, no de memoria. En casa no podían estar, me fije en el celular y tal como lo supuse solo habían pasado tres horas desde que estuve en la playa y recibí esa llamada de mi padre. Busqué en mi mente algún otro número pero solo uno se me venía a la cabeza y me negaba a llamar allí, sabía que no serviría de nada.

¡Oh por dios! Nisiquiera el número de la policia me lo sé de memoria... Era... 400... 30... 300.. 505... No, no. Dios juro que si salgo de esta me memorizo todos los números de la guía telefónica.
El miedo invadió mi cuerpo al darme cuenta de que no tenía de otra más que llamar a aquel número... Aunque sea mi única opción, debía intentarlo.
Tecleé rápido con los dedos los números de aquel celular y respiré profundamente antes de oprimir la tecla verde de llamada.

Un pitido... Dos... Tres.

- ¿Diga? - hace tanto que no hablaba con él que el solo oir su voz me causaba un escalofrío en todo el cuerpo. Pero más fuerte fue el escalofrío que sentí cuando escuché pasos algo lejos, pero no demasiado.
- Justin soy ____ - sabía que iba a colgar o algo por el estilo así que antes de que dijera nada me apresuré a hablar - Escucha se que no quieres saber nada de mí pero esto es de vida o muerte, te juro que nunca más te pediré nada, pero por favor ayudame...
- No sé que clase de broma es esta - me interrumpió - pero no me importa... - los pasos se oían cada vez más cerca y las lágrimas empezaron a caer de mis ojos pero no podía perder tiempo.
- No es ninguna broma - sollozé -. No recuerdo ningún otro numero, Justin no te pido gran cosa, solo llama a Aqua o a Aiden por favor, diles que... estoy en una especie de fábrica abandonada parece que... Mataban animales aquí...
- ¿____ de que estas hablando? - ahora parecía preocupado y aunque me moría de miedo no pude evitar de que me diera un vuelco al corazón.
- ¿____(diminutivo de tu nombre) donde estas? - gritaron de alguna parte.
- ¿____ qué esta pasando? - preguntó Justin. Apreté el celular con fuerza y me obligué a responder a pesar de que tenía un nudo en la garganta.
- Estoy secuestrada, Phil... Él...
- ¡Aquí estas! - solté un grito de estupor que hizo que el celular se cayera de mis manos y chocara el piso, me volví hacia donde escuché esa voz y antes de que pudiera hacer o decir algo sentí como un metal me daba en la nuca y luego... Nada. 

Llegaste tú & todo cambio♡ (Justin Bieber Y Tú)  Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora